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Chapter 15 - Rescate

ALEJANDRO SCOTT

— Daniel, bienvenido a mi manada— Saludé a Daniel y a sus hombres.

— Alejandro. Tengo la ubicación de un clan de Vampiros, Pero no sé si ese sea el clan que secuestró a tu Luna.

— No estoy seguro de que sean los vampiros, Pero tengo ese fuerte presentimiento de que son ellos.

Le comenté que Alana es la última loba blanca de la manada ya extinta y que ella está embarazada.

Nos movilizamos por el bosque y llegamos a donde estaba un castillo.

— Es aquí— miré a Daniel.

Entramos a su territorio, inmediatamente, teníamos a una docena de ellos sobre nosotros.

— No queremos pleito, venimos en son de paz, queremos hablar con el dueño del castillo.

— Entren— El duque del castillo nos habló.

— Gracias— agradeció Daniel— queremos hablar con usted.

— Ya me di cuenta de eso.

— Soy Daniel, alfa de los lobos rojos y el es Alejandro, alfa de los lobos blancos.

— Dos alfas, esto es demasiado raro.

— La Luna de mi amigo ha sido secuestrada y necesitamos su ayuda para encontrarla.

— No tengo idea de dónde pueda estar y no quiero ayudarles. Así que, váyanse.

— Acaso tú la tienes— gruñí molesto.

— Ya cálmate Alejandro.

— Yo no tengo a nadie, y me puedo negar a ayudarles.

— Un olor a gardenias es la única pista. Ayúdeme…

— ¿Gardenia? Estás en el lugar equivocado. Ese olor y símbolo le pertenece a otro clan. Es la única ayuda que les brindaré.

— Te agradezco Conde... Sabes dónde está ese clan. Mi Luna está embarazada.

— Conde Drake. En el sur. Pueden irse.

Salimos del territorio de Drake. No sé si la información que nos dio era cierta. De todas maneras se portó muy pasivo con nosotros.

— Es raro que Drake no nos atacará.

— Es el tratado de la paz, nuestros padres hicieron un trabajo espectacular para nosotros.

Nos dirigimos al sur. Nos llevó una semana más o menos en dar con el castillo. Era el mismo olor a gardenias que había en el cuarto, el día que desapareció Alana.

— Es aquí — Gruñí.

Nos movilizamos con discreción, Pero hubo un momento en que perdí la paciencia cuando sentí apenas el olor de Alana, el olor de mi cachorro era casi extinto, así que entré al castillo rompiendo todo a mi paso.

ALANA QUANT

Sentí el olor de Alejandro. Yo sabía que el vendría por mí. Albert y Alfred entraron casi al mismo tiempo a la habitación.

— Joder.

Mi visión estaba turbia, yo me sentía débil, cada día tenía a dos vampiros chupando un poco de mi sangre. Alfred y Albert se acercaron a mis brazos y clavaron sus colmillos, los dos al mismo tiempo.

— Ya. Por favor. Así van a matar a mi hijo.

Sentía que la vida de mi hijo se apagaba lentamente en cada sorbo que daban. Perdí la conciencia.

ALEJANDRO SCOTT

El olor de Alana me llevó hasta las puertas de un cuarto. Daniel y los demás lobos guerreros estaban en una lucha campal dentro de aquel castillo.

Abrí las puertas del cuarto y vi una escena que me hizo hervir la sangre. Dos chupasangre pegados como mosquito en Alana. El olor de mi cachorro se extinguió.

Di pase a un Max enfurecido que tomó del cuello al más viejo, separando la cabeza del cuello. El vampiro más joven me atacó por la espalda haciéndome una herida profunda. Peleamos un buen rato.

— Eres fuerte, debo reconocerlo, Pero hoy es el día de tu muerte, maldito chupasangre.

— Parece que vas a perder lobito.

Daniel entró transformado en su lobo, Dal, quien con sus colmillos lo tomó del brazo y lo estrelló contra la pared.

— Llévate a tu Luna, yo me encargo del resto.

Tomé a Alana y salí de aquel castillo. Llegar a la manada me llevo tres días sin parar. Estaba muerto del cansancio, de hambre y lleno de golpes y heridas por la lucha con el vampiro joven.

— Rápido llamen al doctor— llevé Alana a nuestra habitación.