¡Estoy seguro...!
La distancia entre su lugar y la ventana se había reducido tres cuartas partes y ahora su nariz rosaba con el cristal que conectaba al exterior.
—¡Ese es el maldito auto que estuvo a punto de atropellarme!
La voz de Dylan retumbo en el aula, lo cual, era extraño pues todos habían estado hablando sin contenerse.
—¿Qué acabas de decir?
Stacy miraba a Dylan incrédula y su pregunta parecía más una amenaza en su contra. Dylan quien no prestaba atención a sus palabras, guardó sus cosas y se levantó de su asiento.
La situación estaba llegando en su clímax, sin embargo, un fuerte grito hizo que la conmoción se interrumpiera.
—¡Silencio!
La atmosfera incomoda de antes había desaparecido, en su lugar, ahora se sentía una furia trascendental. No obstante, en lugar de cubrir el salón por completo, su furia solo estaba dirigida a dos personas.
—Dylan y Stacy, ustedes dos se quedarán al final de la clase.
***
—Esa es toda la clase por hoy.
Todos agradecieron y se levantaron de sus asientos, dejando el aula ordenadamente. Siguiendo el modelo de los estudiantes, el profesor guardo sus cosas y se dirigió a la salida.
¿Se habrá olvidado del castigo?
El profesor había permitido que todos se fueran, además de que él también se iba, por lo que Dylan había llegado a una conclusión lógica. Discretamente guardo sus cosas y estando a punto de levantarse.
—Ah, casi lo olvido, ustedes dos.
Dijo el profesor, señalando a Dylan y a la chica iba frente a él en dirección a la puerta.
—Por interrumpir mi clase, limpiaran este lugar por las próximas dos semanas, empezando desde hoy.
—¡¿Qué?! ¡Pero a penas es lunes, eso serían casi tres semanas!
—En ese caso, piénsenlo dos veces antes de volver a interrumpir mi clase.
Con esas palabras el profesor tomo su mochila, y salió del aula sin mirar atrás.
***
Habían pasado más de diez minutos desde que el profesor se había ido, sin embargo, la chica aún seguía maldiciendo.
—¡Ese viejo hijo de...!
Al mismo tiempo, en la otra esquina del aula Dylan barría con la cabeza abajo y una expresión oscura en su rostro.
¡Carajo, no merecía terminar así!
La basura que había estado recogiendo, fue vaciada en el cesto y se dirigió al lugar del profesor. Cuidadosamente Dylan pasó un trapo húmedo por el escritorio, acomodo los útiles desordenados, y después de enjuagar una vez más el trapo, puso manos al pizarrón.
—¡Oye tú! —Gritó Stacy con una expresión fría.
Dylan quien borraba el pizarrón, giró la cabeza y miró a Stacy a los ojos.
—Que.
La chica tenía unas mejillas regordetas, unos ojos grandes y oscuros, y un extraño cabello morado que contrastaba con la palidez de su cuerpo.
—¡Me iré ahora, y tu terminaras de limpiar mi parte! ¡Oh, y si se te ocurre decirle algo al viejo decrepito, te mataré!
Las mejillas regordetas de Stacy se inflaron y un denso silencio descendió sobre el lugar.
¡Ja! Es justo como dijo papi. Si una belleza exige algo, los hombres lo harán sin cuestionar algo.
Orgullosa, Stacy se dio la vuelta y hecho su larga melena hacia atrás. Las venas palpitantes, se notaban en todo el cuerpo de Stacy, por lo que trato de caminar lo más rápido a la salida; "Ya voy Romi, solo espera un poco más" Pensó. Sin embargo, estando a punto de tocar el picaporte una fuerte carcajada se desato a sus espaldas.
—¡De que te ríes maldito!
—Bueno, es solo que jamás había visto a un hámster decir tantas tonterías.
Dylan se reían tan alto y fuerte que se sostenía el vientre mientras lo hacía. Las venas y el sudor aumentaban mientras Stacy veía reír al joven. No obstante, la razón del porque permanencia sin moverse, era que un extraño había cruzado su mente
Él, se ríe con mucha elegancia.
Stacy quien mientras más veía al hombre, más encantador le parecía alzó su mano y se dio una bofetada así misma,
¡Qué mierda estas pensado Stacy! ¡Acaso estas loca, recuerda que tu novio está esperándote haya afuera!
—¡Oye, tranquilízate!
Dylan quien había dejado de reírse por el repentino golpe, se dirigió hacia Stacy quien continuaba golpeándose a sí misma.
—S-Si eso es, si no fuera por ese estúpido profesor ¡Ahora mismo estaría con mi novio y no tendría estos pensamientos tan sucios!
Stacy gritaba y tiraba de sus mechones con fuerza, mientras el calor de su cuerpo aumentaba y un extraño aroma comenzaba a salir de su cuerpo.
No me digas que ella...
—¡Stacy, reacciona! ¡Creó que estas entrando en un ciclo de calor!
Debido a las mutaciones en los cuerpos de Alfa y Omega, la capacidad para procrear se ha visto afectada drásticamente. No obstante, como un regalo del cielo, se descubrió que, durante un determinado tiempo, el cuerpo de ambas especies es capaz de aumentar estas posibilidades, sin embargo, durante ese periodo múltiples síntomas también aparecerían.
—¡Dame tus cosas, te llevare a la enfermería!
Es por eso que, debido a la similitud con otras especies, se decidió denominar a este fenómeno como "Ciclo de calor".
Dylan abrió la puerta y corrió sin mirar al frente, sin embargo, antes de dar un paso fuera ya su cara había chocado con algo. No era duro, sino más bien esponjoso y cálido, además tenía textura lisa, como la de alguna ropa cara.
¿Qué es esto?
—Oye, tú.
Sorprendió por la repentina voz, Dylan miró hacia arriba de dónde se escuchaba al remitente, pero apenas alzó la mirada, vio como un gran puño se acercaba a sus ojos.
***
FIN DEL CAPITULO.
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