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Chapter 4 - Problemas

El puño se aproximaba a Dylan a toda potencia, sin embargo, centímetros antes de que asestara, Dylan movió su cabeza esquivando el golpe.

—¿Hum...?

—¡¿Estás loco?!

Un segundo golpe fue lanzado y la acción evasiva fue repetida. Dylan no entendía porque el hombre le seguía atacando, sin embargo, antes de darse cuenta, un intercambio de golpes entre ellos dos había comenzado.

Las extremidades del hombre eran largas y su postura no tenia aberturas aprovechables. Estaba sorprendido. Dylan era creyente de que una persona bella no podía tener más allá de esa habilidad, pero el hombre delante de él rompía ese credo.

Los fuertes golpes lanzados uno tras otro, fueron esquivado por Dylan y estando muy cerca del hombre, el contrataque fue lanzado. Un gran puñetazo en la mejilla izquierda.

—Tú eres el dueño del auto rojo, ¿No es verdad?

El hombre no respondió.

—Escucha, la lunática sentada en esa esquina, entro en celo de repente. No preguntes como, pero me entere de que eres su novio, así que será mejor que te la lleves pronto.

No hubo respuesta del hombre. Dylan exhalo cansado y dio la espalda al gigantesco hombre en silencio.

Este idiota aun no me las ha pagado, pero, ahora hay cosas más importantes que eso.

La mano de Dylan ya estaba sore la perilla, sin embargo, al intentar girarla, no pudo hacerlo. Primero, pensó que quizás la perilla era demasiado dura, no obstante, al intentarlo de nuevo, se dio cuenta que su mano era la que no se movía.

Sentía que algo andaba mal, por lo que Dylan trato de moverse, sin embargo, al hacerlo su cuerpo cayo entumecido al piso. El aire comenzaba a hacerle falta y el sudor se derramaba de su cuerpo mientras el hombre se acercaba.

—Hablas mucho para ser un sucio Omega.

Una voz gruesa y varonil fue liberada de golpe. Dylan sabía que el llamado era para él, por lo tardo en girar la cabeza.

Era un hombre grande, de rostro apesto y traje ajustado. Dylan lo veía de arriba para abajo, por lo que notó una pequeña placa dorada en su pecho. "Roman Roseliov", era lo que podía leerse.

—Roman... es un nombre tan empalagoso que pican mis dientes de solo decirlo.

—Alíviate, una vez que te los quite dejaran de molestarte

Sin vacilar, Roman pateó a Dylan estrellándolo contra la pared. Dylan tosía saliva mientras se cubría el vientre, y al mismo tiempo Roman se dirigía a dar el próximo golpe.

¡Muévete, Dylan! ¡Muévete...!

Estando a menos de tres pasos del hombre moribundo una pequeña silueta lo atrapó por la espalda.

—¡Romi por favor, no tienes que hacer todo esto por mí!

—¡¿Te has vuelto loca?! ¡Déjame de una maldita vez o sino-!

Antes de que Roman terminara de hablar un golpe fue encestado en su mejilla izquierda, haciendo que retrocediera.

—¿Cómo es que estas de pie?, La cantidad de Feromonas que libere debería bastar para suprimir a cualquier Omega, a excepción de Stacy.

—No se a que te refieres con Feromonas, porque los betas como yo, ¡Nos importan un comino esas cosas!

A su grito Dylan pateó el cesto de basura situado en la puerta y corrió pasando a un lado de Roman.

¡Será mejor salir por la puerta trasera y encargarme después de este tipo!

—¡¿A dónde crees que dónde vas?!

Sin aviso, un torrente de feromonas aun mayor al anterior inundo por completo el aula, sin embargo, esta vez Dylan no se alteró en lo absoluto.

—¡No tengo porque decírtelo!

La primera vez, Dylan había sido tomado por sorpresa por lo que no puedo idear un contrataque adecuado, sin embargo, después de saber que su oponente era un Alfa Dominante, Dylan había implementado sus propias medidas

Tu débil olor corporal no será capaz de atravesar mi barrera de Feromonas Dominante Omega.

El escape cada vez se hacía más frenético, pues mientras que Dylan aumentaba la velocidad los grandes pasos de Roman lo iban alcanzando.

—¡Tú, tienes que hacer lo que yo diga! —Grito Roman.

La salida estaba justo delante de las Narices de Dylan y simultáneamente la mano de Riman estaba a punto de atrapar la mochila de Dylan. Los dos estaban a punto de lograr sus cometidos cuando de repente una voz resonó desde lo alto del escritorio.

—¡Roman, amor mío! —Grito Stacy lanzándose desde el escritorio.

—¡¿E/h?!

La mano que rosaba el aire en busca de Dylan se desvío dirigiéndose al suelo. Dylan había atravesado la salida mientras que Stacy llenaba de caricias y besos al hombre que había derribado.

—¡¿Qué carajos estás haciendo?! ¡Quítate de encima!

—¡Oh, quien diría que mi Romi era un hombre tímido!

Con esto el bastardo debió haber podido escapar. Ahora, estamos a mano, así que si vuelve a siquiera tocarle un pelo a mi Romi...

—... Hare que se arrepienta por el resto de su vida —Susurró Stacy mientras se apretaba al pecho de Roman.

***

Dylan había corrido lo más rápido que pudo por lo que hace rato había salido del edificio. Estaba cubierto en sudor y exhalaba con cada paso que daba, tal vez esa era la razón del porque se tapaban la nariz cada vez que alguien se cruzaba el

Pero, estoy seguro de que me puso desodorante en el camino.

—¿...?

Curioso Dylan olfateo su cuerpo, sin embargo, al hacerlo una enorme sensación de vomito hizo que se alejara rápidamente.

—¡Buagh, apesto a alfa! —Dijo Dylan sacando la lengua.

Finalmente había comprendido la reacción de las personas. Debido a su barrera de Feromonas había neutralizado el olor para si mismo, sin embargo, era un caso distinto para los demás.

Dylan se acomodó la ropa e inhalo una bocanada de aire.

Ahora, será mejor darme prisa y llegar a casa lo antes posible.

Con ese pensamiento Dylan dio pie a una carrera que no se detuvo hasta llegar a su objetivo.

***

Finalmente.

Una casa de aspecto desordenado estaba frente a Dylan quien la miraba con una sonrisa. Se acerco a la entrada y con prisa de su bolsillo saco un par de llaves, insertando una de ellas en el desgastado picaporte.

Clic-

—Estoy de vuelta — Dijo Dylan, arrojando su mochila al piso.

El lugar estaba conformado por; cinco habitaciones, dos recamaras, una sala, un baño y el comedor. Los cuales, a diferencia del exterior, estaban en muy buen estado.

—¡Oh! ¡Hola s! —Dijo Josh, quien estaba recostado en el sofá, viendo televisión y comiendo una bolsa de papas fritas —Que tal te fue en la escue-!

Un terrible olor penetró la nariz de Josh provocando que dejara la frase a medias.

—Dios Dylan, ¿por qué hueles así? ¡No me digas que tú...! —Grito Josh quien se cubría la nariz con ambas manos.

En este mundo, las feromonas solo tenían dos propósitos. El primero, era usarlas para el cortejo de un alfa hacia un omega. Mientras que el segundo, era usarlas para suprimir y mostrar la superioridad contra la posible competencia.

—¿Por qué crees?, Un maldito alfa trato de buscar pelea conmigo— Dijo Dylan dirigiéndose al baño.

—Hugh, su feromona es bastante espesa. Seguramente ese tipo es dominante —Dijo Josh preocupado.

—Si, bueno, Dominante o lo que sea. No tiene por qué preocuparte Josh— Dijo Dylan confiado, abriendo la puerta del baño. —Porque no volveré a ver nunca ese tipo.

Al termino de sus palabras Dylan azotó la puerta y abrió la regadera del baño.

—¿Ah, sí? Bien por ti, supongo —Exclamo Josh mientras continuaba con la limpieza de la casa.

***

FIN DEL CAPITULO 3

GRACIA POR LEER.