Cuando vi eso, volteé rápidamente hacia Sofía y me levanté apresuradamente. Por tanta sangre en el suelo, resbalé y caí, pero me levanté de nuevo casi al instante. Corrí hacia ella con el corazón en un puño.
Sofía seguía desmayada, pero la herida en su pecho había desaparecido. Acerqué mi dedo a su nariz y sentí su respiración normal. Una inmensa felicidad me invadió, pero también tenía demasiadas dudas.
¿Qué significa eso del tiempo restante? ¿Solo 30 minutos?
Necesito más información sobre lo que se mostró anteriormente en la pantalla. Necesito que aparezca otra vez.
¿Será como un videojuego? Tal vez podría hacer que aparezca la pantalla. Comencé a decir varias frases, deseando que funcionara:
—¡Te invoco, pantalla!
—¡Aparece ante mí, pantalla!
—¡Muéstrate, pantalla!
Nada funcionó.
Entonces cerré los ojos y susurré "Sistema" en mi mente. Los abrí lentamente, con la esperanza de que algo hubiera pasado... y allí estaba.
La pantalla estaba justo frente a mí. Siiiiiiii, grité en mi mente, emocionado. Inmediatamente comencé a leer la habilidad:
Clase: Guardián de Sofía
Habilidad: Transferencia vital
Descripción: Al matar un ser vivo (humano, animal o monstruo), puedes transferir su vitalidad a Sofía.
Tiempo restante: 25 minutos
Talento: Ninguno
Fuerza: 1
Magia: 1
Agilidad: 2
Suerte: 2
Inteligencia: 3
Después de derrotar a ese monstruo, no subí de nivel ni mejoraron mis estadísticas que decepción pensé. Sacudí la cabeza y pensé que no era el momento para preocuparme por eso.
¿Qué pasará cuando se acabe el tiempo? ¿Sofía morirá?
Grité desesperado:
—¡Sistema, explica!
Entonces escuché una voz en mi mente:
"Al momento en que se acabe el tiempo, la vitalidad de Sofía terminará."
Ahhh... pensé. ¿Qué puedo hacer?
Si matar a ese monstruo le dio una hora de vida, tal vez necesite seguir matando. Pregunté al sistema, pero no recibí respuesta.
Chasqueé la lengua.
—Tsk. Maldito sistema... ¿Ahora qué hago? ¿Habrá otra forma de aumentar el tiempo de vida de Sofía?
Mientras pensaba en esto, volteé con tristeza hacia donde yacían mis padres. Quería llorar. También quería unirme a ellos. Pero, por primera vez, decidí que debía ser valiente. Ahora Sofía dependía de mí para seguir viva.
Vi algo relucir en el lugar donde había desaparecido el monstruo, sentí curiosidad, pero no quería acercarme. Allí estaban mis padres sin vida.
Pero esa luz sentia que me llamaba
Pense: "Ojos que no ven corazón que no siente" y hice una sonrisa forzada. Cerré los ojos mientras me acercaba. Pero mientras caminaba tropecé con algo.
Abrí los ojos. Era mi padre. Vomité al instante.
Desde esa posición, pude verlo bien, estaba completamente destrozado. Su brazo izquierdo, su pierna y casi todo su costado izquierdo eran irreconocibles antes por tanto movimientos no me habia dado cuenta. Era demasiado para mí.
Entonces noté algo parecía que había rastros en la sangre, como si se hubiera girado.
¿Se giró para que yo no viera esa parte? Imposible, apenas podía moverse. Pero no tenía otra lógica. Pensó en protegerme incluso en sus últimos momentos.
Quise desmayarme. Qué inútil soy, pensé, incluso mi padre, moribundo, se preocupó por mí. Apreté los labios con fuerza hasta que sentí el sabor de mi propia sangre.
Susurré:
—Descansa, padre.
Miré hacia mi madre. Sus ojos seguían abiertos. Intenté evitar mirarla, pero sabía que tenía que enfrentar la realidad.
—Descansa, madre —dije con voz temblorosa.
Finalmente, fui hacia el lugar donde brillaba algo. Era una piedra resplandeciente. La recogí y, al tocarla, apareció otra pantalla frente a mí:
"¿Desea consumir la piedra mágica?"
—¿Piedra mágica? —murmuré.
Dije "Sí" para ver qué pasaba.
"Felicidades has consumido un monstruo de alto nivel, has subido dos niveles."
+2 puntos.
"Con los puntos puede aumentar sus estadísticas."
El sistema me dio una breve explicación. Me emocioné... hasta que escuché un sonido:
Ding.
Tiempo restante: 10 minutos.
Grité
— fuck
Tengo que buscar rápidamente más monstruos. ¿Pero dónde los encontraré?
Recordé que las noticias dijeron que la ciudad estaba llena de ellos, Incluso no tiene que ser un monstruo, Solo tiene que estar vivo, pensé. Estoy dispuesto a hacer lo que sea para salvar a mi hermana matare si es necesario .
Salí corriendo hacia la calle, mirando a todos lados en busca de un ser vivo. Entonces, miré hacia arriba y vi algo que parecía un ave gigantesca, del tamaño de un helicóptero en sus patas sostenía a un humano en un instante desapareció entre las nubes.
Cerré los ojos por un momento.
Ahora no tengo tiempo para distraerme.
Abrí los ojos de nuevo y vi algo a lo lejos, una manada de... ¿perros? Llamarlos "perros" sería un insulto hacia los perros. Eran grotescos, sin pelaje, con una piel negra y arrugada. Sus cuerpos eran delgados, secos, como si estuvieran consumidos, tenían ojos rojos, garras largas y afiladas, y enormes dientes de los que caía baba como si tuvieran rabia.
Eran tres en total: dos al frente y uno un poco más atrás. Sujeté con fuerza el cuchillo en mi mano derecha mientras pensaba: "Aparte de sus dientes y garras, no parecen mucho más fuertes que un perro normal."
De repente, uno de ellos aulló:
—¡Auuuuuu!
Sin aviso, los dos perros del frente se lanzaron contra mí. Logré detener a uno chocando mi cuchillo contra sus garras, pero el otro rasguñó mi brazo izquierdo mientras lo intentaba esquivar.
Ahora estaba en problemas. Uno de ellos estaba detrás de mí, mientras los otros dos me atacaban al frente. Estaba rodeado y no podía verlos a todos al mismo tiempo. Además, mi brazo izquierdo apenas podía moverlo debido al dolor.
El que estaba atrás, lanzó otro aullido.
—¡Auuuuuu!
Se me ocurrió una idea, mi única esperanza, si no funciona morire.
Grité en mi mente:
—¡Sistema, sube dos puntos a agilidad!
"Se han subido dos puntos a agilidad."
Sentí un cambio inmediato en mi cuerpo. Cuando los perros se lanzaron contra reaccione rapido y logré dar un gran salto hacia un lado y esquivarlos.
—¡¿Cómo hice eso?! —pensé.
Eso hacen cuatro puntos en agilidad, reflexioné rápidamente. Sin perder tiempo, cargué contra el perro que estaba atrás. Parecía ser el líder, y eliminarlo podría desestabilizar a los otros.
Con una velocidad que nunca antes había tenido, me acerqué y blandí el cuchillo con todas mis fuerzas hacia su cuello, pero el perro saltó hacia atrás, esquivando el ataque. Quise perseguirlo, pero rápidamente me volteé y logré detener un ataque del segundo perro. Gracias a Dios vi la sombra cuando dio el salto.
—¿Y el otro perro? —pensé con pánico.
Antes de que pudiera reaccionar, sentí un dolor intenso en mi espalda y grité. El tercer perro estaba detrás de mí con sus dientes clavados en mi espalda. Rápidamente giré el cuchillo y lo clavé en su cuello, haciéndolo desaparecer en el acto. Pero el daño ya estaba hecho, la herida en mi espalda era profunda, y el dolor me obligó a arrodillarme.
Mientras me recuperaba, vi al perro que había detenido acercarse lentamente.
—Son más inteligentes de lo que pensé —murmuré, dándome cuenta de mi error.
Cuando me giré para defenderme del segundo perro, el otro perro había aprovechado mi falta de experiencia para atacarme por la espalda.
Miré a mi alrededor y noté un callejón cercano, usando toda mi fuerza de voluntad, me levanté y corrí hacia él. Una vez dentro, me giré rápidamente y vi a los dos perros frente a mí. Miré a mi alrededor y se me ocurrió un plan desesperado.
El perro más cercano cargó hacia mí mientras el otro se mantenía a la distancia, observando. Agarré un contenedor de basura cercano y lo empujé hacia el perro que cargaba. El animal saltó rápidamente sobre el contenedor, pero eso era justo lo que esperaba.
Con todas mis fuerzas, corrí hacia él mientras estaba en el aire. Me agaché y apunté mi cuchillo hacia su panza, atravesándola de lado a lado. El perro desapareció en un destello, dejando tras de sí una piedra mágica que cayó al suelo.
Me giré rápidamente hacia el último perro, que ahora estaba solo. Me di cuenta que El lider nunca queria arriesgar a que sufriera una heridas esa fue su debilidad, corrí hacia él antes de que pudiera reaccionar. Intentó escapar, pero su fuerza residía en el trabajo en equipo. En un enfrentamiento uno contra uno, era demasiado débil.
Con facilidad, le clavé el cuchillo en el costado.
"30 minutos han sido agregados."
Me quedé estupefacto.
—¿Tan poco? —susurré, jadeando mientras trataba de recuperar el aliento.