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Chapter 3 - parte 3

Me recosté en unas de las paredes del callejón, jadeando, y abrí la pantalla:

**Tiempo restante: 34 minutos.**

Hice un suspiro fuerte, y comencé a reír como loco.

—Jajajajajaja... —No podía evitarlo, era una risa de nervios y desesperación.

Necesitaba matar al menos 100 monstruos como esos perros para dejar de preocuparme por el tiempo de mi hermana. Hice otro suspiro, esta vez más profundo, mientras me llevaba una mano a la espalda, donde aquel perro me había mordido.

Con cuidado, comencé a buscar las piedras mágicas que dejaron los tres perros. Tras un rato, las recogí todas y me quedé mirándolas.

—Hmm... qué raro. No apareció la pantalla para absorberlas.

Pensé en voz alta:

—Absorber.

Al instante, la pantalla apareció:

"Has absorbido tres piedras mágicas de bajo nivel."

Me quedé pensativo. La piedra que me había dado el monstruo del tejado era de alto nivel, y estas parecían ser de bajo nivel .

—¿Será que la cantidad de tiempo depende del nivel del monstruo? —reflexioné. Era una suposición lógica, pero no tenía tiempo para pensar en eso ahora.

Mis heridas me estaban pasando factura. Mi brazo izquierdo apenas lo podía mover y la herida en la espalda ardía como el fuego. Aun así, no podía detenerme. Debía seguir buscando monstruos.

Sali del callejón hacia la Calle.

Mientras avanzaba por la calle, escuché un grito:

—¡Ayudaaaaaaa!

Venía de un callejón cercano, entre un restaurante y una tienda. Me acerqué en silencio, apoyándome contra la pared para observar sin ser visto. Lo que vi fue a una niña, quizá de unos 12 años, sentada en el suelo con la espalda contra la pared. Frente a ella, un ser humanoide de piel verdosa, pequeño pero grotesco, sostenía un mazo de madera .

¿Un goblin...?

Me tomé un momento para analizar la situación. Apenas podía mover el brazo izquierdo, y la herida en mi espalda seguía sangrando. No estaba en condiciones de luchar contra otro enemigo. Si intentaba enfrentarme a él de frente, un solo error podría costarme la vida, no me podia confiar otra vez . ¿Vale la pena arriesgarme?

Mientras evaluaba mis opciones, vi cómo el goblin soltaba el mazo de madera y comenzaba a forcejear con la niña. Parecía que estaba completamente concentrado en ella. Perfecto. Está distraído.

Decidí aprovechar la oportunidad. Sin hacer ruido, avancé lentamente hasta quedar justo detrás de él. Con un movimiento rápido, le clavé el cuchillo en el cuello. El goblin desapareció al instante, dejando solo una pantalla frente a mí:

"10 minutos han sido agregados."

—Gracias... —me dijo con una voz débil y tembloro, asentí con la cabeza

—Deberías buscar un lugar seguro. Le dije

Me di la vuelta para irme, sujetándome el brazo izquierdo con la mano derecha. Había perdido demasiada sangre, y sentía que en cualquier momento iba a desmayarme.

Entonces, la niña me llamó.

—¡Espera!

Me detuve, algo confundido, y giré la cabeza hacia ella.

—¿Qué pasa?

—Puedo ayudarte... —me dijo con timidez.

—¿Cómo me ayudarías? —le pregunté, con Duda .

La niña me miró con decisión y, aunque todavía temblaba, respondió:

—Tengo una habilidad para curar.

La miré con dudas y le pregunté:

—¿Entonces puedes curar estas heridas?

Ella asintió, y de repente me sentí muy mareado, "es por la perdida de sangre" pensé. Me sostuve de la pared del callejón para no caerme. La chica se acercó corriendo, puso sus manos sobre mi brazo y vi cómo sus manos brillaban de un color verde.

—Siéntate —me dijo.

Al principio negué con la cabeza, pero ella me miró fijamente, con una expresión seria, y me dijo de nuevo:

—Siéntate.

No tuve más opción que obedecer. La vi concentrada mientras me curaba el brazo. Cuando terminó, me dijo:

—Ya está.

No me lo podía creer, tan rápido. Intenté mover mi brazo hacia los lados y, aunque aún me dolía un poco, el sangrado había parado. Me levanté las mangas del suéter para ver si la herida seguía, pero no estaba. Me sorprendió.

—También estabas herido en la espalda, ¿verdad? —me preguntó.

—¿Y cómo sabes? —le respondí, sorprendido.

Se rió.

—No es tan difícil si tienes sangre por toda la espalda.

—Tienes razón —dije, medio sonriendo.

Comenzó a curar mi espalda, y mientras lo hacía, le pregunté con curiosidad:

—¿Cuántos años tienes?

—Tengo 13 —me dijo.

—¿Eres una niña? ¿Qué hacías sola?

—Ah, me dijo, tú no te ves mayor que yo. ¿Cuántos años tienes?

—Tengo 15 —respondí, riendo.

—Ves, solo son dos años —dijo ella.

—Aún así, eres una niña —le respondí, pero antes de que pudiera decir algo más, me golpeó en la herida.

—¡Ahhh! ¿Por qué hiciste eso?

—Debes respetar a tus mayores.

—Solo son dos años, no son muchos —respondió.

Volteé la cara hacia ella, y me miró con cara de enojo. Me reí un poco, le pregunté nuevamente:

—¿Qué hacías aquí sola?

Ella puso una cara triste y comenzó a hablar:

—Salí con mi hermano y sus amigos. Mi hermano dijo que algo bueno iba a pasar cuando terminara el conteo, pero cuando sucedió, un montón de monstruos aparecieron. Corrimos y entramos en la tienda, pero una de sus amigas fue atacada por un monstruo. No vi qué fue, pero tenía una gran herida en el pecho. Pensé que esa chica iba a morir queria salvarla y entonces apareció una pantalla frente a mí diciendo

"Clase: Curandero"

"Habilidad: Restauración Menor".

Me quedé sorprendida, y sin saber cómo, mis manos comenzaron a brillar en verde, y la herida de la chica empezó a cerrarse.

—¿Si estabas con ellos, por qué estás sola? —le pregunté con duda.

—Ya terminé —respondió.

Me iba a levantar, pero ella se sentó a mi lado y dijo:

—Cuando curé a la chica, me sentí muy cansada, casi no podía moverme. Mi hermano, al parecer, se fue con sus amigos. Cuando me recuperé, me levanté, pero la chica no despertaba. Salí a buscar ayuda, pero me encontré con ese goblin nada más salir.

"Qué asco de hermano", pensé para mí mismo.

—Sé lo que estás pensando —respondió ella, como si pudiera leer mi mente.

Mientras negaba con la cabeza, con una expresión de enojo hacia mí, dijo:

—Siempre fue bueno conmigo, siempre me ayudaba cuando tenía problemas en el colegio o con mis padres, nunca me trató mal, es bueno hermano, no pienses mal de el.

Con la incomodidad que sentí, decidí cambiar de tema:

—Ah, entonces es la tienda de aquí —dije.

Ella asintió con la cabeza.

—¿Puedes ayudarnos? —me preguntó.

Negué con la cabeza.

—No puedo.

Ella asintió con la cabeza, con ganas de llorar. La miré, me levanté y le dije:

—Quédate en la tienda, ahí estarás más segura. Te llevaré, estoy seguro de que vendrán los militares y te ayudarán.

Mientras le sobaba la cabeza, la llevé hacia la tienda. Antes de que entrara, me dijo:

—Ten cuidado.

Asentí, volví a mirar el callejón, y vi que en el otro lado había una calle, camine en esta calle pero no había encontrado monstruos a pesar de haber caminado por un rato. Pensé que tal vez en la otra calle habría. Cruce el callejón, giré en la esquina, y sentí una gran respiración.

Era gigante. Tal vez medía dos metros, tenía la piel verde y era gordo, pero cargaba un gran mazo. Vi cómo lo balanceó hacia mí, pero me moví rápidamente hacia un lado. Cuando el mazo chocó contra el piso, creó un gran cráter. Me asusté; ese golpe me habría matado, mi cuerpo habría quedado irreconocible.

El monstruo levantó otra vez el mazo y lo balanceó hacia mí rápidamente. Di un gran salto hacia atrás, y cuando el mazo chocó contra el suelo, me lancé hacia él. El se movia lentamente y aproveché eso para acercarme lo más posible. Inserté el cuchillo en su muslo o eso creei.... no logró perforar la carne.

Fuck- grité

Rápidamente, me moví detrás de su espalda, sin saber qué hacer. El monstruo se dio la vuelta lentamente y torpemente, y me pregunté:

—¿Ahora qué hago?

Sudaba, pero una idea comenzó a formarse en mi mente.

—¡Ya sé! Tengo un plan.

"Tiempo restante: 28 minutos."