♦️ESA ALEMANA...♦️
♦️¿La maldad y la bondad pueden estar en la misma persona?♦️
Huyendo de la invasión soviética en Byalistok (Este de Polonia), en donde vivía antes con Alimska, llego a territorio polaco que está sufriendo la invasión alemana para pasar a la frontera Sur junto a mi hermana.
Tristemente un bombardeo en Opole (Sur del país) nos obliga a separarnos como ocurrió en Byalistok cuando me encontré con el soviético.
Cuando la bomba casi cae encima nuestro empujo a Alimska antes de que el arma la alcance.
Entonces la pierdo de vista y en la desesperacion más pura comienzo a correr buscándola.
En la corrida un grupo de soldados invasores se me cruza en el camino con redes iguales a las del general ruso.
¡¿Que manía tienen éstos idiotas conmigo?!
Mis ojos brillan fuertemente al igual que mis marcas en las manos y el primer soldado que se me acerca es esquivado a tiempo, lo agarro del talón y lo arrojo con fuerza hacia el resto. Otro más se avecina a mí corriendo y amenazando con lanzarme la red, no le funciona ya que incendio la trampa al mínimo roce y la patada que recibe es igual de fuerte que la llamarada.
Me termino de desesperar.
Unos diez militares me apuntan con sus armas y apenas aprieto los dientes golpeo el suelo y el poder tan intenso que sale de mí puño produce que todo se incendie, ningún alemán sale sano ni salvo.
Cuando las llamas me rodean y mis alas blancas se muestran imponentes al tiempo que mí corazón late a cien por hora todo se apaga en un instante cuando veo una luz morada semejante a la de un rayo partiendo el cielo.
No es un relámpago normal, el cielo nocturno está despejado. Las brasas se debilitan cuando me entra la duda de si lo peor está por pasar.
Doy una mirada a los polacos que estaban huyendo mirar al cielo aterrados. Los alemanes también hacen ésto, pero a diferencia de las víctimas ellos observan con admiración, como si estuvieran a punto de presenciar la entrada de un ángel. Uno de los soldados que me quería atrapar me mira tirado desde una pared con una sonrisa maligna.
Cuando noto éste detalle que me eriza la piel alguien se arroja encima mío como si se hubiera lanzado desde el cielo. Al rugir me lo trato de sacar de encima pero ya no está en mí espalda, está enfrente mío y la golpiza que recibo me deja de espaldas tirada contra la pared de un edificio, el cuál se cae a pedazos por el impacto.
Miro confundida y aterrada desde la pared hacía dónde fui lanzada y primero solo veo una leve oscuridad producto del apagón y mis llamaradas apagadas. Pero de la nada la ausencia de luz se convierte en una luz blanca que se torna roja, entonces veo la figura de una mujer de alas enormes y cola emplumada semejante a la de un demonio, quién me ve con mirada desafiante y furiosa.
Mí terror se agranda cuando uno de los chispazos que suelta de sus manos la criatura me permite observar que tiene uniforme alemán y por el reflejo de su medalla en el pecho me hace ver claramente que es general.
La oscuridad vuelve a convertirse en luz cuando un avión pasa encima de la ciudad y lanza una bomba despertando nuevamente la desesperación total después de la intriga y terror producidos por la aparición del ser alemán.
Un grupo de cinco nazistas se me acerca y cuando les doy un rugido para que se alejen de mí uno de ellos me golpea con su rifle y me termina de herir.
Me trato inútilmente de levantar y otro soldado me golpea de nuevo y me hace una llave para que me quede quieta.
Golpeo el suelo y grito. Podría hacer una llamarada pero estoy muy débil...
En mí llanto otro soldado me grita e insulta diciendo que me calle y que ni se me ocurra volver a ponerme en contra de su fuerza como lo había hecho un poco antes.
Lagrimeo y sollozo mientras siento un cañón alemán apuntándome la nuca.
Pienso en la vida que pude haber llevado.
Mis marcas dejan de emanar brillo.
Cuando el soldado iba a disparar oigo una voz femenina, formal, que a primer oido sonaría indiferente a cualquier sentimiento. Una voz proveniente de una mujer que tiene el sentido del deber tan claro como el agua, una fría y lúgubre.
Una voz...
Semejante a la de un ángel caído...
-Lasst die Polin in Ruhe.
(Dejad a esa polaca)
-But, General, dass ist nicht moglich, sie ist der Fei…
(Pero, General, no es posible, ella es el ene…)
-DAS IST MIR EGAL, ES IST EIN BEFEHL!!
(NO ME IMPORTA, ES UNA ORDEN!!)
Al abrir los ojos, veo de donde proviene esa voz.
La hermosa alemana de uniforme rasgado y pintado de sangre de precioso cabello y admirable cuerpo. Reconozco la medalla de la criatura que ví cuando fui lanzada hacía la pared.
No puedo creer que una mujer en esta época pueda llegar a ser una General especialmente de un ejército tan machista (si, escuche toda la charla porque se alemán).
Cubro mí lastimado rostro cunado la blanca mano alemana se tiende para ayudarme a estar de pie. Dejando de lado su origen invasor baja la voz y me habla polaco en un tono mas tranquilizante.
_ Wszystko w porzadku?
(¿Estás bien?)
Sigo asustada y silencio es mí respuesta.
_ Boisz sie, rozumien. Ale nie martw sie, nie zrobimy ci krzywdy.
(Tienes miedo, lo entiendo. Pero no te preocupes, no vamos a hacerte daño.)
Me resulta extraña la afirmación de la general por lo que levanto la cabeza y frunzo el ceño.
_Ale czy to nie jest inwazja?!
(¡¿Esto no es una invasión?!)
_ Tak, ale to dlatego, ze wasz kraj niesprawiedliwie przesladuje moich rodakow. Poza tim Polska i jej sojusznicy chca rozcztonkowac Niemcy.
(Si, pero eso es porque tu país persigue injustamente a mis compatriotas. Ademas, Polonia y sus aliados pretenden desmembrar a los alemanes)
-To niemozliwe… Dlaczego mielibysmy cos takiego robic?
(Es imposible… ¡¿Por que haríamos algo asi?!)
_ To jest powod…
(Esta es la razón...)
Dice la alemana dejando su respuesta abierta para que yo la pueda terminar dando así la razón de tal bestialidad. No tengo nada que decir y vuelvo a contestar con un silencio que es interrumpido por la alemana, quién tomó un tono incluso más oscuro y tétrico.
_ Poniewaz nie ma powodu, chca zniszczyc caty moj kraj dla sportu, dla zabawy…
(Porque no hay razon, quieren destruir todo mi país por deporte, por mero gusto…)
Al verla un poco sus ojos y asustarme un poco más agacho las orejas.
_ To brzmi okropnie…
(Eso suena horrible…)
La nazi me da la espalda mientras comienza a caminar en círculos alrededor mío.
_ Doktadnie, i prawdopodobnie chcesz tego unikcac, widzecie jako cztowieka, hojnego. Mysle, ze nie chcesz, aby tak sie stato, wyraznie mowiac o istotach ludzkich...
(Exacto, y probablemente quieras evitar esto, te veo como un ser humano, generosa. Creo que no quieres que esto pase. Claramente hablando de humanos...)
En éste momento los dos ojos rojos de la criatura alemana se encuentran con los míos cuándo se agacha para decir algo que tocaría mi debilidad de no ser aceptada por lo que soy.
_ Nie jestes.
Ale.
Istoty takie jak my moga promoc w rozwiazaniu tego rodzaju niesprawiedliwosci.
(No lo eres.
Pero.
Seres como nosotras podemos ayudar a resolver este tipo de injusticias.)
_ Czy wygladam, jakbym mogt cos na to poradzic? (¿Tengo pinta de poder hacer algo al respecto?)
Vuelve a caminar a mi alrededor.
Por alguna razón me siento extrañamente halagada cuando la mujer dice la primera oración de su diálogo.
_ Oh, Tak… Widze w tobie potencjat. Masz dwie opcje: pierwsza jest powstrzymanie tej rzezi i prytaczenie sie do sprawy. Aby to zrobic, dotacz do niemieckiej armii…
(Oh, si...Te veo potencial. Tienes dos opciones: la primera es detener la carnicería y unirte a la causa. Para ello, únete al ejercito alemán_)
La interrumpo mientras mi ceño se frunce.
_ A ten drugi?
(¿Y la segunda?
La alemana hace un minúsculo silencio para mirarme fijamente con furia y alzar la voz mientras la va haciendo más temible.
_ Niech rozkaze temu zotnierzowi wycelowac w ciebie i cie wykonczyc. Moze stanowic ryziko. Nie bede tracit czasu na tak tatwa decyzja. Ty wybierasz.
(Que ordene a este soldado que te apunte y acabe contigo. Puedes suponer un riesgo. No perderé el tiempo con una decisión tan facil. Tu eliges.)
La criatura me tiende la mano para que me levante y cerremos el trato para que después me una a sus líneas.
Un escalofrío me recorre. Guardo silencio por un rato, sé que cualquiera de las dos seria una tontería pero la propuesta de la general no es tan mala como la del soviético, al menos podría salvar mí vida... Pero... A costa de los míos...
La alemana deja de ofrecerme la mano, toma aire y antes de que diga el terrible "Sie konnen schieben" ("Puedes disparar") digo un firme:
_ Ich stehe zu Ihren Diensten, General. (Estoy a vuestras ordenes, General.)
Sigo mirando al suelo, siento un poco de alivio mezclado con terror. Oigo una granada explotar a lo lejos, las ametralladoras, se puede oler la sangre polaca y alemana. Entre todo ese caos de sensaciones pertubadoras y sonidos desesperantes levanto la mirada y la vuelvo a ver tendiendome la mano con una frase que terminaría con la vida que tuve.
_ Sag mir, General Trusvert.
(Dime General Trusvert.)