Chapter 4 - CAP. 3

♦️ ¿QUE ESTÁ PASANDO? ♦️

♦️ Los pensamientos vuelan en mí mente como pájaros pero el temor y la preocupación me destruyen como bombarderos ♦️

Cuando los militares habían sido detenidos por su líder ésta les ordenó que me llevaran a un lugar seguro para recibir comida, agua y atención médica.

Tuvieron que cargar mí herido cuerpo ya que mis piernas cedían de todo tipo de fuerza. La probabilidad de un desmayo se empezaba a hacer posible.

Mí audición se debilita y empieza a "hacerse borrosa" al igual que mí vista.

Siento las fuertes manos de los soldados agarrándome los brazos como si fueran anacondas. Víboras. Nunca he sentido ningún animal salvaje en contacto con mí piel, nunca he visto un ser vivo silvestre en estado natural, solo los pude ver en el zoológico de Varsovia, tan hermoso y original... Tan único.

Probablemente esté delirando al tiempo que veo una mancha roja que en realidad es el fuego arrasando la ciudad mientras pasos polacos apresurados y desesperados corren por su vida.

Los niños lloran, las madres los cargan mientras corren, los hombres tratan de proteger a sus familias y todos hacen lo posible para sobrevivir a la masacre...

Mientras arrastro los pies, cuál rugido de un león se oye el motor de un avión. Una bomba cae y pierdo el conocimiento.

Al abrir los ojos estoy en un lugar extraño.

Espera... ¿Dónde es ése lugar?

Imaginaos lo siguiente.

Cuatro paredes y una de ellas es un tragaluz... Un momento!

Tragaluz???

Que es ésto?!

Me trato de mover en el claustrofóbico espacio.

Moviendome apenas.

Saliendo muy poco a poco de mí sueño.

Me acerco a la fuente de luz.

Pálida y lúgubre vista desde ésta cueva. Una mínima esperanza de que hay vida ahí afuera.

Cuando estoy a punto de asomarme por esa ventanita con rejas siento al cruel grillete que sujeta mí cuello.

¡¿Qué?!

El miedo me hace salir de la somnolencia producto del desmayo cuando al tratar de sacarme el collar de la esclavitud del cuello siento otros dos grilletes sujetar mis muñecas evitando que me toque la cara, el torso o justamente el cuello.

Pataleo mientras la desesperación empieza a consumirme y siento de nuevo que mis extremidades están inmovilizadas. Mis tobillos también están encadenados.

Me sudan las palmas pero no creo que sea por los nervios, o tal vez sí. Cuando miro a los costados veo mis manos cubiertas por guantes de cuero.

Me asusto y ahogo un grito.

Que pasa?!

Que es ésto?!

Por qué estoy aquí?!

Dónde está Alimska?!

Siento un dolor de cabeza horrible y al tratar de abrir las alas éstas no pueden por otro meta que se desliza por mí espalda y pasa un poco más abajo de mis hombros pasando sobre la zona donde mis extremidades de vuelo salen.

Doy un chillido agudo muy asustada y confundida. Le doy una fuerte patada a la pared y ni siquiera puedo por la longitud de la cadena, que ahora que lo noto es...

Ésto no es hierro.

La poca luz que entra me deja ver que mí encadenamiento está hecho de obsidiana... ¿Por qué? Nunca he sentido, visto ni tocado tal material, ésto es muy extraño.

Solo he leído acerca de éste metal de origen lejano dónde los volcanes se levantan como chimeneas por dónde sale la furia del centro de la tierra.

Me acurruco lo que puedo sobre el peso de mí pequeño e insignificante cuerpo donde guarda mi existencia que ahora se ha hecho incluso más miserable... Tengo hambre... Algo de frío... Miedo...

...

Eh?

Quién llama?

Witam?

Alguien?

Me puedes sacar de aquí?

...

Por favor...?

Dos luces, semejantes a brasas encendidas, se asoman por la pequeña ventana y me miran fijamente.

Parpadea un poco y cada largo rato analizandome o acechandome, ni siquiera me imagino lo que está haciendo al verme con ese brillo tan...

Llamativo...

Incluso algo excitante... No! Eso no!

De la nada empieza a parpadear de forma rápida y con patrón...

Inclino un poco la cabeza como un perro, pero a diferencia de uno yo sí entiendo un poco.

Cuando trato de hacer brillar mis ojos éstos lanzan un brillo demasiado ténue a lo que es normalmente.

Ahora entiendo que me está hablando en código morse.

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(Hey! ¿Estás bien? ¿Tienes hambre?)

Doy a entender que comprendí el mensaje respondiendo con el poco brillo de mis ojos.

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(Hola! No, no estoy bien. Quiero comida, tengo hambre! Tengo miedo! No podrías sacarme de aquí, por favor? Hablando de eso! ¿Dónde estoy?)

Sus ojos habrían sido para cualquier otra persona aterradores pero para mí fueron extrañamente... Idílicos...

Quimericos, fascinantes. No sé porqué.

Se levanta dejando de nuevo el vacío en éste espacio tan penante.

Su calzado es extrañamente silencioso, tanto que da la impresión que se desliza o incluso flota. Parece que su presencia fue traída por el destino para recordarme lo miserable de mí situación.

Iba a comenzar a derramar lágrimas cuando una mano me toca el hombro y me hace alzar la vista. Como dos luciérnagas rojas allí estaban de nuevo sus ojos y ésta vez parpadearon diciendo que traía algo pero que fuera silenciosa. Asentí y enseguida se me hizo agua la boca al ver que su mano acercaba un jugoso pedazo de carne a mis labios.

Quise moverme para agarrar con desespero la comida pero los grilletes me lo impidieron. Solté un pequeño chillido y la mano suavemente me acercó el alimento a la boca para que coma.

Saboreé las fibras... Tenía un sabor asado exquisito resaltado por el juguito de la carne...

Que delicia, hace días que no comía algo tan sabroso...

El olorcito asado... Con esa exquisita sensación suave y blandita fácil de masticar y saborizada con romero...

DIOS MÍO, QUE BENDICIÓN!!

Mmmm...

...

Todo iba bien, nada me perturbaba de ese celestial sabor que me hacía olvidar un poco lo mal que la estaba pasando.

Hasta que...