Hades~
—Permíteme entender esto —dijo Kael, señalándome con una sonrisa burlona—. ¿El Rey Licano, el hombre que puede matar con solo una mirada, intentó hacer un chiste?
Le lancé una mirada fulminante, mi paciencia deshilachándose por los bordes. Estaba pisando terreno peligroso, pero Kael rara vez tenía el sentido de detenerse. La habitación parecía más pequeña, la tensión entre nosotros espesa en el aire. Pero Kael, como de costumbre, parecía ajeno, aún sonriendo como si se divirtiera con su propia audacia.
—Kael —gruñí, mi tono llevando una advertencia—. Me estás probando.
Inclinó la cabeza, levantando una ceja. —Vamos, Hades. ¿Tú bromeando? Es como un lobo tratando de vestirse con piel de oveja. Simplemente no te queda.