En su mente solo pasa un pensamiento. "Mi misión es controlar la teletransportación, pero justo en este momento, me encuentro frente a un portal que no había provocado. No había tarjeta, ¿será que alguien o algo ya controla la teletrasportacion?"
El día había comenzado como cualquier otro. Los sonidos metálicos de los experimentos de Lusto llenaban el aire, mientras el caos característico del laboratorio lo hacía parecer más un campo de batalla que un lugar de investigación. Sin embargo, siempre estaba Zooe, más que un asistente, él era su amigo. Él estaba para intentar mantener algo de orden entre la locura. Los portales, abiertos con las tarjetas creadas por Lusto, eran siempre impredecibles. Criaturas de lo más extraño emergían de ellos, pero al final, era Lusto quien decidía cuándo y dónde se abrían, sin medir las consecuencias.
Ahí estaba él, en su clásico laboratorio, trasteando con cualquier idea que cruzara por su mente. Sin embargo, un sonido extraño comenzó a resonar. Las luces del laboratorio, aunque parpadeaban un poco, siempre mostraban una luz blanca y limpia, pero esta vez se tiñeron de un rojo fosforescente mientras una alarma estridente llenaba el lugar.
—¿Qué demonios...? —murmuró Lusto, deteniéndose.
La computadora principal, donde lusto guardaba todo registro de sus experimentos, parpadeaba frenéticamente. En la pantalla, un símbolo de alerta destellaba. Con curiosidad y un poco de recelo, Lusto tocó la opción de video que apareció.
Lo que vio lo dejó boquiabierto. En el piso 7, un portal oscuro se había abierto, pero no era uno de los suyos. De él emergió una figura imponente, vestida con una armadura antigua que parecía hecha para soportar batallas legendarias. La figura, alta y amenazante, se movió con una velocidad rocosa, algo oxidad, pero de un golpe rompiendo la puerta de la habitación donde había aparecido.
—¡¿Qué rayos?! —gritó Lusto, su voz saliendo más aguda de lo que pretendía. Y el temblor que el golpe provoco hizo que el científico perdiera el equilibrio casi cayendo al suelo.
La figura se detuvo, mirando directamente a la cámara que transmitía a Lusto. Sus ojos, ocultos tras el casco, parecían perforar la distancia. Entonces, como si fuera un mero juguete, sacó una espada de un portal oscuro. El arma era enorme, más alta que el propio Lusto, y con un movimiento devastador, destruyó la cámara, llevándose media pared con ella.
El edificio entero tembló, haciendo que Lusto perdiera el poco equilibrio que le quedaba cayera al suelo. Antes de que pudiera incorporarse, Zooe irrumpió en el laboratorio, cargando a foot en brazos, y Solería, la guerrera pilanin, lo Siguió al sentir el peligro.
—¡Lusto! ¿Qué está pasando? Esto no se parece a nada de lo normal —gritó Zooe, visiblemente alarmado.
Lusto se levantó torpemente, sacudiéndose el polvo. —No lo sé. Algo raro salió de un portal oscuro en el piso 7 —respondió con voz entrecortada.
En la pantalla de otra cámara, ahora apuntando a la puerta de entrada del piso 8, apareció la figura, caminando con paso firme y decidido, los detectores de movimiento de la puerta respondieron obedientemente dándole el paso.
—Se está acercando muy rápido —dijo Zooe, apretando los dientes.
—¡Gracias por tu brillante observación, genio! —replicó Lusto con sarcasmo—. Pero, no olvides que tienes al gran Lusto de tu lado.
Dicho esto, Lusto desapareció tras una puerta del laboratorio. Un momento después, volvió a salir, vestido con un taparrabos, una camisa estampada con músculos falsos y una piel que se asemejaba a la figura de un león sobre los hombros, como si fuera un el mismísimo Hércules.
—¡Lusto! ¿Qué haces vestido así? —preguntó Zooe, con una pequeña riza.
Antes de que Lusto pudiera responder, sus delgadas piernas no soportaron estar bajo el peso de la piel semejante a la de un león, haciéndolo caer de al piso.
—¿Estás bien? —dijo Zooe, quitándole la pesada piel y tirándola al suelo.
Lusto se levantó, algo avergonzado. —Sí, tal vez este no sea mi estilo…
Sin perder el tiempo, Solería recogió la piel del piso y se la puso encima como si fuera un traje. Con un salto ágil, subió a una mesa donde una fuente de luz la apunto directamente, incitada a golpear su pecho mientras gritando como una guerrera legendaria.
—Creo que a ella le queda mejor —comentó Zooe, intentando ocultar una sonrisa burlona.
Lusto frunció el ceño, claramente molesto, y volvió a meterse en su cuarto. Unos minutos después, salió envuelto en una cortina de humo que él mismo había provocado. Esta vez llevaba unos jeans ajustados, una camisa azul con un pequeño agujero en la parte izquierda del abdomen, sus guantes azul y negro de controlus eléctrus y su bata de laboratorio.
—Lusto, esos guantes necesitan estar conectados —señaló Zooe.
—No más, amigo. Les añadí una batería para que sean inalámbricos. Claro, ahora no pueden levantar toneladas, pero unos cuantos kilogramos sí.
Mientras hablaba, Solería estaba preparando el territorio con el hacha de Lusto, asegurándose de que estuviera listo para el combate. Lusto, por su parte, sacó algo de un armario y se lo entregó a Zooe.
—Toma. Son golpeadores eléctricos. Lo que golpees quedará frito.
El suelo volvió a retumbar con fuerza. En la pantalla de la computadora principal, se veía cómo el caballero oscuro estaba ya frente a la puerta de salida del piso 10, apunto de llegar a la escotilla del piso 11. Su llegada era inevitable.
—Deja a Foot en mi cuarto —dijo Lusto con voz firme—. Solo dile que no se cague.
Zooe asintió con la cabeza dejando al pequeño mono foot en la habitación, tapando con un mueble la puerta.
Lusto se acercó lentamente a la puerta de salida de su laboratorio, miro a solería cual estaba en una posición de corredora profesional, mientras el color de su piel, normalmente color canela suave cambiaba a uno que se asemejaba al del concreto de las paredes.
El científico sintió miedo de estar a su lado, pero zooe, le toco el hombro asiendo que lusto recordara las palabras que su mejor amigo peludo le había dicho, "confía en ella, puede que te sorprenda"
respiro hondo y asintió, volviendo la mirada hacia la puerta del pasillo. Todo estaba listo para la batalla. Entonces, un golpe ensordecedor destrozó la escotilla. El enemigo había llegado.
Salió del agujero y su casco al ver el equipo preparado para pelear, en los agujeros comienza a salir una luz roja penetrante. El cabañero oscuro moviendo sus dedos arriba abajo en una raya en el aire, un pequeño portal oscuro empieza a abrirse.
Los guantes de lusto reaccionan a este portal, y una alocada idea se asoma en la mete de lusto, el portal del guerrero se cierra repentinamente, impidiendo que la espada saliera.
Confundido voltea a ver a los científicos, donde ve que lusto con un movimiento de los guantes avía cancela do el portal.
Soltando un vapor por los agujeros de su casco se prepara para atacar, pero repentinamente un hacha con un golpe limpio le corta uno de sus brazos, el cabañero voltea a donde la inercia llevo al hacha, viendo una pared de concreto con dos ojos rojos listos para casar.
El caballero recoge regenera su brazo, en una escena que deja atónito a lusto, viendo como el hueso se regenera seguido de los músculos y una capa de piel oscura. Con un brazo enorme y musculado. El brazo amputado comienza a desinflarse, desvaneciéndose dejando un charco de agua gris, y la armadura despegada.
—astro locut gerret, dakin emin breess, recortad infinit. —dijo la legendaria figura del caballero apuntando a solería con el nuevo brazo. Regresando la mirada a los científicos. —sosper estorve, mored.
Dice antes de dar un salto en dirección a ellos, lusto lo intenta detener con los guantes, pero la fuerza del enemigo lo superaba en creses, provocando que una acción inesperada ocurriese, lusto es empujado con fuerza a la pared, sus guantes al no poder detener la fuerza de la envestida, fueron repelidos, provocando eso.
Solería rápidamente aprovechando la distracción que lusto provoco le corta los tendones del pie, haciendo que pierda la fuerza, pero el caballero las regenera rápidamente, y le mete una patada a la guerrera pilanin. Pero un golpe de zooe en la cara, ase que el casco sea arremetido y cediera a despegarse de la armadura.
Aquel caballero tenía un rostro demoniaco, su cara era pálida como la pared del laboratorio, tenía 6 ojos rojos brillantes, y una boca que rápidamente se abrió en un montón de picos blancos, dejando salir una lengua roja.
Zooe sin pensarlo dos veces arremetió con otro golpe certero en el rostro, dejando una gran quemadura en este, el mostro intento morderlo, pero es detenido abruptamente.
Era lusto de nuevo, cual conectado de la luz era capaz de detenerlo.
Su enorme fuerza era imposible de contener, y cada vez necesitaba más energía para detenerlo lo que provoco un apagón, quemando los guantes de lusto.
En la oscuridad, solo quedaban brillando los ojos de aquel demonio, y la luz de los eléctricos golpes del gorila gigante.
Después de un rato la luz regreso, el caballero estaba lleno de quemaduras, lo que lo hizo serrar permanentemente 5 de sus 6 ojos.
En un fuerte grito mientras sacaba la lengua solería le corta de nuevo el brazo descubierto, siendo zooe quien, aprovechando la energía eléctrica de sus golpeadores, con una gran carga eléctrica cicatriza la herida imposibilitando la regeneración.
El caballero aun decidido arremete con un golpe que empuja al gorila hasta la pared noqueándolo. Y decidiendo acabar con el de una.
Pero Solería sin dejarle un segundo de descanso arremete con su otro brazo.
El oscuro caballero se le escucha gritar como nunca, dando su primer paso Asia atrás, gotas negras de sudor corría por toda su piel, regenerado su brazo, pero esta vez faltando dos de los 5 dedos, solería intenta arremeter con otro golpe, pero el caballero no lo permite rompiendo el hacha en dos. Y golpeándola directamente. El caballero voltea a ver a lusto cual estaba indefenso.
El caballero intenta impulsarse una vez más, pero sus heridas no le permitían moverse, volviéndose abrir las heridas de sus pies que la pilanin le había provocado.
Sin más opción e caballero oscuro abre un portal de su tamaño procediendo a meterse.
Sin más ideas lusto lanza una tarjeta al portal, activándose al contacto provocando una incongruencia en la naturaleza de aquellas dos ciencias.
Asiendo que el portal se cierre repentinamente, cortando a la mitad a ese guerrero.
Lusto se acerca y ve como la carne de ese caballero no desaparece.
El científico deja salir un aire y viendo a sus dos compañeros de ciencia en el estado que se encontraban, decide encargarse de ellos, dejando a solería en una cama, y zooe al ser tan pesado, le pone una manta ensima.
Al terminar lusto mira al cielo y grita de emoción. —gane, gane. Yo el gran lusto fui el vencedor. —voltea a ver al suelo y su sonrisa se achica, pero esta vez se ve más sincera. —ganamos, equipo somos los vencedores.
Pero sin avisar un portal se abre enfrente de él.
En su mente solo pasa un pensamiento. "Mi misión es controlar la teletransportación, pero justo en este momento, me encuentro frente a un portal que no había provocado. No había tarjeta, ¿será que alguien o algo ya controla la teletrasportacion?"