El estruendo de la guerra sacudÃa los cimientos de Krypton.
Los cielos ardian en un torrente de lluvia ardiente, los rayos fugaces del plasma celeste golpeaban las naves, haciéndolos caer al vacÃo de los destellos, retumbando la tierra sin piedad.
Desde las alturas del Consejo, una explosión iluminó el cielo en tonos rojizos, proyectando sombras largas y amenazantes sobre las torres cristalinas de la ciudad deteriorada por los impactos ofensivos de las naves terroristas.
Jor-El, el cientÃfico más brillante de su generación, corrÃa a través de los pasillos de su laboratorio privado, un lugar repleto de maquinaria avanzada y monitores que mostraban las lecturas del inminente colapso planetario. En sus brazos, sostenÃa al futuro de su raza: su hijo recién nacido, Kal-El.
La única esperanza de su propia raza, las esperanzas de un sueño enterrado por las creencias y la arrogancia de su gente.
Era ahora o nunca, porque de lo contrario, las urgencias rebeldes se apoderarÃan del planeta y terminarÃan condenados de todos modos.
"Ya no hay tiempo", pensó mientras miraba el codex, un artefacto sagrado que contenÃa el mapa genético de todos los kryptonianos, grabado en un intrincado diseño de calavera, adornado con patrones biológicos, la presentación de la secuencia genética de kipton.
HabÃa hecho lo impensable: lo robó del Consejo y transfirió su contenido al cuerpo de su hijo mediante la máquina genética, una estructura monumental que pulsaba con energÃa en un sistema intrincado de destilación.
—Jor-El, aún podemos reconsiderarlo —dijo Lara, su esposa, con los ojos llenos de lágrimas y la voz temblorosa.
Ella no estaba de acuerdo con la situación de alejarse de su hijo y hacerlo vagar por quién sabe dónde a través del universo.
HacÃa milenios desde que la exploración espacial kryptoniana habÃa dejado de funcionar, retirados a su planeta de manera repentina. Prohibiendo asà la exploración espacial.
HabÃan múltiples factores a tomar en cuenta, probables peligros para su hijo la nave que lo llevarÃa y su bienestar.
Ella como madre, no sentÃa tanta confianza en dejar a su hijo asà nada más.
Jor-El la miró con una mezcla de amor y resolución. EntendÃa por lo que estaba pasando su mujer, él también sufrÃa por ello. Pero no por eso iba a permitir que su hijo cayera en la petición de su raza y su planeta. La última esperanza de kriptón estaba en sus manos, como un niño nacido producto de la naturaleza, y no de manera artificial.
TenÃa a diferencia de ellos, el poder de elegir ser quien quiera ser, y con la ayuda del codex, ser extremadamente bueno para cualquier oficio o disciplina que quisiera desarrollar.
—Lara, no tenemos elección. — jor el la sostuvo en sus hombros, mirándola a los ojos. — Kal-El es la última esperanza de Krypton.
Dirigió su mirada hacia el computador y trazó sus manos en los controles, fragmentos inteligibles de una sustancia nanométrica que se movÃa acorde a las decisiones y órdenes de jor el.
Frente a ellos se proyectó un holograma tridimensional, una maravilla de la tecnologÃa kryptoniana. La máquina holográfica, integrada en el núcleo de su laboratorio, era capaz de generar imágenes visuales y sonoras tan nÃtidas que parecÃan reales. Alimentada por cristales de memoria, esta tecnologÃa utilizaba pulsos de energÃa para recrear simulaciones complejas, incluso a nivel molecular.
El holograma mostraba un sistema solar lejano, estimando una distancia de 27 años luz, a través del centurión de orion rao. Y allÃ, se mostraba un pequeño planeta azul orbitando un sol joven y brillante.
— observa, Lara. He estado trabajando durante todo este tiempo en encontrar una ubicación perfecta para nuestro hijo. A través de nuestras ondas logré encontrar un lugar perfecto acorde a las necesidades de nuestro kal. Este planeta, llamado Tierra por sus habitantes, es perfecto para él. Su sol amarillo es más joven y vigoroso que nuestro Rao. Alimentará a Kal-El, convirtiéndolo en algo más de lo que jamás podrÃamos soñar. La gravedad de ese mundo es menor que la nuestra, y su atmósfera, aunque primitiva, es respirable. Será más rápido, más fuerte, más poderoso que los nativos.
Lara observó el holograma en silencio. El planeta azul se veÃa pequeño y frágil, pero habÃa algo esperanzador en él.
Se hubieran tenido más tiempo, habrÃan viajado juntos, con su hijo. Pero debido al golpe de estado del general zod, sus esfuerzos por encontrar una nave lo suficientemente estable para llevarlos a los tres fue infructuoso. Sin mencionar, podés desarrollar un desactivador psicológico kriptoniano incrustado en cada uno de sus habitantes, a excepción de Clark.
—¿Y qué será de nosotros, Jor-El? ¿Qué será de nuestra raza? ¿Estás seguro de que el planeta va a explotar? —preguntó, mientras sus lágrimas rodaban por su rostro.
—Kal-El llevará el Codex en su interior. En él está grabada la historia genética de Krypton, todo lo que somos. Él será nuestro legado, Lara. Nuestra esperanza, libre de las cadenas con las que nacimos.
Ambos, marido y mujer, permanecieron en silencio por un momento, consolándose con el hecho de que su hijo estarÃa bien donde sea que estuviese.
La nave que llevarÃa a su hijo estaba lista, descansando en la plataforma de lanzamiento del laboratorio. Era una obra maestra de la ingenierÃa kryptoniana, diseñada para viajar más allá de los confines de su sistema solar. Construida con una aleación única de metales kryptonianos, la nave era resistente a las fuerzas gravitatorias extremas y a la radiación cósmica. En su interior, un núcleo impulsado por energÃa fotónica y alimentado con cristales de hipermateria podÃa generar energÃa casi infinita, lo que le permitÃa recorrer vastas distancias.
—El sistema de navegación está conectado a la Dimensión Fantasma —explicó Jor-El mientras ajustaba los controles. La Dimensión Fantasma, una anomalÃa espacio-temporal utilizada para el confinamiento de criminales kryptonianos, ahora serÃa utilizada como un atajo para acortar el viaje de la nave. El espacio interestelar serÃa reducido a fragmentos, permitiendo que Kal-El llegara a la Tierra en cuestión de dÃas.
Los esposos siguieron modificando algunas configuraciones, Hasta que por fin se dirigieron hacia su hijo.
Lara sostuvo a su hijo en brazos por última vez. Sus ojos, llenos de amor y tristeza, se posaron en el rostro del bebé, quien dormÃa tranquilo, ajeno al caos que los rodeaba.
—Te amo, Kal-El. Siempre lo haré. —Lara depositó un beso en su frente antes de envolverlo en una manta con el sÃmbolo de la casa de El, un escudo que representaba esperanza. En un pequeño bolsillo oculto de la manta, Jor-El habÃa insertado una llave de cristal, una Inteligencia Artificial que contenÃa el conocimiento de su familia y su civilización.
—sé que en estos momentos no me estás entendiendo, hijo mÃo. Pero esta llave te guiará cuando estés listo —susurró Jor-El mientras colocaba al bebé en la cápsula de la nave.
Los dos esposos mantuvieron a su hijo en brazos, dándole el último abrazo y cariño de sus vidas.
Mientras que por otro lado, el niño simplemente los observaba con sus ojos bien abiertos, casi pasmado por la sorpresa y la incertidumbre.
ParecerÃa que solo parecÃa expectante ante las vistas extrañas que sus ojos inocentes podrÃan observar.
Pero en realidad era todo lo contrario, aquellos ojos inocentes estaban llenos de inteligencia Y una duda extrema.
No entendÃa absolutamente nada de lo que los padres le decÃan, pero sà comprendÃa su situación extraña y desconcertante.
En especial cuando conocà a muy claramente aquel sÃmbolo que aquel viejo con barba le señalaba de vez en cuando entre sus balbuceos y palabras de un ruso borracho e intoxicado con alguna especie de hongo nocivo.
¿Era asà como se escuchaba el idioma criptoniano?
O para empezar, ¿Por qué demonios habÃa despertado en el cuerpo de un recién nacido?
¿Observando tecnologÃa alienÃgena, hombre barbón con dialecto ruso intoxicado, y mujer extremadamente hermosa y voluptuosa, llorando como si hubiese perdido un ser querido?
De hecho tenÃa una respuesta extremadamente inquietante, pero esto Solo le llegaba a presentar otra pregunta aún más inquietante..
¿Por qué el susano juicio terminó en el cuerpo de un recién nacido clark kent?
Sin fuerzas para poder resistirse a lo que sea en lo que lo estuviese colocando, él recién nacido, quién habÃa sido no hace una noche atrás un universitario extremadamente borracho en su cama junto con algunas mujeres suelas, solo pudo observarlos mientras sus frustración era expresado por algunos llantos por parte de su inquietante forma de protestar a esta gente desconcertante.
Pero los gritos solo hicieron que la mujer gritara aún más desconsolada, mientras aquel hombre barbudo seguÃa ajustando lo que sea que estuviese haciendo por debajo de sus narices.
Lara, con manos temblorosas, activó los controles de teledirección. La nave se elevó suavemente en el aire, emitiendo un zumbido armónico mientras las puertas del laboratorio se abrÃan al cielo nocturno. A lo lejos, el resplandor de una explosión iluminó el horizonte, una señal de que la guerra civil en Krypton habÃa llegado a su apogeo.
Aquel universitario renacido solo maldecÃa en el interior de la nave, solo se habÃa dado algunos tragos, ¿Desde cuándo el vodka podrÃa darte un viaje de transmigración al universo DC?
—Adiós, Kal-El —dijeron al unÃsono mientras la nave desaparecÃa en el cielo.
Aquel desafortunado universitario ni siquiera pudo escuchar El último adiós y aquellas personas extrañas que lo mojaron con sus lágrimas y saliva.
Este solamente podÃa gritar con frustración, y perjurando jamás beber en su vida
El viaje comenzó. La nave atravesó los lÃmites del espacio kryptoniano, entrando en la Dimensión Fantasma en un destello de teletransportación, donde las leyes del tiempo y el espacio se distorsionaban. Este lugar, oscuro y etéreo, parecÃa infinito, con fragmentos de materia flotando en un vacÃo sin fin. La nave navegaba con precisión, utilizando la energÃa almacenada en los cristales de hipermateria para mantener su curso hacia la Tierra.
Entonces que durante 5 dÃas, aquel muchacho universitario ahora ha vuelto un infante fue producto de las torturas de la inteligencia artificial con la que habÃa sido incorporada la nave o lo que sea donde lo habÃan metido. Alimentándolo de algo incipiente, limpiándolo de vez en cuando y proporcionándole cosas que le inquietaban.
Mientras tanto, en Krypton, el destino final del planeta se aceleraba. Los núcleos de energÃa que mantenÃan el equilibrio del mundo colapsaron, generando terremotos y tormentas que arrasaron las ciudades. Lara y Jor-El, de pie frente a una ventana, observaron cómo su mundo se desmoronaba.
Solo tenÃa el alivio de que su hijo se habÃa salvado de la destrucción Que tanto se les avecinaba.
Tritón aún seguÃa vivo en su hijo.
¿Pero quién habrÃa pensado que su hijo fue alguna vez un borracho universitario que terminó siendo transportado a kriptón después de algunos tragos y algunas mujeres suelas?
En cualquier caso, el viaje fue exitoso, y el pequeño kal logro aterrizar en la tierra.
12 años después.
Smolville, Kansas.
En el recreo de Smallville Elementary School, un niño raro se encontraba apartado del resto, no por miedo o burla, sino por extrañeza y apatÃa del mismo.
Un niño de 12 años, sentado debajo del árbol más alejado del grupo de adolescentes, enfocados en hacer cosas de niños que estaban a unos cuantos pasos de entrar en la adolescencia.
Lo que implicaba que era pequeños grupos etiquetados desde los más populares hasta los más ñoños.
También estaban los niños aplicados y los enamorados, mandándose cartas de amor y pidiéndose ingresar al armario oscuro que se encontraba tras bastidores, donde el conserje guardaba los útiles de limpieza.
Eran cosas de niños, niños extremadamente precoces que solo deseaban explorar lo que sus padres decÃan enamoramiento, y descubrir la razón del Por qué le hacÃa tanto el corazón tras ver al chico o a la chica que le hacÃa brillar los ojos y despejar su mente.
Todos querÃan pertenecer al grupo deportivo de la primaria, pues ellos tenÃan un pase libre para encontrar a las chicas más bonitas y besarse y besuquearse todo lo que ellos quisieran a la hora que ellos quisieran.
A excepción de clark Kent. Fue un Enigma, un niño completamente extraño incluso para los estándares de los ñoños.
Solo estaba allÃ, comportándose como un hippie, todos los dÃas sentándose en medio del sol, incluso en los dÃas más calurosos.
Cruzaba sus pies y formaba una posición de yoga, respiraba una y otra vez, practicando alguna especie de juego de niños, donde buscaban en todo momento dominar la energÃa vital de sus cuerpos, tal y como los dibujos animados japoneses lo explicaban.
O al menos, eso era lo que lana lang pensaba. Sus mejillas se hincharon como si se tratara de un hámster, sus pequeños brazos se colocaron en su cintura y su espalda Se inclinó hacia adelante mientras su mirada fruncida se reflejaba, observando detenidamente a su amigo de la infancia volver a ser otra vez esa estupidez, lo que sea que estuviese haciendo.
Por otro lado, Clark, efectivamente, meditaba despreocupado, indiferente a la atención o el menosprecio de los niños que le rodeaban todos los dÃas.
Ya hace mucho tiempo que habÃa hecho las paces consigo mismo, teniendo en cuenta que ya tenÃa 14 años varado en este mundo, cumpliendo sus votos de no volver a beber un dÃa más.
Desde el momento en que sus padres adoptivos se habÃan hecho cargo de sà mismo, ya sabÃa que los siguientes años no serÃan buenos para él.
Respiración agitada, la sensación de una falta de aire constante, fiebres intensas espontáneas, eran solo El pequeño de sus problemas.
Pues habÃa despertado en el cuerpo de Clark kent, el jodido Superman.
Incluso el universo mismo sabÃa quién era Superman, de alguna manera la existencia misma se habÃa puesto de acuerdo para hacer que la presencia de este ser en especial diera comienzo a un sin número de catástrofes y maravillas en un universo extremadamente loco.
Y él, repentinamente habÃa terminado en medio de esta situación, encarnando al mismÃsimo hijo de kriptón.
Su destino estaba sellado, Pero no por eso se echarÃa a llorar.
Más bien, era una buena oportunidad para retomar la vida que se le diera la gana, pues tenÃa todo las de ganar, y no permitirÃa que nada, ni siquiera el alcohol y las mujeres suelas, se interpusiera en todo lo que quisiese para un futuro.
Para cuando su sistema inmunológico logró adaptarse a los virus, microbios, en cualquier otra entidad parasitaria de este mundo, de inmediato decidió autoimporse una disciplina de autocontrol.
Teniendo en cuenta que la energÃa solar le proporcionaba una fuente infinita de poder, esto también significaba que debÃa autocontrolar ese poder que tanto le podrÃa jugar en contra si no jugaba bien sus cartas.
Pues dudaba que el gobierno se sintiera dignado en dejarlo tranquilo si en algún momento se enterara que algún chico con super fuerza vivÃa en Kansas, levantando el tractor de su padre mientras este cambiaba algunas tuercas.
Y expuesto al Sol desde pequeño, en lo primero que se dignó en desarrollar no fue ni su super fuerza ni su vuelo ni algún tipo de poder que el sol amarillo le pudiera proporcionar.
Uso todos sus esfuerzos en autocontrolar sus células, un poder de Superman logró desarrollar en los cómics, aunque muy tarde en su vida.
TenÃa la teorÃa de que si lograba controlar cada célula de su cuerpo, sintonizarse con ella y acceder voluntariamente a las reservas de energÃa que este cuerpo lograba producir, entonces los descontroles esporádicos de la manifestaciones de sus poderes serÃan mÃnimas.
Fue entonces cuando los años le dieron la razón, cuando Marta y Jonathan Kent pudieron percatarse de las irregularidades de su hijo, la única diferencia de que nunca perdió el control a excepción de unos cuantos momentos esporádicos y difÃciles de recordar. Cómo la ves en el que habÃa destruido la mesa favorita de Marta tras apoyarse de más en ella.
Fue entonces que con arduo trabajo y meditación, logró dominar cada una de sus células y logró desarrollar su primera habilidad como kryptoniano.
El bloqueo y la liberación gradual de la energÃa solar almacenada en su cuerpo.
En pocas palabras, habÃa logrado imponer un auto interruptor a su capacidad de liberación de energÃa, aquella que le permitÃa manifestar sus poderes.
Permitiéndole asà acceder solamente a ciertas fracciones de energÃa según la necesidad.
Prácticamente habÃa eliminado la preocupación que tener que estar limitándose constantemente, a favor de solamente liberar el poder que estaba encerrado en su interior.
Esto le permitió no solo la capacidad de elevar o disminuir sus habilidades kriptonianas, sino que también le permitió desarrollar todas sus habilidades de una vez por todas.
Super fuerza, super velocidad, bio-campo y vuelo, invulnerabilidad, visión térmica, telescópica y microscópica, súper alientos y aliento congelante, capacidades cognitivas superiores, súper sentidos y visión Lancer.
Todas estas habilidades desarrolladas desde los 5 años, logrando elevar sus poderes desde un 1% a 100% según le convenga.
Una capacidad conveniente que le permitirÃa no solo interactuar normalmente con las personas, sino que también evitar matarlas por equivocación.
Pese a que sabÃa que se encontraba en un universo similar a los cómics de DC, esto era hasta cierto punto el mundo real, con todas y sus excentricidades que superaban la lógica de su vida anterior.
Dudaba que sin aquella capacidad de autocontrol pudiera siquiera tener algún tipo de relación Ãntima con alguna mujer, sin tener que matarle en el proceso. Y él querÃa descendencia, muchas de ser posible.
Años más tarde, sus padres le explicaron sus orÃgenes y le enseñaron aquella nave en la que habÃa sido encerrado y enviado a la Tierra, explicándole sus orÃgenes desconocidos, del cual incluso ellos desconocÃan, a excepción del mismo clark, un trasmigrado conocedor de los cómics de DC y del icónico Superman.
Ahora a la edad de 12 años, pese a no tener el poder que Superman tenÃa los cómics, sin dudas era extremadamente poderoso, Aunque muy por debajo el Superman se habÃa visto en los cines en el pasado. Cuando un actor muy famoso llamado Henry kavil habÃa hecho su debut como el hombre de acero.
Las estimaciones como fanático sobre su fuerza y capacidades le dieron la oportunidad de compararse y darse cuenta que sus capacidades solo reflejaban un 30% de lo que era capaz de hacer aquel Superman.
Y lo entendió, porque sabÃa que aún era un niño. De 12 años nada menos, aún le faltaba mucho por desarrollarse, mucho por descubrir, y esperaba, por el amor a Dios, no encontré ningún tipo de inconveniente relacionado con locos metahumanos deseando apoderarse del mundo.