El sol en Neighborville comenzaba a salir nuevamente mientras la luna terminaba de esconderse, indicando que un nuevo día acababa de empezar, la luz producida por la gran bola de fuego empezó a llenar por completo la habitación en la que cierto pelinegro se encontraba durmiendo, sin embargo aquello no era suficiente para despertarlo, no fue hasta que el despertador comenzó a vibrar que el chico empezó a abrir los ojos y a ponerse de pie, dió algunos parpadeos rápidos y constantes con la intención de acostumbrar su vista lo mas pronto posible a la iluminación en su habitación, soltó un bostezo y estiró sus brazos, tomó su despertador y lo lanzó hacia el otro lado de la habitación con fuerza, rompiendolo y provocando que dejara de emitir sonido.
Se dirigió a la puerta con la intención de bajar y ver qué podía desayunar, sin embargo antes de hacerlo llegaron a él los recuerdos de lo sucedido el día anterior... sintió nuevamente el miedo recorrer todo su ser, puesto que ya sabía a que se estaba enfrentando y no era algo que quisiera tener que soportar, sin embargo aquella duda sobre si todo esto podría ser un sueño no había sido resuelta. Con nervios y algo de miedo giró la perilla de la puerta de su habitación, empezó a jalar está hacia adentro lo suficiente como para poder asomar su cabeza, el pasillo de arriba estaba vacío en su totalidad, careciendo de la presencia de cualquier individuo.
Max soltó un suspiro, pues parecía que el segundo piso estaba completamente bien, pero aún era demasiado pronto que no se trataba de un sueño, puesto que tenía que bajar al primer piso para desayunar y ahí era en dónde había visto por última vez aquellas plantas mutantes, abrió totalmente la puerta de su habitación y salió de esta para acto seguido empezar a avanzar a paso lento hacía las escaleras, al llegar a estas miró abajo, no había señales de que alguien se encontrará cerca por lo que decidió empezar a bajar por los escalones con la misma lentitud con la que había recorrido el pasillo del segundo piso.
Al terminar de bajar no vió a nadie a sus alrededores, se sintió seguro por un momento, empezó a avanzar y fue hacia su baño con la intención de lavar su rostro para quitarse un poco el sueño que aún tenía al haberse levantado recientemente, sin embargo al momento de entrar y abrir la llave rápidamente escuchó a alguien quejarse y ver cómo de su lavamanos salía una girasol mutante empapado, cerró la llave para que dejará de fluir el agua mientras recibía una mala mirada de parte de la planta.
Sintió decepción al confirmar que no se trataba de un sueño como él tanto había querido pensar, pero está vez no fue tan difícil de aceptar como lo había sido ayer, después de todo ya había recibido una probada de lo que tendría que soportar. Decidió dejar sus pensamientos de lado un momento para poder disculparse con la girasol sin embargo está ya se había ido, parecía que se había distraído mucho tiempo y que la planta se había cansado de esperarlo.
Se sintió algo mal pero a su vez decidió que lo mejor era dejar de pensar en eso, no tenía tanta importancia y de todas formas no parecía que pudiera hacer algo, comenzó a caminar hacia su cocina, había traído unos cuantos suministros en sus cajas de mudanza para poder comer por un pequeño tiempo, con aquello pudo prepararse un pan integral con paté y té, no era para nada el tipo de desayuno que normalmente él comería pero no podía quejarse, después de todo comida era comida, una vez que terminó dejó su taza en el fregadero de la cocina y se fue del lugar anteriormente mencionado.
Se dirigió a la sala central y allí se fijó en una puerta que no había revisado antes, cuando había llegado a su casa ese lugar estaba cerrado pero ahora parecía ser accesible, aunque no de de una forma convencional siendo que la perilla estaba notablemente rota, abrió por completo la puerta y se dió cuenta de que en el interior se encontraba un enorme invernadero con multiples mesas altas hechas con lo que parecía ser madera ubicadas encima de un montón de tierra y arena, pero lo que mas destacaba era el que casi todas las plantas que había visto ayer se encontraban ahí junto a sus macetas sobre aquellas mesas, la gran mayoría aún estaba durmiendo mientras que otras ya habían despertado como era el caso de la girasol con gorra y parche que le había bloqueado el camino hacia las escaleras la otra vez, se le veía haciendo lo que parecían ser ejercicios. Por otro lado también notó al lanzaguisantes con aspecto de vaquero que se había tomado la molestia de explicarle la situación en la que estaba Neighborville, él también estaba despierto, tenía la intención de salir del lugar por la puerta dando saltos con su maceta cuando se encontró con Max, quién no supo como reaccionar; ambos individuos se quedaron mirando el uno al otro esperando a que algo pasará, pero viendo que luego de un minuto entero nada ocurría el de sombrero decidió finalmente hablar.
-¿Podrías...hacerte a un lado?- aquella planta mutante no parecía tenerle demasiada paciencia al humano, cosa que se hacía notable por su tono de voz que aparentaba cierta molestia y sus ganas de simplemente avanzar
-Ah si, lo siento-Max finalmente había reaccionado luego de escuchar aquella petición por parte de la planta con sombrero que estaba frente a él, dió un paso hacia la derecha, permitiendo que el lanzaguisantes saliera y se alejará a quien sabe donde.
Ahora que aquel incómodo momento había terminado pudo volver a centrar su atención en este lugar, se adentró más en este espacioso invernadero y vió con más detenimiento cada detalle, había una estantería con utensilios de jardinería y en la zona de arriba de las paredes habían ventanas grandes por donde entraba la brillante luz solar del exterior, las plantas que aún se encontraban allí se encontraban en las áreas en dónde más daba el sol, pues parecían disfrutar bastante de este.
Max pensó en qué tal vez era necesario tener bien cuidadas a sus plantas si quería tener una defensa impecable capaz de mantenerlo a salvó, por lo que tomó la regadera y con algo de prisa se dirigió a la cocina para llenarla con agua, no tardó mucho en volver y cuando lo hizo fijó su mirada en una girasol que estaba despertando lentamente, supuso que si la planta que se había encontrado en el baño se había molestado había sido por mojarla demasiado, así que está vez se acercó con cuidado, la girasol se percató de su presencia pero no hizo más que darle un alegre saludo con una de sus hojas el cual por mero instinto el joven adulto acabó correspondiendo con un ligero movimiento algo nervioso. Cuando estuvo lo suficientemente cerca empezó a vertir un poco de agua sobre la planta mutante, ella rápidamente se mostró contenta con esto, estaba disfrutando de aquellos pequeños chorros de agua que caían sobre ella, incluso soltaba unas cuantas risas que provocaron que el resto de sus compañeros finalmente despertarán, ellos al notar lo que el humano hacia empezaron a acercarse con la intención de recibir el mismo trato que la girasol.
El chico se sintió algo abrumado por la pequeña aglomeración de plantas que se habían reunido a su alrededor, sin embargo decidió hacer lo que sus defensores parecían querer y empezó a regarlas a cada una, nunca había estado interesado en la jardinería ni sabía mucho de la misma pero era de conocimiento básico que tanto la tierra como el agua eran esenciales para las plantas, por lo que podía asumir que esto contaba como estar alimentadolas, cosa que a su modo de ver pensó que le venía bien pues si aquellos que debían protegerlo estaban siempre bien alimentados y cuidados no deberían de tener problemas al pelear contra los zombies...en eso se detuvo en seco, la lanzaguisantes que estaba siendo regada en ese momento miró confundida a Max, acción que los demás no tardaron mucho en imitar, pues no entendían el porque de repente el mayor se había quedado inmóvil.
-los zombies...!maldita sea¡ !Podrían atacar en cualquier momento y yo aquí perdiendo el tiempo¡-dijo para si mismo en un tono notoriamente alterado y preocupado antes de dejar caer la regadera y retirarse corriendo del invernadero con dirección a la entrada principal, dejando algo confundidas a sus plantas.
Rápidamente llegó a la ventana, se apegó a esta y observó a lo lejos el cementerio ubicado frente a su hogar, aquella neblina morada parecía estar aumentando la intensidad de su color, lo cual dificultaba un poco ver si alguien o algo se encontraba ahí, permaneció unos cuantos minutos mirando, centrando toda su atención en ese lugar hasta que finalmente luego de unos minutos pudo ver a muy duras penas como una silueta empezaba a salir del cementerio a paso lento, cuando esté se encontró totalmente fuera de la neblina se pudo ver su apariencia, la cual era exactamente la misma que Max pudo presenciar ayer.
Alarmado y sabiendo que tenía que hacer algo pronto corrió de nuevo hacia aquel invernadero, algunas plantas se habían estado asomando en la entrada de este desde que el humano se fue para ver qué lo tenía tan alterado, el chico sin perder tiempo tomó a una de las girasoles, agarrandola desde su maceta y la cargó sin dificultad para acto seguido llevarla a toda prisa hacía el jardín, en donde una vez ahí la coloco en uno de esos cuadros que tenía el patron de ese espacio verdoso, entró de nuevo en casa y repitió el proceso con 2 girasoles más, aquellas plantas se asustaban al ser cargadas y llevadas de un lado a otro de forma tan repentina. Luego de dejar al tercer girasol Max vió como aquel zombie ya se había adentrado en su jardín, las pocas plantas que tenía ya colocadas no estaban haciendo nada además de moverse de un lado al otro en sus respectivas casillas como si estuvieran bailando al ritmo de una melodía que solo era ellas parecían ser capaces de escuchar.
Sabiendo que no podía perder el tiempo en tonterías se acercó alterado al trío de girasoles, quienes no tenían intención de cesar con su danza- ¡hey! ¡Hay un zombie ahí! ¿¡Porque no lo atacan!?- el tono que había usado terminó asustando a las pobres plantas, aunque parecieron calmarse muy rápido
-nosotras no somos huh...plantas ofensivas- explicó una girasol de forma calmada luego de haberse relajado por el susto inicial que le había dado el humano
-¿!No atacan!? ¿¡Entonces que se supone que hacen!?- preguntó frustrado y preguntándose el porque aquel loco vecino de ayer le había dado plantas "inútiles" incapaces de defenderlo, no era su intención ser tan grosero con ellas pero la desesperación era conocida por sacar lo peor de cualquiera
Las girasoles aunque se sintieron algo mal por aquellos estuvieron a punto de explicar su función pero Max había entrado nuevamente a la casa y a los pocos segundos volvió con un lanzaguisantes a quien sostenía desde su maceta, lo colocó una casilla delante de uno de los girasoles y en la misma fila por la que se aproximaba el zombie, no pasó mucho para que la planta de colores completamente verdosos empezará a dispararle guisantes de gran tamaño a su enemigo, quien a pesar de los daños que su putrefacto cuerpo se encontraba recibiendo seguía avanzando y ya se encontraba a la mitad del jardín.
Max estaba a punto de volver a su casa para poder traer más plantas pero las mismas habían comenzado a salir de la casa, entre ellas se encontraban la girasol de gorra y parche y el lanzaguisantes con aspecto de vaquero. Al pensar y sentir que ya todo estaba solucionado ahora que todas sus plantas estaban afuera decidió entrar de nuevo en su casa pero está vez para cerrar la puerta con llave, pues además del miedo que sentía también estaba seguro de sus plantas serían capaces de derrotar a los no-muertos que vinieran a tratar de atacarlo, permaneció un momento respirando e inhalando para calmarse pues con la desesperación de antes se había alterado demasiado, también pudo darse el lujo de reflexionar en el como le había hablado a esos girasoles, lo cual le hizo sentir culpable al haberles gritado e indirectamente llamarles inútiles, por lo mismo trataría de disculparse mas adelante si se le daba la oportunidad.
-(ojalá no me estén viendo como alguien malo...¿Huh?)- sus pensamientos se vieron interrumpidos al oír ruidos variados provenientes de afuera, inundado por la curiosidad y en parte por el miedo de lo que pueda estar pasando decidió asomarse por la ventana para averigüar de que se trataba aquellos sonidos, presenciando así un caos en su jardín, varios zombies estaban llegando a la vez mientras que la situación con sus plantas era un auténtico caos-(¿Pero que demonios?)-
Los lanzaguisantes trataban desesperadamente de disparar a cada zombie que llegaba, pero no había coordinación alguna, pues cada uno disparaba al primer putrefacto enemigo que veían y a veces hasta cambiaban de objetivo sin haber terminado con el anterior, sumado a que tres de ellos estaban escondidos detrás de los girasoles y poco a poco los demás también se acobardaban, a excepción de Gint, quien eliminaba zombies con disparos precisos. Respecto a los girasoles, la situación con ellos no estaban mejor que sus compañeros de boca de trompeta, aquella girasol de gorra verde y parche había tenía un palo en mano con el que estaba golpeando repetidas veces a un zombie que ya se encontraba tirado en el césped, dos de sus compañeras brillaban con una amarillenta luz y compartían aquella iluminación con los lanzaguisantes cada poco rato, para finalizar el resto de girasoles corrían de un lado para el otro asustados, cosa a la cual se fueron uniendo más plantas.
Max estaba confundido, pensando en si esto era normal, ellos lo habían defendido sin problemas el otro día, por lo mismo se le hacía confuso el ver que ahora se vieran tan incompetentes e incapaces de hacer bien su trabajo "¿Tal vez son más zombies que ayer?" Asumió el chico al no recordar del todo bien que tan grande era la diferencia entre los zombies que vinieron ayer y los de hoy, sea como sea esto era un problema, varios zombies ya habían llegado mas allá de la mitad del patio y no dejaban de venir más desde aquel cementerio.
El joven adulto tenía dudas de que hacer con exactitud, sabía que no tenía mucho tiempo para pensar en un plan...¿Escapar por alguna ventana? Podrían haber más zombies por ahí ¿Cerrarlo todo cuanto mejor pudiera? No, se moriría de hambre. Eran varias las ideas que surgían en la cabeza de Max sobre lo que debía hacer en esta complicada situación, sin embargo todo eso dejo de tener importancia en su cabeza cuando se percató de que dos zombies tenían acorralada a una lanzaguisantes quien del miedo ni siquiera podía disparar para defenderse de los putridos enemigos que amenazaban con despedazarla con sus amarillentos pero aún fuertes dientes. Como si eso no fuera suficiente, ningúna planta se percataba de lo que pasaba debido a que estaban muy ocupadas tratando de huir o esconderse, al menos la mayoría de ellas, Gint y la girasol de gorra eran los únicos que ayudaban a retener un poco la horda.
Sintiendo que era su obligación la de evitar que algo malo le sucediera a una de sus plantas decidió dirigirse hacia la puerta con prisas, a un lado de esta se encontraba la misma pala que había utilizado el día de ayer para poder defenderse, la agarró y abrió la puerta tan rápido como pudo, al ver todo lo que pasaba delante suyo se arrepintió y pensó en retornar a su plan de escapar mientras aún tenía la oportunidad, pero pudo ver nuevamente a esa lanzaguisantes, quien ya solo tenía sus ojos cerrados, lista pero temerosa de aceptar su destino. Max podía sentir el miedo recorriendo cada centímetro de su cuerpo, pero eso no evitó que comenzará a correr en dirección a aquella mutación de la naturaleza para poder protegerla, al estarse acercando atrajó la atención de ese par de zombies y de varias de las demás plantas, ignoró aquellas miradas y balanceó la pala para acertar un duro golpe a uno de los no-muertos de elegante aspecto, mandando su cabeza a volar.
Los pensamientos de todos los que presenciaron esa pape- digo, aquel ataque brindado por parte del humano a uno de sus enemigos eran variados pero en general a todos se les hacía raro, pues los humanos siempre solían quedarse en su casa mientras las plantas defendían...o al menos eso les habían dicho, el otro sujeto de piel podrida que quedaba quiso atacar a Max al mismo tiempo que soltaba "Brainz" en voz alta, pero su cabeza se desprendió de su cuerpo también al recibir el mismo trato que su compañero ya derribado. La lanzaguisantes que anteriormente se encontraba en peligro aún estaba algo temerosa, pero se veía en su mirada que estaba tan agradecida como confundida por la acción del humano.
Aquellos enemigos con abrigos pardo y olor desagradable continuaron avanzando, Max analizó el campo de batalla en el que se había convertido su jardín, sabía que por algún motivo sus plantas simplemente no eran lo suficientemente organizadas como para encargarse ellas mismas de defenderlo, a diferencia de como pensó en un inicio no parecía que tuviera otra opción más que la de intervenir en los ataques que pueda recibir a su hogar de parte de esos monstruos humanoides, pero aún así dependería bastante de ellas para poder sobrevivir.
-¡Escuchen bien!- dijo en voz alta, llamando la atención de cada planta que se encontraba ahí, sin excepciones, Max permaneció unos segundos callados, se había puesto nervioso y no encontraba palabras que decir, no tenía realmente nada planeado para decir y las ideas apenas estaban llegando a su mente, sin embargo tenía que actuar ya- huh... necesito que ustedes se...eh ¡hagan una formación!- indicó, pensando que eso sería suficiente para poner algo de orden
Las plantas aunque dudosas decidieron hacer caso, sin embargo la falta la simpleza de la orden y la falta de detalles hizo que todas empezarán a formar pequeños grupos en distintas partes del jardín, cosa que no era a la que Max se refería, este al ver que necesitaba ser más específico golpeó su pala contra el suelo para volver a llamar la atención de sus aliados. Nuevamente tenía su atención, pero surgía el mismo problema, le costaba pensar en una estrategia funcional y la presión de tener a los zombies aún avanzando no era precisamente algo que lo ayudará a ordenar mejor sus ideas.
Luego de mirar el como aquellas 3 girasoles que había colocado él mismo anteriormente seguían tal y como las había puesto se le ocurrió una idea que involucraba el aprovechar la forma del jardín a su favor -¡todos los girasoles, coloquense en los cuadros de la primera fila!- volvió a indicar, usando su pala para poder señalar y apuntar a ese trío de girasoles para poder dar ejemplo de lo que tenían que hacer, debido a que veía a estás plantas como indefensas supuso que lo mejor era mantenerlas protegidas por aquellos que si podían atacar.
Los girasoles hicieron caso rápido, la presión de los zombies acercándose los ponían tensos y nerviosos, a excepción de la del gorro, quien dirigió una mirada de interés al ver como el humano de repente tomaba una posición de lider a pesar de no haber demostrado otra cosa que miedo en todo el corto tiempo que lleva aquí, sonrió y formó una fila junto a los de su tipo.
Max dió una indicación idéntica para los lanzaguisantes, sin embargo el número de estos era mayor, siendo 7 de ellos era imposible formar una sola fila sin que quedarán algo incómodos por la cercanía de unos con otros. Antes de poder pensar en algo vió que ya habían 3 zombies a punto de alcanzarlo, agarró con fuerza el mango de la pala y usó la parte metálica para repartirle a cada uno un golpe tanto fuerte como rápido, a pesar de que seguía estando algo temeroso por estar tan cerca de un muerto viviente también estaba viendo que realmente no era tan difícil acabar con ellos, cosa que lo hizo entender el como este lugar lograba mantenerse estable a pesar de los ataques de estos seres.
-¡Un lanzaguisantes ahí y otro por acá!-señaló está vez a uno de los cuadros que se hayaba junto a la cera en la tercera fila y luego hizo lo mismo pero en el otro extremo, dejando a 3 lanzaguisantes para defender las filas restantes del medio, entre ellos se encontraba Gint, quien no estaba del todo seguro que tan bien saldría esto al ser consciente de que sus compañeros no eran tan poderosos aún, sin embargo esa inseguridad se convirtió en confusión cuando vió que Max se posicionaba unos pasos delante del trío de plantas ofensivas con la pala en mano "¿Está loco?" "¿En serio va a luchar junto a nosotros?" Eran algunas de las cosas que pensaban las plantas del jardín.
-cuando yo este en frente de alguno de ustedes no disparen para no arriesgarse a darme a mi y centrense en defender únicamente sus lineas-dijó como última indicación antes de "amablemente" propinar un duro golpe a otro zombie cercano, más se aproximaban, por lo que el chico les dió la orden de empezar a disparar a los lanzaguisantes, quienes hicieron caso.
Ahora se trataba de una batalla bastante más equilibrada, la primera y quinta fila podían defenderse con suficiente eficaz al contar con 2 lanzaguisantes en cada una de estas, mientras que los no-muertos que llegaban a las 3 que se hayaban más al centro era protegidas por el joven adulto mientras era apoyado gracias a los proyectiles naturales y enormes que disparaban sus verdosos aliados.
Los zombies que se aproximaban por las filas centrales eran debilitados por los constantes guisantes que caían sobre ellos, algunos llegaban a ser eliminados mientras que otros eran rematados por Max, quien trataba de mantener la mayor distancia posible entre él y aquellas criaturas de hambre insaciable para evitar cualquier mordedura o rasguño al aún permanecer con el pensamiento de que podía llegar a ser infectado si recibía algún tipo de daño como solía suceder en las películas.
Pronto el número de zombies disminuyó hasta reducirse a cero...los presentes estaban aliviados, pensando que por hoy la situación estaba bajo control, pero pronto vieron como desde el cementerio salía alguien más, su apariencia siendo idéntica a la de los demás seres que se atrevían a levantarse de sus tumbas, con la peculiaridad de que este sujetaba un palo que terminaba en una bandera de un llamativo color rojo cuyo centro estaba decorado por el dibujo de un cerebro, atrás de él se aproximaban un nuevo grupo de aquellos elegantes y a su vez deformes seres, parecía ser un último intento de conseguir la victoria por parte de ellos.
-¡Se aproxima una gran horda de zombies!-avisó Max para mantener en alerta a los demás mientras veía como aquellos seres lentamente salían del cementerio y se aproximaban al jardín, los lanzaguisantes se prepararon y comenzaron con la ofensiva, disparando sus pesados guisantes de considerable tamaño a los objetivos frente a ellos.
El Zombie abanderado consiguió acercarse lo suficiente hacía Max como para intentar golpearlo con la bandera que llevaba en la mano, pero aquel ataque fue tan lento y torpe que el pelinegro no tuvo problema alguno para esquivarlo y responder con una patada que hizo caer al zombie para acto seguido clavarle la pala en el cuello y después lanzar la cabeza hacía otro zombie, estas 2 últimas acciones con la parte de metal de aquella herramienta de jardín, extrañamente no se veía sangre al cortar las extremidades de estas abominaciones que desafiaban la vida y la muerte.
Por parte de las plantas, estás estaban centradas en cumplir con su misión de acabar con los zombies que iban llegando al patio, Gint había tomado un pequeño interés en el humano al verlo tener el valor suficiente como para venir a ayudarlos en esto, había escuchado historias sobre que en ocasiones los novatos no suelen sobrevivir a sus primeros días defendiendo las casas de la gente y probablemente así hubiera sido el caso de algunos de sus compañeros de no ser por la intervención de Max, a quien podía observar como eliminaba enemigo tras enemigo. Otra planta cuya atención había sido captada por aquel pelinegro era la girasol con gorra, quien se mostraba feliz y emocionada por ver que a quién se le encargó proteger no era simplemente otro cobarde que se escondería en su casa mientras ellos se encargaban del trabajo sucio, quería ir a luchar y machacar unos cuantos zombies con su palo, pero prefería respetar las ordenes que se le habían dado.
La horda zombie disminuyó sus números bastante más rápido de lo esperado, siendo el último zombie en el campo derrotado al recibir el impacto de la pala en la cabeza, habían sobrevivido exitosamente a este ataque, cosa que fue recompensada con el sentimiento de alivio y calma que llenaron a todos, no es que hubiera sido una lucha intensa, pero ciertamente todos habían tenido sus dudas y nervios al comenzar con esto.
Max miró la gran cantidad de cuerpos que estaban regados por ahí, decidió dar un vistazo a los dos jardines que tenía a ambos lados, por parte del de Dave este se veía idéntico al suyo y el del otro lado estaba decorado con varias flores, había una linea entera de estas en la cuarta fila del césped, aunque diferentes ambos compartían algo y era que no tenían cadáveres regados por doquier, dudoso de que debía hacer con ellos decidió acercarse a algunos y comenzar a jalar los cuerpos de los zombies derrotados hacia el bote de basura que se encontraba a un lado de la cera de la calle, las plantas solo quedaron espectantes, aunque al ver que no vendrían más de esas cosas varias empezaron a volver al interior de casa.
Luego de unos pocos minutos Max había juntado todos los cuerpos caídos de los zombies en el bote basura...bueno, solo los que habían logrado entrar, al resto solo los dejó a un lado "si esto es normal aquí, entonces no debe ser raro hacer esto ¿No?" Volteó y caminó con algo de prisas pero a su vez cansancio a su casa, en la entrada aún le esperaban unas cuantas plantas, entre ellas la girasol con parche y gorra.
-¡Estuviste genial jefe!-dijo la girasol, provocando que el chico se confundiera tanto por el cumplido como por el apodo-¡La comandante Dulce a sus órdenes!-dijo la planta de forma enérgica y alegre, revelando finalmente su nombre mientras colocaba una de sus hojas en su frente a modo de saludo militar.
El joven adulto quedó aturdido mentalmente por unos segundos "me acaban de llamar jefe?" Se preguntó con algo de incredulidad, miró por unos segundos a aquella planta, ella parecía estar esperando pacientemente una respuesta ¿Que se suponía que debía decir? Tal vez lo mejor era seguirle el juego.
-ehm, gra-gracias, descanse- imitó aquel saludo y la girasol obedeció, se retiró en dirección al invernadero en el que anteriormente estaban todas las plantas.
El chico aunque aún algo confundido decidió no darle mucha atención al asunto, tenía cosas más importantes en las que pensar y entre ellas estaba el problema de los suministros, no había traído tantas cosas como hubiera querido y pronto tendría que ir a buscar más, cosa que le preocupaba pues a duras penas había tenido el valor para salir a su jardín ¿Que tal si las calles eran peligrosas también? O ¿Tal vez los habitantes recibían raciones de víveres cada cierto tiempo? No tenía idea pero si sabía una cosa...aún no había almorzado, tenía hambre, por lo que sin más se fue a preparar algo de comer.
...
En un lugar subterráneo, metálico y poco iluminado a simple vista se podía oir una risa, la voz que protagonizaba aquellas carcajadas tenía un tono chillón y hasta se podría decir que sonaba algo infantil, sin embargo aquello no le impedía a la risa poder inquietar a cualquiera que supiera de lo que era capaz la persona que soltaba...
-Ah sido mucho el tiempo que el mundo ah rechazado sin cansancio lo que tengo para ofrecer, sin embargo y luego de todos estos años me eh asegurado de dar el siguiente paso en la evolución, una evolución que ellos ya no podrán rechazar ¡Incluso si quisieran!-Relataba entre algunas pequeñas carcajadas dignas de un villano de película, volteó a mirar a aquel único ser que se encontraba escuchándolo atentamente, sin hacer ni un solo movimiento.
-ellos están tan acostumbrados a su vida pacífica y pensando que pueden lidiar con todo lo que yo haga pero oh...no saben lo que les espera, no lo saben en lo absoluto- caminó hacía la luz que brindaba un foco del techo, mostrando así su grotesca apariencia, tenía las mismas características que cualquiera de esos muertos vivientes, pero contando con guantes y botas negras acompañadas de una bata blanca de científico, no parecía ser muy alto pero parecía ser que se debía a que todo eso se había ido directamente a su enorme y resaltante cerebro. Volvió a dirigirse a aquel con quién estaba conversando, sin embargo, está vez su tono tan tenebroso y villanesco había sido dejado atrás -bien planti la maceta ¿Soy muy listo no?-
Frente al zombie se hallaba una maceta con un pequeño brote en el, por razones que serían obvias hasta para un niño pequeño aquel objeto no dió respuesta alguna ante nada de lo dicho por el científico de enorme cráneo, causándole molestia.
-¡Oye no me mires así! Tu solo espera, ellos se condenaron así mismos hace mucho tiempo...-dijo mientras se volteaba y dejaba de lado el brote por un momento, sin darse cuenta se tropezó con uno de los tantos cables que habían en el lugar, trató de desenredarse rápidamente, sobretodo al escuchar que alguien venía.
-¿Re..molcador?- logró articular aquel muerto viviente cuya mirada de alguna forma parecía ser más inocente y no estar tan vacía como la de sus iguales
-¡No remolcador! ¡No estoy bien! ¡Ven y ayúdame!- ordenó estresado mientras las venas en su cabeza se marcaban, el zombie solo obedeció, no sin antes dejar el plato con "Pop smarts" en una mesa cercana, una vez que el aparente genio estuvo libre de los cables se dirigió una vez más a la maceta-Muy pronto...las cosas van a empezar a cambiar por aquí-
El sujeto miró hacia una pantalla, una cámara le mostraba a a algunos zombies recolectando conos y cubos, pasó a otra pantalla más en donde miraba a varios zombies con apariencias variables y únicas en comparación a las de los zombies comunes...finalmente una tercera pantalla que mostraba la casa que se hayaban frente al cementerio...