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Chapter 4 - Wall-nut bowling

Empieza un nuevo día en Neighborville, siendo el sol una vez más quien se encarga de anunciarlo a todos en este tan peculiar lugar, la iluminación llega lentamente a cada zona mientras la oscuridad desaparece. Una persona en particular se levanta un poco antes de lo normal, aún con su pijama puesto se estira encima de su cama antes de ponerse de pie e ir al baño para poder comenzar a arreglarse. Luego de bañarse y peinarse se miró al espejo, su cabello rosado y largo ahora estaba apropiadamente acomodado, una cinta roja sirviendo como apoyo para que este mismo se mantuviera como a ella le gustaba, su vestimenta por otra parte constaba de una camisa a rayas blancas y rosadas, unos shorts plomos con tonalidad oscura, unos calcetines algo largos del color anteriormente mencionado y zapatos rojos, cada prenda tenía un buen constrante una con la otra y con su blanco tono de piel.

Una vez que la chica de facciones asiáticas lista para iniciar con su día se acercó a la sala de estar, por donde se viera habían girasoles mutantes sonrientes, no había ninguna otra planta que girasoles, girasoles y más girasoles, algunos incluso teniendo aspectos que los diferenciaban mucho de otros de su especie, como accesorios, distintos colores o incluso...¿Cabezas extra? Pero lo más interesante era sin duda la fascinación que tenía la pelirosada por estás bellas flores, pues no solo eran las únicas rondando su casa, si no que también se veía que la cantidad de las mismas eran bastante grande.

La chica se dirigió al exterior de su hogar, recibiendo algunos saludos de parte de sus bellas flores mutantes en el camino, tomó una manguera roja que parecía ya estar conectada a una fuente de agua, algunas de sus girasoles empezaron a salir para poder disfrutar de su sesión diaria de ser regadas con el refrescante líquido natural que tanto amaban, ella alegremente empezó a proporcionarles lo que tanto ansiaban.

Las girasoles que recibían el agua se veían bastante contentas y satisfechas con el trato que recibían, mientras que aquellas que esperaban por su turno disfrutaban del ambiente tranquilo. La atención de todas en el jardín de la joven chica se vió captada cuando se escuchó el sonido de un vidrio romperse, rápidamente dieron con la fuente del ruido, algo había sido arrojado desde la ventana de su vecino y había caído en su patio, se acercó al objeto para verificar de que se trataba, era...¿Un despertador?

La chica se acercó al objeto y lo recogió del suelo, miró hacia la ventana de la casa que tenía al lado con extrañeza ¿Que clase de loco tenía de vecino?...bueno, no es que el resto fueran muy normales, pero hasta ahora no había visto a nadie tirar cosas de su casa sin motivo aparente, sin embargo decidió ignorar aquello, tal vez lo mejor era no involucrarse en lo que sea que sucedía ahí, prefería evitarse cualquier tipo de problema, incluso si sentía curiosidad por quién vivía ahí...aunque mantener un ojo sobre él desde lejos no tenía nada de malo ¿No?

...

En la casa de techo rojizo y paredes blancas Max se encontraba preparando unas cuantas cosas, bajo las escaleras con una mochila, se dirigió a la cocina para ver sus utensilios durante unos cortos segundos antes de decidirse por agarrar un cuchillo de tamaño mediano que se veía bastante filoso, acto seguido dirigió su mirada en la puerta que lo llevaba al jardín zen, pensando en que planta debería llevar consigo para poder explorar las calles, estaba tan metido en sus pensamientos que no se percató de como por su ventana se veía a unas figuras algo pequeñas se acercaban a la puerta de su hogar.

-vamos toca...solo toca...¿que no le enseñaron a tocar o que?-Mencionó cierto lanzaguisantes de hielo que portaba un collar, esperaba a que un compañero casi idéntico a él en apariencia golpeara la puerta para poder ingresar al lugar como les habían indicado que debían hacer, viendo que su compañero no parecía animarse a realizar la acción que él tanto esperaba decidió hacerlo por su cuenta

Al oír golpes en su puerta el chico se preguntó de quién podría tratarse, pues hasta ahora la única persona que conocía era Dave luego de haber llegado a Neighborville, pensando que podría tratarse de algún otro vecino y esperando que no fuera un zombie giró la perilla y jaló la misma hacia dentro, encontrándose frente suyo un grupo de plantas, todas eran muy parecidas a los lanzaguisantes que ya tenía en casa, pero con la diferencia de que estas parecian tener cabezas y cristales hechos completamente de hielo solido, aunque esto era solo lo que el chico pensaba.

-¡Hola señor! Nos enviaron para apoyar con la defensa de su casa-Dijo la planta congelada que se encontraba frente a él, se le veía bastante animado y entusiasmado

-Un gusto igualmente...creo ¿Vienen de parte de Dave?- Aunque la pregunta a este punto se le hacía algo innecesaria de hacer aún así quería estar completamente seguro

-¡Sip! Somos hielaguisantes, con permisooo- Dijo antes de autoinvitarse a entrar con emoción, sus 4 compañeros fueron detrás de él, adentrandose en el hogar del joven adulto.

Max no dijo nada al respecto, ver que plantas mutantes entraban de esa manera a su hogar era probablemente lo más normal que le había sucedido desde que llegó aquí, recordó la misión que se había encomendado así mismo cumplir y miró a los hielaguisantes que se encontraban explorando la casa, un lanzaguisantes que aparentemente tiene poderes de hielo debía ser mucho mejor que uno normal, al menos eso pensaba él, caminó hasta Ice que se encontraba mirando a una pared bastante atento por alguna razón, como si estuviera mirando a alguien.

-hey ¿Cómo te llamas?- a pesar de que traía prisa el humano pensaba que lo mejor tal vez sería mantener una actitud relativamente amable a sus plantas siempre para que se mostrarán más colaborativas.

-¡Ice! Un gusto señor- Se presentó la planta de hielo con un alegre tono luego de dejar de prestarle atención a lo que sea que veía en la pared

-(¿Señor? Pero si apenas tengo 21 años...)- Pensó ante la forma en la que la planta mutante se había referido a él, pero eso no era importante ahora mismo, no podía permitirse perder el tiempo -Un gusto Ice, mira, necesito salir a comprar algunas cosas pero siento que podrían haber zombies en las calles y necesito tener alguna planta cerca mío en caso de que sea así ¿Así que vienes conmigo?-

-¿Ir a explorar Neighborville? ¡Me encantaría!- se le veía bastante emocionado por lo que se le había propuesto, no dejo que el chico dijera otra palabra antes de ir saltando hacia la puerta con la intención de adelantarse, pero el humano rápidamente se puso frente suyo

-Antes de irnos necesito meterte en esta mochila-algo que en lo que se había fijado el mayor durante sus batallas era que las plantas solo dejaban sus macetas cuando estaban pisando tierra, lo cual le había hecho aprender que esto era algo vital para ellas-Ven, acompáñame al jardín-

Humano y planta fueron al patio delantero, una vez ahí el más grande de los dos le pidió a su recién llegado compañero que saliera de su maceta, este obedeció y saltó al césped del suelo, Max tomó la maceta y la acercó a la mochila que tenía, tiró toda la tierra dentro de esta y una vez que ya no quedaba nada acercó dicho objeto a Ice, quien se metió en esta, se sentía sorprendentemente cómoda para el lanzaguisantes congelado.

-Bien, vámonos...-dijo el pelinegro antes de cerrar la puerta de su hogar, se colocó la mochila con Ice dentro, el objeto tenía tanta tierra que la cabeza y parte del tallo del hielaguisantes sobresalía lo suficiente como para poder observar los alrededores con libertad, el chico por su parte estaba nervioso e inseguro de lo que iba a hacer, pero no tenía otra opción. Sentía que alguien lo estaba observando...miró su casa y el cementerio en frente de este, no había nadie, le restó importancia pensando que solo era su paranoia y decidió partir.

Solo habían dos posibles direcciones a las que ir, Max había optado por la derecha, comenzando a caminar a un paso relativamente tranquilo mientras miraba las calles, quería aprender lo mejor que fuera el camino para poder regresar sin problemas a su hogar y orientarse mejor por el sitio, las casas de las demás personas eran coloridas, todos los jardines tenían aquel mismo curioso patrón parecido al de una tabla de ajedrez, incluso de vez en cuando llegaba a ver algunas plantas en estos, pero no veía nada que no hubiera visto antes. Otra cosa que llamaba su atención era la falta de zombies en todo el lugar, Gint había mencionado que el ser atacado por los no-muertos era algo común aquí, entonces ¿Porque no veía a ninguno de sus vecinos defendiendose de algún ataque?...de hecho, tampoco podía ver a ninguno de sus vecinos, no parecía haber nadie en las calles además de él, cosa que le preocupó, mientras que su compañero helado estaba demasiado distraído admirando los alrededores como para fijarse en aquellos detalles que tanto estaban angustiando al humano.

Luego de unos minutos de caminata el chico encontró un puesto, las paredes eran verdes, las ventanas grandes y muy bien cuidadas, tenía una pequeña zona con césped y bellas flores, mirandola con mayor detenimiento se dió cuenta de que se trataba de una florería, una bastante bonita, realmente no estaba interesado en decorar su casa ni mucho menos regalarle flores a alguien, pero pensándolo un poco llegó a la conclusión que un puesto así en un lugar como Neighborville seguramente debía tener flores mutantes como las que tenía en casa, confiando en que su lógica era la correcta decidió adentrarse en el lugar.

La campana le dió la bienvenida a Max al ingresar, mientras que para una señora de piel morena esto fue un aviso de que tenía un nuevo cliente, cosa que la hizo mostrar una alegría y entusiasmo bastante notorios, está saludo desde el mostrador y el chico se acercó a ella, pudiendo mirarla con mayor detalle.

-¡Bienvenido a Jade Seeds! Mire alrededor por favor y dejeme saber si hay algo de su interés o si tiene alguna duda- indicó con amabilidad al mismo tiempo que señalaba el espacioso y bien decorado lugar, el chico se fijó en un letrero que se encontraba encima del puesto de la mujer que tenía escrito "Florería de Summer y Ayla" con unos pequeños dibujos de los rostros de ambas personas, ambas al lado de su respectivo nombre, cosa que sirvió para que Max se percatara de que quien tenia frente suyo era la primer mencionada en el cartel.

La pequeña girasol que se encontraba en el cabello de la mujer dió un brinco hacia una maceta que se encontraba en el mostrador a un lado de Summer, dió un saludo amistoso tanto al humano como al hielaguisantes, por su tamaño se podía intuir que aun era muy joven, pues no era tan alta como los girasoles que tenía Max en su hogar.

-Hey, ahora que me fijo, nunca te había visto antes por aquí ¿Eres nuevo en Neighborville?- La mujer intentaba mostrarse lo más amistosa posible para que el contrario se sintiera seguro de hablar con esta...sin embargo sus esfuerzos no parecían dar frutos como ella esperaba.

Dentro de la mente de Max todo era un caos, nunca había sido bueno socializando y mucho menos con mujeres, aquella vendedora no le intimidaba, pero necesitaba un rato para poder pensar que diría sin arriesgarse a soltar alguna estupidez, aún recordaba aquella vez que estaba pidiendo una hamburguesa en un restaurante y terminaron llamando a la policía porque la mesera pensó que la estaba acosando cuando la realidad era que él solo quería añadir ketchup y papas a su comida.

-S-si, digo ¿no? Eh, tal vez ¿El tiempo es relativo no crees?-Respondió nerviosamente y sin saber que demonios estaba diciendo, dentro suyo deseaba que pudiera hablar con la misma naturalidad que tenía al decirle algo a sus plantas-(por favor no otra orden de alejamiento mas, ya tengo una colección entera de esas...)-

Para su sorpresa, la mujer echó a reír, aquella actitud nerviosa se le había hecho adorable, mientras que el joven adulto estaba algo confundido pero a su vez aliviado, pues las risas normalmente significaban que no había espantado nuevamente a alguien...por ahora.

La risa de la mujer fue corta, por más que le encantaría charlar todo el día con su cliente tenía que priorizar su trabajo-Eres adorable cariño, te acostumbrarás a este lugar mas pronto de lo que crees...bueno ¿Vas a comprar algo? Tenemos todo tipo de flores, amapolas, rosas, girasoles, por mencionar algunas-

La mención a los girasoles llamó la atención de Max, incluso haciendo que se olvidará del hecho de que la contraria lo había llamado "cariño", pues este pensó que se refería a aquellas grandes plantas mutantes que tenía en su hogar y eso realmente le interesaba-Si e-en realidad, estoy bastante i-interesado en conseguir algunas cuantas plantas-respondió tratando de mantenerse sereno, pero vió como Summer se le notaba realmente alegre, parecía ilusionada por poder atender a su cliente, bastante más de lo que estaría cualquier vendedor estaría, cosa que confundió un poco al joven adulto.

-¡Por supuesto querido! Ven, sígueme- La mujer tomó la maceta que tenía a aquella pequeña girasol con su brazo izquierdo y utilizó su mano para tomar la de Max, quien tuvo un pequeño rubor en su rostro y no pudo evitar que Summer le arrastrará por un pasillo con entusiasmo, mientras tanto Ice, bueno, él parecía divertirse con todo esto.

El pasillo por el cual la mujer lo llevó era espacioso, largo y muy bien decorado, se notaba el cariño que le tenía a este sitio con solo mirar lo mucho que parecía preocuparse por el mismo, Max por su parte no comprendía muy bien el porque tanto apego a una tienda y tampoco pensaba detenerse a pensar en eso, estaba más centrado en buscar plantas mutantes con la mirada para poder comprar algunas y así poder mejorar su defensa en casa, pero por el momento solo veía flores comunes, afortunadamente el camino no duró tanto y finalmente Summer se detuvo.

-bien ¡Echa un vistazo y dime cuales quieres comprar!-indicó dejando que el chico viera varias vitrinas, cada una tenía flores en su interior, bien posicionadas, regadas y cuidadas, además de tener sus respectivos nombres y precios en unas etiquetas pegadas encima del vidrio

El chico observó con atención y se dió cuenta de que había una sección especial de girasoles, se acercó para mirar mejor estas, había una de ellas que se veía a simple vista como un girasol común bastante pequeño, en la parte del nombre decía "G" y su precio se veía bastante accesible, pero el chico no estaba interesado en plantas comunes, se encontró con otra girasol en el mismo estado, su nombre estaba cubierto por tinta, pero parecía tener un apellido, el cual era "Aurora"...pero de nuevo no llamó la atención de Max, cosa que empezaba a preocupar a Summer, pues pensaba que su cliente no compraría nada.

-uhm ¿Busca flores para alguien especial? ¿O quizás para decorar su jardín?- preguntó la amable vendedora esperando no incomodar o hacer sentir presionado al contrario

-En realidad, uh...¿Tiene plantas mágicas? Y-ya sabe, las que pelean contra zombies- Mencionó el mayor con algo de nervios, pues por su mente había pasado la pequeña posibilidad de que no todos en Neighborville supieran lo que sucedía...aunque eso no tendría mucho sentido, cosa de la que se dió cuenta debido a la reacción de Summer

-¡Oh ya veo! Tu buscas de esas, podrías haberlo dicho desde un inicio querido- Soltó una risita, recobrando su seguridad al notar nuevamente interés por parte del menor, mientras que este último no pudo evitar sentirse un poco tonto...solo un poco

-es que pensaba que estarían a la vista- se excusó el pelinegro, afortunadamente eso pareció sonar convincente para la vendedora, pues no lo cuestionó

La de piel morena guió al joven adulto hacia unas cortinas que cubrían la entrada a otra sala, afortunadamente para Max esta vez no fue jalado de la mano por parte de la mujer, al entrar ahí el chico vió finalmente lo que le interesaba encontrar, habían plantas mutantes y no precisamente pocas, podía ver nuevas plantas además de algunas que ya conocía, como los lanzaguisantes y girasoles.

-(¡Genial! Ahora solo tengo que comprar algunas que estén fuertes y...)-Max se acercó a una planta morada con una gran boca y muy filosos dientes, se veía bastante intimidante, pero lo que realmente había captado la atención del varón era la etiqueta que tenía en su maceta, aquella planta se llamaba "Chomper" y se veía que el precio habia sido reducido pero aún parecía muy cara, al menos eso pensaba él.

-eh ¿No está un poco...cara?- preguntó viendo el alto coste de la planta, preguntándose si aquellos precios eran normales en Neighborville

-bueno, puede que un poco, pero es porque no viene mucha gente a comprar-Comenzó a explicar la mayor, cambiando su tono alegre por uno más serio -En un pueblo donde ser atacado por zombies casi a diario es la norma hay mucha gente que se la pasa asustada dentro de sus casas y que no está interesada en comprar algo que no sea más defensa para sus hogares, así que no me puedo dar la libertad de vender a un menor precio esas plantas...no importa que llevemos años así, siguen habiendo demasiados que estan aterrados, en especial en esta zona de la ciudad, el centro es algo más concurrido, por no decir que es probablemente la única parte donde verás personas caminando "tranquilamente"-

Summer no se veía muy feliz mientras describía esto, Max no entendía a que venía toda esa explicación por una pregunta tan simple pero usando las pocas neuronas asumió que esto era porque el tener tan poca gente activa por las calles donde está ubicada su florería las ventas debían ser bajas la mayoría del tiempo y por ende se veía obligada a tener en un precio alto el tipo de flores que realmente la gente quería comprar...o al menos eso había entendido él. Ella se percató de que el ambiente había dejado de ser tan alegre y animado, por lo que sintió que era su deber cambiar eso.

-pero por ser nuevo por aquí y por ser tu primera visita en mi tienda puedo hacerte un descuento- Explicó con la esperanza de conseguir convencer al contrario de comprar algo de su tienda, incluso si era algo pequeño.

Max pensó durante unos segundos, incluso si la amable vendedora le hacía un descuento el precio por aquella planta seguía siendo algo alto y ante la falta de trabajo no podía permitirse gastar demasiado, pero tampoco quería hacer sentir mal a la mujer que tan buena había sido consigo durante este corto rato, por lo que tomó una decisión.

-eh, creo que comprare un ramo de flores-aquello hizo que el rostro de Summer se iluminará de alegría, no era la compra del siglo, pero por lo menos había logrado vender algo.

Justo cuando ambos iban a retirarse de la zona con plantas mutantes Max recordó que tenía a Ice consigo, quien había estado callado durante todo el trayecto, se percató de que esté ya no se encontraba en su mochila, si no que en algún momento había saltado hacia una maceta vacía del lugar para interactuar con las plantas de la tienda, estaba atrayendo la atención debido a que estaba construyendo una escultura de hielo.

-yyyy ¡tada! Hice un dinosaurio-mencionó el hielaguisantes luego de haber utilizado algo de agua y su propia frialdad para formar una estatua de hielo con forma de T-rex...en realidad no tenía forma alguna, pero tanto Ice como las demás plantas creían que si, por lo que aplaudieron ante la obra de arte.

El pelinegro agarró a Ice y lo colocó nuevamente en su mochila, diciéndole que ya tenían que irse, el lanzaguisantes congelado se despidió de sus admiradores sin darse cuenta que la carnívora de antes se estaba comiendo la escultura de hielo.

Luego de aquello el joven adulto decidió comprar un ramo de flores cuyos pétalos eran de un muy llamativo y hermoso color rosado, no había pensado mucho en su decisión debido a que ni siquiera era algo que le interesará comprar. Antes de irse del lugar recibió unas direcciones de parte de Summer para poder ubicarse mejor al explorar Neighborville...pero él no entendió nada y se limitó a asentir y agradecer.

-¡Espero verte pronto por aquí de nuevo!- se despidió la mujer de piel morena mientras Max se retiraba de ahí caminando aún con Ice en su mochila, ahora el objetivo del pelinegro era el de llegar al centro para conseguir suministros.

...

Los lanzaguisantes, girasoles, nueces y papapums se encontraban abandonando sus plácidos sueños cuando el sol que iluminaba el jardín zen se volvió demasiado brillante como para ser ignorado, estiraban sus hojas, rodaban un poco o algunas mas flojas incluso volvían a acurrucarse.

Gint comenzó a dar saltos en su maceta para salir del sitio e ir a buscar a Max con la intención de que esté les diera el agua que necesitaban él y sus compañeros para mantenerse frescos e hidratados, ignorando en el proceso a Dulce, quien se encontraba golpeando un saco de abono con sus hojas mientras declaraba que no quería agua, si no lágrimas de zombies para regar sus pétalos.

Al momento de salir del lugar se percató de inmediato que habían algunos hielaguisantes explorando la casa, el tirador de guisantes con aspecto de vaquero permaneció inmóvil durante unos segundos, pues empezaba a tener sospechas de algo y temia estar en lo correcto.

-(Maldita sea...espero que no se les haya ocurrido enviarlo a él también)- Pensó en sus adentros mientras comenzaba a buscar por la casa para asegurarse de que entre los recién llegados no se encontrará aquel que consideraba como su único amigo.

...

Max continuaba caminando por las vacías pero a su vez llamativas calles de Neighborville, ahora podía ver una que otra persona por ahí pero realmente no tenía la intención de hablarle a nadie, solo quería conseguir lo que necesitaba y largarse lo más pronto a su hogar. Ice por otra parte se había aburrido de solo estar ahí en la mochila sin poder hacer más que observar, por lo que se había quedado dormido.

En algún punto llegó a una zona que se diferenciaba bastante del resto, parecía que se trataba del centro que Summer había mencionado, cosa que alegró un poco a Max pues seguramente aquí podía conseguir lo que buscaba...aunque también quedó extrañado al ver el comportamiento tan "exótico" de la gente.

Un sujeto salió de su hogar saltando por la ventana del mismo e inmediatamente pidió un taxi, el cual no tenía la intención de detenerse, por lo que el sujeto saltó y se aferró a la parte trasera del vehículo, ver aquello confundió bastante a Max pero no tuvo tiempo para pensar pues tuvo que saltar para esquivar a un ciclista que iba a toda velocidad a su dirección mientras usaba dos botellas de gaseosa y mentas como si fueran motores, el movimiento brusco despertó a Ice, lo primero que vió el hielaguisantes al abrir los ojos fue a un sujeto con traje de oficinista dandole la mano a otra persona, lo cual no tendría nada de raro si no fuera porque la chaqueta de uno de ellos estaba en llamas y a ninguno parecía importarle...y ciertamente a él también le daba igual, por lo que se volvió a dormir.

El sitio en general parecía ser un parque de diversiones para personas que habían escapado del manicomio, un lugar caótico sin igual, lo cual parecía combinar bastante bien con el resto de la ciudad, después de todo sería extraño que la gente fuera completamente normal cuando ver luchas entre plantas y zombies son algo de todos los días.

Max miró durante algunos segundos, tratando de aceptar que lo que veía era real, todo para él se había vuelto surrealista desde que llegó a Neighborville-(¿Será que finalmente cumplí mi sueño de llegar a loquendo city?)- pensó en un intento de tomar su situación con poca seriedad y no verse tan afectado por las raras cosas que presenciaba.

El pelinegro no tuvo de otra más que empezar a adentrarse al caos y desorden, no podía regresar a su casa hasta haber comprado lo que necesitaba, miraba constantemente a todos lados para asegurarse de que nada ni nadie se le acercará demasiado, no por asco o prejuicio, si no por precaución...tener que estar tan atento de sus alrededores le recordaba un poco a cuando solía vivir en un barrio peligroso.

Sus inseguridades le hicieron preferir no preguntar por direcciones, en su lugar decidió continuar avanzando esperando poder encontrar alguna tienda por su propia cuenta, afortunadamente no tardó mucho en hallar lo que parecía ser la entrada a un supermercado algo pequeño, ingresó aliviado de estar cada vez mas cerca de cumplir su objetivo y poder regresar a su hogar.

-(espero que tengan carne de hamburguesa y papas)-Pensó el pelinegro antes de ir a formarse en una pequeña fila para poder comenzar a comprar, afortunadamente el lugar no estaba muy lleno, por lo que no tardaría demasiado, o al menos eso esperaba.

...

-Dave ¿Se puede saber que haces ahora?- Preguntó una sandía bastante grande con 4 hojas, dos pequeños ojos y un resorte que terminaba en una catapulta lista para disparar una sandía más pequeña, lo raro era que se le podía oir hablar a pesar de su falta de boca

-Wada wudiwababada- dijo el loco de la sartén mientras sostenía un pincel y un balde de pintura roja -Él también merece divertirse como nosotros, Melonpulta-

-Es un poco pronto para adentrarlo a tus juegos, deberías darle más tiempo para que se acostumbre a Neighborville, tantas cosas de golpe podrían ser agobiantes para él-el melón con ojos cuyo nombre parecía ser "Melonpulta" no parecía estar muy convencido de lo que pretendía hacer el amante de los tacos.

-gleg gab wuabu gag-Respondió ignorando la advertencia de su planta, salió de su casa con dirección a la de su vecino para poder comenzar con las preparaciones para lo que tenía en mente.

"No tiene remedio" pensó aquel melón catapulta antes de regresar al interior del hogar, pues ya pronto le tocaba dar su próxima clase y no podía permitirse llegar tarde.

...

-¿Eso sería todo señor?-Cuestionó un hombre de no más de 30 años que estaba atendiendo a Max, el cual estaba terminando de hacer sus compras luego de 15 minutos

El pelinegro iba a dar una respuesta afirmativa ante la pregunta de aquel sujeto que tenía cara de estar harto de su trabajo y de su vida, pero cuando iba a hacerlo fue interrumpido por una señora que estaba haciendo cola detrás suyo.

-¡Ya quítate! ¡Demoras demasiado!-la mujer, que parecía tener entre 50 y 60 años era notablemente poco paciente y bastante grosera, sus reclamos eran tan ruidosos que incluso habían despertado a Ice de su siesta.

-eh...¿Quien es usted señora?- Fue lo único que atinó a decir Max en un tono neutro, pues a pesar de la situación quería intentar evitar cualquier drama.

-¡Tu abuela cuando te ahogaba en la bañera de lo feo que eras!- Respondió bruscamente, importandole más bien poco como se sintiera el contrario

Extrañamente, la reacción del joven pareció ser nula, casi como si no hubiera escuchado nada, cosa que Ice notó-Te ah llamado feo-le recalcó el hielaguisantes.

-Pues si pero con lo de mi abuela le atinó-Explicó el pelinegro, su silencio anterior había sido producto de la sorpresa que tuvo al ver lo preciso que fue aquel insulto.

La tonta reacción por parte de Max sumado a la poca paciencia de la anciana hicieron que está tomará su bastón y lo usará para golpear al chico en la cabeza

-¡Auh! ¡Okey okey! ya me voy- Tomó sus bolsas llenas con las cosas que había comprado mientras esquivaba los lentos pero duros golpes de la anciana, olvidándose de que no había terminado de pagarlo todo, afortunadamente el vendedor no tenía la suficiente energía ni fuerza mental como para querer esforzarse a decirle algo o perseguirlo.

Luego de salir del supermercado y haber guardado todas sus cosas en otros bolsillos de su mochila el pelinegro comenzó a caminar de regreso a su hogar, no tenía una memoria prodigiosa pero las casas y calles del vecindario se diferenciaban lo suficiente entre ellas como para que pudiera ubicarse un poco, lo cual era un alivio para el humano, pues no quería arriesgarse a tener que hablar con alguien solo para pedir direcciones, en especial viendo lo raros que eran todos.

-bien, por aquí estaba la florería de Summer, así que por aquí debería estar... ajá, aquí está, parece que no tengo tan mala memoria como solía pensar-se dijo en voz alta, olvidandose por un momento de la presencia de cierta planta en su mochila.

-¿Porque te hablas a ti mismo?- preguntó el hielaguisantes, quien había quedado extrañado ante la acción del mayor.

El de piel canela se asustó un poco ante el recordatorio accidental de que tenía a un acompañante consigo-¡Porque estoy loco! ¿Vale?-respondió ligeramente exaltado por el susto anterior, no pensando mucho en lo que acababa de decir.

Ice no le dió mucha importancia a la actitud del humano y simplemente se fijó en que ya habían llegado a su hogar, no habían zombies a la vista y aparentemente ninguna de sus plantas había salido al jardín, todo parecía estar en orden...excepto por aquella extraña linea de pintura roja que había sido dibujada de forma horizontal sobre el césped.

-(¿Y esto que demonios es?)-se preguntó Max mientras avanzaba hacia la entrada de su casa, el lanzaguisantes de hielo en su mochila estaba tan confundido como él.

Al llegar a la puerta el humano notó algo pequeño en frente de esta, un tierno, suave y bastante bien hecho peluche con forma de girasol, con una sonrisa cocida y ojos de botón, el joven adulto dejó su mochila en el suelo antes de agarrar aquel objeto de tela, mientras que el hielaguisantes aprovechó de regresar la tierra de la mochila a su maceta y saltar de vuelta a está.

-¡AYUDA SOY UNA PLANTA ATRAPADA EN ESTE PELUCHE! ¡LIBERAME DE MI PRISIÓN!-gritó repentinamente la pequeña girasol echa de tela que tenía Max en las manos, haciendo que este se asustará y la soltará, dejándola caer al suelo- JAJAJAJA ¡Solo bromeaba! ¡Soy la comandante Dulce! Esto es un mensaje pregrabado-

El humano recuperó la compostura y volvió a tomar el adorable objeto, lo apretó un poco, dándose cuenta que parecía haber algo dentro, lo cual él asumió que se trataba de alguna grabadora con la que su planta había hecho aquel mensaje.

-¡Dave vino hace unos momentos y dijo que tenía una sorpresa preparada para ti! También nos dijo que no debíamos intervenir así que ninguno de nosotros saldrá de la casa ¡Esperamos que te diviertas!-Aquello no tenía muy tranquilo a Max, pues si lo que sea que planeaba Dave requería no poder usar a sus plantas entonces no iba a estar muy seguro-¡Por cierto! Debes estar preguntándote porque escogí un peluche para decirte esto ¡Lo hice porque son bonitos, suaves y hacen sonidos tiernos cuando EXPLOTAN!-luego de decir aquello Max se asustó y dejo caer nuevamente el objeto, el cual no tardó nada en liberar una pequeña explosión con confeti incluído.

Ahora estaba preocupado, pues sin plantas lo más seguro era que no tendría oportunidad contra los zombies que vendrían, especialmente luego de haber visto que parecían volverse más inteligentes como para ponerse protección extra encima, volteó a ver a Ice, su única planta disponible...la cual ya no estaba, en algún momento el hielaguisantes se había marchado del lugar a quien sabe dónde.

-(...Es en momentos como este que me pregunto si hubiera sido una buena idea volverme youtuber cuando tuve la oportunidad)- Se cuestionó mientras se daba así mismo por perdido.

En eso vió como desde el jardín de Dave venían varias nueces, Max reconoció que se trataba de las suyas, lo cual le confundió pues según el mensaje de Dulce ningúna de sus plantas iba a intervenir en lo que fuera que el loco de la sartén había planeado.

Segundos antes de preguntarle a sus frutos secos de que se trataba todo esto su vecino apareció detrás de estás, tenía unas muy pequeñas manchas de pintura roja a lo largo de su ropa.

-¡Gworg grawfabuda! ¡Vecino! Juguemos a los bolos-Avisó Dave sin siquiera dejar al joven adulto decir alguna palabra, agarró a Carlos y lo lanzó hacia el pelinegro-¡Toma! ¡Una nuez!

Debido a lo inesperada que fue aquella acción Max no atrapó a Carlos, cayendo al suelo con este encima de su estómago, sacándole todo el aire y dejándolo adolorido en el suelo, sin embargo el gordo barbudo no parecía inmutarse ante esto.

-¿Y porqué te pongo una nuez en la mano? ¡PORQUE ESTOY LOCOOOOOOOOOOOO!-dijo Dave, ignorando que Max le reclamaba que esa nuez no estaba en sus manos, si no encima suyo aplastandolo con su peso- ¡VENGA! ¡HAZ UN BUEN LANZAMIENTO!

Luego de decir aquellas palabras el loco del idioma raro se fue de regreso a su casa, Max no pudo decir nada ni detenerlo debido a que primero tuvo que quitarse a Carlos de encima y recuperar el aire que había perdido anteriormente.

-(¿¡Que diablos Dave!?)-pensó con molestia mientras se ponía de pie, aún algo falto de aire, una vez que ya se había recompuesto tuvo la intención de seguir a su vecino, pero escuchó unos pasos provenientes del cementerio, empezaban a acercarse los zombies...

Max se preocupó al ver la situación, no tenía lanzaguisantes, girasoles, papapums o siquiera los hielaguisantes que había obtenido está mañana, solo nueces, ni siquiera tenía su pala consigo, pues la había dejado dentro de casa y ya tenía a los zombies pisando su jardín.

Podría tener a las nueces como barrera para él atacar libremente a los zombies, pero al ser el único atacando sabía que no tardaría en acumularse y eventualmente hacerse camino hacia su cerebro, empezó a hacer memoria con la esperanza de que algo de lo que hubiera aprendido en su corto tiempo aquí le sirviera...en eso, las palabras de Dave resonaron en su cabeza "juguemos a los bolos" "haz un buen lanzamiento" por mas descabellado que sonará eso, parecía que era su única opción.

-muy bien, atentos, van a ver cómo el campeón de nueces domina otro jardín, ahora, obser-antes de poder terminar su alardeo, Carlos fue agarrado por Max, el pelinegro lo sostuvo con fuerza usando ambas manos y lo lanzó por el suelo, aquel movimiento envió a la nuez a rodar con rapidez por el jardín

Un zombie que ya había avanzado algunos metros en el patio se topó con aquel fruto seco que iba hacía su dirección a toda velocidad, el no muerto no tuvo reacción alguna, continuaba avanzando sin preocupación hasta que la nuez impactó de lleno contra él, la fuerza del golpe fue tal que tanto su brazo como cabeza se desprendieron al instante, cayendo al suelo. La cosa no terminó ahí, pues luego de haber chocado Carlos cambió de dirección, ahora dirigiéndose hacia otro zombie el cual se movía al mismo paso lento que sus compañeros, se repitió el suceso, cabeza y extremidad del putrido ser cayeron al suelo.

-(parece que no es una idea tan descabellada después de todo)-pensó Max, ahora algo más confiado y seguro de si mismo, tomó otra nuez e igualmente la mandó a rodar en una de las 5 líneas de su jardín, respetando el límite de la línea roja dibujada en su césped que le indicaba que solo usará las primeras 3 columnas de cuadros verdosos, no sabía porque Dave la había puesto, pero suponía que debía haber sido por algo.

Los zombies continuaban saliendo del cementerio, tanto básicos como aquellos que tenían un cono en la cabeza, otra nuez más fue lanzada por Max, empezando a chocarse contra aquellos no-muertos, debido a que los impactos iban directamente hacía sus piernas los conos no eran realmente de utilidad como protección, esos objetos de tránsito no iban a ser de servirles vez.

Mientras tomaba una cuarta nuez y la tiraba se percató de que aquellas que había lanzado anteriormente volvían al poco rato rodando, aunque debido a que buscaban evitar las mordidas de los zombies no trataban de chocar contra ellos, si no volver lo más pronto posible al lado seguro del jardín, es decir, detrás de la línea roja, donde esperaban su turno para volver a ser lanzados como si fueran bolas de boliche.

-¡Ahora a mi! ¡A mi!- pedía una nuez con emoción mientras daba pequeños brincos, se veía bastante divertido ver a sus compañeros rodar y chocar contra los zombies, aunque a Max le parecía un poco raro que se estuvieran tomando esto como un juego no tenía razón para quejarse, pues al fin y al cabo no cambiaba lo útiles que le estaban siendo en esta situación. Agarró a esa nuez tan entusiasta y la lanzó de la misma forma que a las anteriores, pudo escuchar un pequeño "¡wiii!" Luego de mandarla a rodar contra un zombie con cono.

Cada vez más zombies se acercaban, lo cual preocupaba un poco al joven adulto debido a que no era tan fácil cargar y lanzar a las nueces a causa de su gran peso, por lo que Max tenía que poner más esfuerzo del que le gustaría para que aquellos frutos secos rodarán con la suficiente fuerza como para derribar a múltiples no-muertos al mismo tiempo.

Algo que se le empezaba a hacer molesto era tener que constantemente correr hacia las nueces para poder tirarlas, a lo largo de su vida había aprendido que cualquier tipo de incomodidad podía ser un gran problema en cualquier tipo de situación, en especial en aquellas de alta tensión, por lo que pensaba corregir eso lo antes posible-¡Escuchenme! ¡Formen una fila aquí de inmediato!- indicó el pelinegro, las nueces obedecieron la orden, ahora estaban formadas en la primera fila del césped, esperando a ser lanzadas...bueno, menos Carlos, él parecía tener experiencia en esto y rodaba por su cuenta, aparentemente con la misma fuerza con la que Max tiraba a sus compañeras, estaba haciendo un muy buen trabajo derribando a sus putridos enemigos por lo que el humano no tuvo razón para reclamarle.

-¡Cerebroz!-exclamó un zombie que había logrado avanzar bastante antes de que una nuez chocará contra él, provocando la perdida de su cabeza, la cual cayó cerca de la línea roja, sin embargo su pálida y verdosa cara parecía aún ser capaz de hablar y por ende, de morder, el asco y algo de miedo llevaron al pelinegro a patear con fuerza lo que quedaba del pobre no-muerto -¡CEREBROOOOooooz!-gritó mientras salía volando de regreso al cementerio.

Max tiraba nuez tras nuez por cada lugar donde hubiera un zombie, ver a sus aliados botánicos rodar y chocar contra varios enemigos de cierta forma le estaba haciendo olvidar que su vida estaba en juego, inconscientemente había empezado a divertirse con esto, logrando incluso olvidarse de la sensación de que alguien lo estaba observando de lejos.

-¡Miren! ¡Voy a derribar a 5!-Avisó Carlos antes de rodar en dirección al zombie que más cerca estaba de la casa, al chocar se dirigió hacía su derecha donde había un zombie caracono, lo derribó y cambió nuevamente de objetivo, repitiendo el proceso 3 veces más, cumpliendo así con su promesa antes de llegar al final del jardín, donde se detuvo y comenzó a rodar de regreso, esquivando a los pálidos y verdosos cadáveres de dientes podridos.

Los compañeros de la nuez aplaudieron su hazaña, no de forma literal obviamente, si no que daban pequeños saltos para darle felicitaciones, a Max se le hizo algo curioso no solo que se tomaban esto como un juego, si no que de repente también se había vuelto una competencia, pues algunas nueces más empezaron a rodar por su cuenta como Carlos y a proponerse derribar a cierta cantidad de zombies, no parecían rodar con tanta fuerza como lo hacian aquellas que eran lanzadas por él, pero no tenía nada de lo que quejarse mientras siguieran acabando con la creciente horda de no-muertos, hasta le aliviaba de cierta forma que le estuvieran facilitando el trabajo.

A pesar de que la cantidad de zombies en el jardín había aumentado las cosas estaban bastante mejor controladas de lo que el pelinegro pensaba que estaría en un inicio, el ánimo de las nueces, su competitividad, ver a los zombies siendo usados como bolos y siendo incluso a veces lanzados por los aires debido a los fuertes impactos que recibían, todo aquello estaba haciendo que Max genuinamente empezará a disfrutar del momento, tomó una nuez y en lugar de lanzarla con la misma seriedad que mostraba en un inicio se podía apreciar algo que no había hecho desde que llegó a Neighborville...sonreír.

El humano vió como unos zombies empezaban a amontonarse en una sola linea, aquellos 3 no muertos estaban demasiado juntos entre ellos, él no lo pensó dos veces y tomó a una de las varias nueces mutantes que tenía consigo, la lanzó en dirección al trío de putridos seres, logrando una impresionante "chusa" al derribar a los 3 al mismo tiempo, parecía que el plan de Dave había funcionado, realmente el chico estaba logrando pasar un buen momento.

Un zombie había logrado acercarse lo suficiente a la línea roja, quedando bastante cerca de Max, sin embargo este no se puso nervioso ni nada, manteniendo el ánimo anterior agarró a Carlos y se lo tiró encima al pobre-¡Toma! ¡Una nuez!-dijo imitando las palabras anteriormente dichas por su vecino mientras el fruto seco aplastaba a aquel mal oliente ser, cosa que el pelinegro aprovecho para patear la cabeza del zombie, mandandola a volar contra otro de su mismo tipo, acabando con ambos rápidamente.

En la primera y tercera fila del jardín se habían acumulado varios zombies, mientras que la segunda estaba casi vacía, esto fue notado por Carlos, quien vió la oportunidad de hacer otra hazaña, incluso mayor a la anterior-(incluso si no lo ve, voy a superar a esa presumida Explotanuez)-Pensó con determinación antes de comenzar a rodar sobre si mismo, tanto sus compañeros como los zombies notaron esto, parecía estar acumulando fuerza, Max incluso juraría haber visto salir pequeños rayos de él.

Una vez que sintió que era suficiente, Carlos se lanzó con toda su fuerza a un zombie de la primera línea, chocando y derribando a otro de la tercera, volvió a la primera y luego empezó a repetir el proceso con bastante rapidez y fuerza, fue difícil controlarse pero consiguió mantener el suficiente equilibrio como para no salir rodando a otro lado antes de acabar con todo ese grupo de no-muertos completamente solo, sus compañeros quedaron impresionados ante el logro de la nuez, repitiendo sus felicitaciones anteriores pero con mucha mayor intensidad.

Luego de tanto rato derribando zombies y lanzando nueces finalmente había llegado el momento que tanto esperaban todos los presentes en el jardín, apareció un zombie abanderado, indicando que se aproximaba la horda final, venían múltiples zombies por todas y cada una de las cinco líneas del jardín, las nueces pensaron que Max trataría de lanzarlas una por una como antes, pero él tenía otros planes.

-¡Todas coloquense en una casilla!-dijo el pelinegro, las cuales aunque dudosas, hicieron caso a la orden del humano, preguntandose que planeaba hacer-ahora...¡A rodar!-todas comprendieron de inmediato y salieron rodando con todas sus fuerzas, comenzando así con el caos.

Choques por doquier, todo zombie que había ahí era golpeado por una nuez, las cuales a pesar de no haber sido lanzadas por Max seguían teniendo el suficiente impulso como para derribar a varios objetivos al mismo tiempo, a veces las propias nueces chocaban entre ellas pero eso solo cambiaba la dirección en la que iban, cuando todas y cada una de las nueces habían llegado al final del jardín no había quedado ni un solo no-muerto en todo el patio.

Todo el lugar estaba lleno con los cuerpos de los putridos sujetos que habían intentado asaltar la casa del vecino más reciente en Neighborville, las nueces empezaban a regresar hacía el humano, el cual parecía estar tomando un pequeño respiro de todo este "juego" aunque no pensaba admitirlo realmente se la había pasado bien, cierto hombre barbudo que miraba desde su ventana dejó de asomarse al saber que había logrado su objetivo.

-(que liviano me siento de repente ¿Cuando fue la última vez que me divertí tanto?...espera, es verdad, olvidé preguntarle a Dave sobre porque me da tan pocas plantas y tan mal preparadas)- cuando finalmente el chico decidió que había terminado su corto descanso tuvo la intención de ir en dirección a la casa de Dave para buscar sus tan ansiadas respuestas, pero antes de si quiera llegar a la mitad de su patio una persona se asomó por la cerca del lado izquierdo, asustando a Max, quién por poco cae al suelo.

-¡Hola! ¿No te asusté verdad?-dijo con un tono sereno pero a su vez amistoso aquella persona, era la chica de pelo rosado que vivía al lado de Max, ella soltó una pequeña risita por la reacción que tuvo el mayor al verla.

-e-eh ¡n-no! Para nada-contestó el más alto, tratando de fingir normalidad a pesar de que en el fondo se estaba muriendo de nervios ¿Tener que hablar con dos chicas en un mismo día? No pensaba que fuera a soportarlo, solo esperaba que sea lo que la contraria quisiera decirle fuera rápido para no terminar soltando alguna tontería.

-Noté lo que hiciste con tu pequeño juego de bolos ¡Realmente eres increíble! Nunca había visto a alguien que luchase junto a sus plantas-los halagos de la chica habían provocado un ligero sonrojo en el de pelo negro, no era normal para él que alguien y menos una mujer le dijera algo así-normalmente todos solemos dejar que se encarguen ellas solas de todo, pero tú no ¿Porque?

-Pues...bueno, parecían necesitar ayuda, creo-argumentó no muy seguro de lo que decía, sin embargo pareció ser una respuesta adecuada, pues la chica parecía convencida con lo dicho.

-vaya, eres muy valiente-nuevamente soltó una pequeña risa al ver como sus palabras hacian más notorio el sonrojo y nerviosismo del de cabello oscuro-Hey, sé que no llevas mucho tiempo aquí, así que supongo que aún no has conseguido trabajo ¿Verdad?-

Max empezó a ver por donde iba todo esto, lo cual en realidad no le disgustaba, pues una oportunidad de conseguir dinero siempre era bienvenida mientras no involucrara tener que hacer algo ilegal...de nuevo.

-Uhm, la verdad es que no, e-es un poco difícil salir a buscar e-empleo cuando todos los días vienen zombies a tratar de comerme-aclaró con la esperanza de no parecer un vago y ver si tal vez la chica de pelo rosado tenía algo que pudiera ofrecerle, incluso si era algo pequeño.

-Bueno, puede que tenga algo que te interese- la más baja se apartó un poco de la cerca y señaló su jardín, el cual estaba bastante mas decorado que cualquier otro que Max hubiera visto, teniendo sobretodo flores por todas partes-verás, soy una gran fanática de las flores, realmente me gustan mucho, pero mis plantas no siempre son capaces de cuidar la decoración que tanto me esfuerzo en poner, siempre algo termina pisado o sucio por culpa de los zombies...así que te propongo lo siguiente, si tú y tus plantas logran evitar que algo les suceda a esas flores de ahí te pagaré ¿Suena bien?-

El chico se acercó un poco a la cerca para poder ver el jardín de su vecina, este se veía bastante vivo y hermoso, resaltando una línea vertical de pequeñas flores blancas que había sido colocada por la pelirosada, las 5 filas del patio estaban cubiertas por ellas.

-E-entonces...¿Solo sería eso?- Preguntó pensando que se trataba de una tarea relativamente sencilla, sobretodo porque las flores estaban colocadas entre la cuarta y quinta fila del jardín. Al ver que la contraria asentía como respuesta a su pregunta Max decidió que debía aprovechar está oportunidad- Está bien, lo haré-

-¡Perfecto! Tengo que ir por unas cosas y llevarlas a otro sitio, por mientras ve juntando a tus demás plantas-indicó la más baja antes de retirarse a su hogar, alegre de saber que el mayor había aceptado su propuesta.

El pelinegro inconscientemente se le había quedado mirando fijamente hasta que ella entró a su casa, un sonrojo algo más intenso se apoderó de su rostro al pensar en lo linda que se veía su vecina, pensamiento que rápidamente trató de ignorar, no tenía tiempo que perder...además, sus nueces habían notado su comportamiento y empezaba a incomodarse con las miradas.

...

Un rato antes de que las nueces acabarán con los zombies del jardín Ice había rodeado la casa de Max y había terminado en el patio trasero, dió una mirada a la bella y cristalina piscina que allí se encontraba antes de deslizar la puerta usando sus vainas, ingresó nuevamente al lugar y vió a varias plantas por ahí, buscó atentamente con la mirada y encontró al lanzaguisantes con aspecto de vaquero que tan emocionado estaba de hallar.

Gint por su parte, se veía bastante tranquilo, estaba apoyado en una pared, luego de haber revisado por todas partes y no haber encontrado al hielaguisantes que buscaba pensó que no tenía nada de que preocuparse, pero su calma se vió interrumpida cuando notó que Ice estaba saltando con su maceta en su dirección.

-(esto tiene que ser una broma...)-pensó el lanzaguisantes, cambiando su semblante sereno a uno más serio, incluso parecía estar un poco irritado-Ice ¿Me puedes explicar que diablos haces tú aquí?-

-¡Pues obviamente me enviaron para ayudar aqui bobo! Además, somos amigos, estoy muy seguro de que me extrañaste-respondió con una notable inocencia acompañada de un tono amigable, a diferencia de Gint, él si estaba realmente feliz de ver nuevamente a su amigo.

-Ice, tu no estás listo para estás cosas, vuelve a casa de Dave y diles que hubo un error, que necesitas más entrenamiento-ordenó con firmeza en su voz, más no se le veía molesto, al menos no aún.

-¿De que hablas Gint? ¡Sé que no soy tan preciso como los demás pero sabes que soy bueno en esto!-Reclamó con un tono ligeramente indignado, sentía que el mayor lo estaba sobre protegiendo, cosa que no le gustaba para nada.

-Ser bastante más helado que otros hielaguisantes no significa que seas bueno peleando, vete a casa de Dave, ahora-Habló nuevamente con tono autoritario, está vez poniendo algo más de volúmen en su voz.

-¡No! ¡Aquí me enviaron y aquí me pienso quedar, no vas a cambiar eso!-

-¡DIJE QUE TE VAYAS!-Gritó con bastante molestia ante la rebeldía y oposición que mostraba el hielaguisantes, sin embargo rápidamente notó que sus gritos habían asustado a su amigo, le tomó unos segundos calmarse para poder hablar con mayor tranquilidad-Lo siento, no quise gritar, tan solo...vete ¿Si? No es seguro para ti estar aquí-

-Gint...-A pesar del previo miedo que sintió al ver al lanzaguisantes enojado no estaba dispuesto a retroceder en su decisión, cosa que iba a dejar clara-No lo haré, sé que te preocupas por mi, pero estaré bien, ambos lo estaremos en tanto nos mantengamos juntos- con un brillo en los ojos la planta de hielo se negó a dejar a su mejor amigo en esto solo, quería acompañarlo y estaba decidido a hacerlo sin importar el peligro.

El de aspecto de vaquero permaneció callado por unos segundos, no le agradaba la idea de que su único amigo se expusiera de esa manera, sobretodo teniendo en cuenta que sus demás compañeros estaban faltos de entrenamiento suficiente como para confiar en que podrían protegerlo, sin embargo estaba claro para él que el hielaguisantes no le iba a hacer caso.

-Mira...está bien, pero te quedarás atrás mío durante las batallas ¿Entendido?-A pesar de no estar para nada bien con la idea de que Ice estuviera tan pronto defendiendo una casa a su lado sabía que no podía hacer mucho, no valía la pena esforzarse por convencer a alguien tan terco como él-y no creas que simplemente voy a permitir que te la pases de vago aquí, yo mismo empezaré a entrenarte mañana-

-¡¿Lo dices en serio?!-Ice se vió emocionado ante el cambio de actitud del lanzaguisantes, no era un gran fanático de entrenar pero estaba dispuesto a hacerlo con tal de poder quedarse en este nuevo hogar y no separarse de su amistad más estrecha-Prometo que me esforzaré Gint-

El contrario tan solo suspiro, no era lo que esperaba, pero quizás al menos con lo que habían acordado podría ayudar a su compañero a volverse más eficiente y por ende, ser capaz de defenderse por si mismo. Ambos dejaron de lado sus pensamientos al notar que varias plantas se estaban dirigiendo a la puerta principal, dando saltitos en su maceta se asomaron y notaron que Max estaba llamando a todas sus plantas afuera, Dulce salió para felicitarlo por lograr derrotar a los zombies solo utilizando nueces, se notaba la admiración de la girasol por el humano.

-¡Escuchen todos! Aunque ya acabamos con los zombies de hoy nuestra vecina de al lado me pidió que hiciera algo a cambio de dinero-Empezó a indicar el pelinegro, notando una mirada nada inocente por parte de Carlos al mencionar lo que quería la chica de pelo rosada, sin embargo no entendía a que se debía-tenemos que ir a su jardín y proteger unas flores, tan simple como eso-La mayoría de plantas no se veían muy contentas con esto, sobretodo porque varias ya se habían hecho la idea de que podrían pasar el resto del día sin hacer absolutamente nada.

Max le restó importancia al poco ánimo que habían mostrado buena parte de sus plantas, pues aunque no estuvieran entusiasmadas tampoco las veía negándose, cosa que era más que suficiente para él, tomó su pala y luego empezó a guiarlas hacía afuera, casi de inmediato la chica de pelo rosado salió de su hogar con una caja de madera la cual tenía varios tipos de flores dentro, se acercó a la cerca que separaba su jardín con el de su vecino para poder hablar con él.

-Bien, yo tengo que salir a entregar estás flores, no te preocupes, no tardaré mucho-Explicó la pelirosada mientras empezaba a caminar en dirección a la cera de la calle, lista para irse y dejar al contrario hacer su trabajo, aunque quiso dejarle un pequeño recordatorio antes de marcharse-¡Y no olvides tu objetivo! ¡No dejes que los zombies pisen las flores!-

La chica de piel blanca se fue de ahí con la caja de madera en sus manos, no sin antes dedicarle una amigable y brillante sonrisa a Max, cosa que hizo que este desviará la mirada con un ligero sonrojo y nervios, lo cual afortunadamente ella no había notado.

Una vez que la fémina de ojos café había abandonado el lugar el pelinegro y sus plantas se dirigieron al jardín vecino para poder empezar a prepararse para el ataque zombie que vendría próximamente.

-Oigan ¿Las plantas de aquí no piensan ayudar?-Preguntó Dulce mientras se dirigía a una de las primeras filas del patio para poder dejar su maceta a un lado y poner sus raíces en la húmeda tierra

-Según me dijo...uhm (demonios, olvidé preguntarle su nombre) eh...ella me dijo que sus plantas normalmente no conseguían evitar que los zombies arruinen la decoración de su jardín, así que tal vez lo mejor es hacer esto nosotros mismos-La respuesta de Max pareció convencer a la comandante, quien simplemente se limitó a asentir y acomodarse en el césped.

-Hey Max-Llamó la atención Gint, quien se encontraba detrás del humano aún en su maceta-¿Podría pedirte algo?-extrañamente el lanzaguisantes no estaba hablando con su típico tono frío y desinteresado de siempre, está vez se trataba de uno más neutro y calmado, cosa que le pareció raro al pelinegro.

-Claro ¿De que se trata?-Preguntó realmente curioso de lo que pudiera desear su planta, principalmente porque era la primera vez que uno de ellos le pedía algo directamente

-¿Puedes decirle a todos los hielaguisantes que se pongan en la primera fila del jardín?-Pidió el de aspecto de vaquero mientras de reojo miraba a Ice, quien estaba utilizando su propia frialdad física para expulsar vaho de su boca como si de una potente fuente se tratará, impresionando a algunas plantas a su alrededor.

El más alto pensó un poco en lo que le había pedido la planta mutante antes de dar una respuesta, por una parte pensaba que de realmente complicarse las cosas lo mejor era tener a las que parecían ser las plantas más fuertes como última línea de defensa...pero por la otra, ya se había acostumbrado a tener a los girasoles siempre en las primeras filas y parecía tener una extraña pequeña obsesión con el orden que le impedía hacer ese tipo de cambios tan drásticos en su estrategia.

-lo siento, pero creo que los girasoles necesitan más protección-dijo como excusa, decepcionando al lanzaguisantes-pero puedo ponerlos detrás de ustedes si eso gustas-el chico vió como a pesar de no parecer estar convencido del todo Gint asentía e iba a alistarse junto a sus compañeros

Mientras las plantas se iban poniendo en posición y las muchas flores mutantes pertenecientes a esa casa observaban desde las ventanas empezaron a llegar los primeros atacantes del día, como ya se había vuelto costumbre se trataba de zombies comunes y corrientes que no tenían más que sus característicos y elegantes trajes color café acompañados de esas llamativas corbatas rojas.

-¡Cerebroz!-Exigió el primero de ellos mientras las plantas seguían acomodándose, Max envío a una papapum a contener al putrido ser, está saltó de su maceta hasta la quinta fila del jardín, posicionandose una casilla en frente de la línea de flores.

El humano al principio se alarmó debido a que el tubérculo tan solo se había hundido en la tierra, dejando únicamente su pequeña antena en la superficie mientras el zombie se acercaba cada vez más a ella, estuvo a punto de intervenir pero antes de hacer cualquier cosa la tierna pero mortífera papa salió a la superficie nuevamente, está vez parecía estar brillando un poco, además de notarsele algo hinchada, cuando el no-muerto piso inconscientemente a la planta esta liberó una fuerte explosión la cual mandó al enemigo en descomposición al aire de forma idéntica a como le había sucedido a Max ayer, con la diferencia de que aquello si había sido mortal para el ya desnutrido cuerpo del de piel verdosa y pálida.

Mientras el joven adulto indicaba a sus plantas como debían ir colocándose ordenó a dos lanzaguisantes ir a colocar a la agotada papapum de regreso a su maceta, en lo que ellos hacían eso el chico ya había terminado de acomodar a sus plantas, teniendo las primeras dos filas con girasoles, la tercera con hielaguisantes, la cuarta con lanzaguisantes y finalmente la sexta con nueces, mientras que la quinta era suya para poder apoyar con aquellos zombies que llegasen demasiado lejos como de costumbre, aunque estaba algo incómodo debido a que tenía a la línea de flores que debía proteger justo detrás de él y si llegaba a pisarlas sería tan malo como que las pisara uno de los no-vivos.

Ice se encontraba en la tercera fila del jardín, observó que un caracono empezaba a acercarse por su linea y entusiasmado de demostrar su valía se posicionó adecuadamente para poder atacarlo-¡Toma esto!-exclamó el hielaguisantes antes de disparar múltiples veces sus fríos proyectiles con los ojos cerrados, confiando en que cada disparo estaba acertando en el zombie y que al abrirlos se encontraría con su enemigo ya derribado e inmóvil en el suelo, pero la situación lamentablemente era muy distinta.

Contrario a las expectativas de Ice, ninguno de sus disparos había alcanzado al de piel podrida, en su lugar había golpeado accidentalmente al lanzaguisantes que tenía al frente, a dos nueces e incluso de alguna forma al girasol que tenía detrás suyo, quienes no podían soportar el intenso frío causado por los helados proyectiles y estaban temblando por el mismo.

-¡Menudo esquive!-dijo el hielaguisantes, convencido de que no había fallado, en su lugar pensaba que el zombie de algún modo había evadido sus ataques.

Gint suspiró al ver aquello, la precisión nunca había sido el fuerte de su amigo de hielo y eso se hacía notar, él se acercó al lanzaguisantes que estaba temblando por el frío y le dijo que podían cambiar de lugar, aquella oferta fue aceptada de inmediato y a paso lento se retiró a la casilla que anteriormente era ocupada por el de aspecto de vaquero, mientras que Gint se colocó en frente de Ice.

-Ice, yo me encargaré de esta línea, lo mejor será que tú no hagas nada, tan solo observa y presta atención ¿De acuerdo?-Indicó el mayor de los dos, sin embargo el hielaguisantes no estaba muy contento con aquello.

-¡Pero yo también quiero ayudar! Además ¿Como voy a aprender si simplemente me quedo quieto?-Reclamó indignado, pensando que al lanzaguisantes no quería ni siquiera dejarlo practicar.

-Empezaremos con tu entrenamiento mañana, pero por ahora lo mejor es que te límites a ver cómo se hace-Dijo antes de enterrar sus raíces correctamente en la tierra y comenzar a disparar, la única respuesta que escuchó de parte del hielaguisantes fue un suspiro, lo que le hizo asumir que a pesar de no estar muy feliz con esto había entendido.

Afortunadamente la línea en la que estaban Ice y Gint era una en la que se encontraba Max apoyando con su pala, por lo que la falta de un atacante a larga distancia ahí no sería algo que afectaría demasiado a la defensa. El humano por su parte estaba fijándose en lo que hacían los hielaguisantes, cuando un proyectil suyo impactada en un zombie el frío se apoderaba rápidamente de los muertos vivientes, ralentizando su movimiento y provocando que estos a duras penas pudieran avanzar.

-(Creo que finalmente voy a poder dejar de ayudarlos con la defensa de mi jardín)-Pensó inocentemente el pelinegro al ver lo eficientes que resultaban las plantas congeladas en contra de los no-muertos, aunque también se fijó en que Ice no disparaba, si no que se limitaba a observar a Gint, aunque aquello le parecía raro no pensaba que fuera de mucha importancia, pues el lanzaguisantes estaba logrando hacer bastante por su cuenta, incluso Dulce había decidido apoyar con pequeños rayos solares luego de cambiar de lugar con un girasol que se encontraba en esa misma fila.

La oleada realmente no estaba teniendo muchas diferencias con las que ya habían enfrentado anteriormente en el jardín de Max, incluso era más sencillo al tener mas aliados botánicos ayudando, el humano se veía satisfecho con esto, pues apenas y tenía que hacer algo, las cosas se mantuvieron bajo control durante un rato hasta que las nueces avisaron de que se aproximaba un zombie distinto al resto, esté tenía ropa deportiva roja, zapatillas del mismo color y bandas azules en sus muñecas y frente, lo que mas destacaba era su impresionante velocidad que superaba con facilidad a la de sus compañeros y la larga bara que llevaba en su mano derecha.

El humano a pesar de verse inicialmente preocupado por la aparición de este nuevo tipo de zombie recordó que justamente tenía a plantas capaces de ralentizar a sus enemigos...pero para su mala suerte el atlético no-muerto venía por la misma fila en la que estaba Ice, quien no estaba disparando por orden de Gint.

Max confió en que el zombie no podría pasar y que sería derribado por los disparos del lanzaguisantes con disfraz de vaquero, sin embargo parecía que no solo era rápido si no también resistente, pues a pesar de los constantes guisantes que impactaban contra su cuerpo él no se detenía, cuando estuvo finalmente cerca de Carlos el humano intentó golpear al no-vivo, pero este utilizó su largo palo de pértiga para dar un gran salto con el cual logró pasar por encima del fruto seco y esquivar el golpe a la vez que terminaba en frente del pelinegro.

El de piel canela quedó inmóvil por el miedo durante una pequeña fracción de segundos mientras el zombie se ponía en posición para atacar, el mismo intentó torpemente golpear a Max con su palo pero el ataque fue bloqueado con la pala, el chico miró preocupado hacía atrás, estaban demasiado cerca de las flores que debía proteger y eso lo ponía bastante nervioso.

-¡Cerebroz!-Gritó el zombie mientras ponía mayor fuerza en el choque de armas que tenían tanto él como el humano, sin embargo su fuerza no era nada comparada a la de Max, quien logró empujarlo hacia adelante, provocando que se tropezara con Carlos y cayera en frente de este, el joven adulto aprovechó la situación para acercarse y clavar su pala en el cuello del no-muerto, decapitandolo.

-Eso estuvo esencial como dirían los jóvenes-Dijo Carlos, quien aparentemente no le importaba mucho el tener un cadáver y una cabeza tirados en frente de él.

-¡Prepárense! ¡Vienen más de esos!-Avisó Max al notar como dos zombies con ropa deportiva y palos de pértiga más se estaban aproximando al jardín, los hielaguisantes se encargaron de disminuir su velocidad, mientras que los lanzaguisantes se centraban en dañarlos lo máximo posible antes de que llegarán a las nueces, sin embargo esto no fue posible y ambos lograron cruzar la barrera de frutos secos a pesar de estar algo dañados.

El joven adulto al ver esto se alarmó, especialmente al notar que los zombies estaban a nada de pisar las preciadas flores de su vecina, guiado tanto por el miedo de fallar en su misión como por la adrenalina corrió hacía uno de ellos y envió su cabeza a volar con un fuerte golpe utilizando su pala, el otro seguía afectado por la ralentización provocada por los hielaguisantes, lo cual Max aprovechó para darle una patada en los bajos al no-muerto con tal fuerza que este cayó inmediatamente al suelo, aparentemente ya sin vida en su totalidad.

Un zombie de pértiga más se aproximaba, el pelinegro necesitaba encontrar una forma de que aquellos nuevos enemigos dejarán de ponerlo constantemente contra la cuerda, no era bueno trabajando bajo presión pero algo logró llegar a su mente, le ordenó a una papapum saltar desde su maceta hasta la segunda fila, que era por dónde se aproximaba el zombie, este notó al tubérculo en su camino y haciendo uso de su palo saltó por encima de esta, quedando en frente de una nuez la cual empezó a morder mientras los proyectiles de lanzaguisantes y sus variantes heladas impactaban en él.

-(bien, ya sé cómo lidiar con esos)-El chico miró al frente y se dió cuenta de que ya estaba saliendo un zombie con una bandera roja como había visto tantas veces, lo cual indicaba que se aproximaba un gran grupo de putridos seres, usando su conocimiento previamente adquirido ordenó a todas sus papapums imitar la acción de su compañera, así las 4 papapums que quedaban saltaron una tras otra hasta que cada nuez tenía al menos a una de ellas en frente.

"Cerebroz" era lo que se escuchaba repetidamente mientras el pequeño ejército de no-muertos avanzaban en dirección al jardín, apenas algunos de ellos empezaron a pisar el césped múltiples guisantes empezaron a ser disparados, Max se agachó y observaba en medio de dos nueces como transcurría todo, las papapums parecían haber terminado de "armarse" y los saltadores de pértiga no tardaron en notarlo, como si de una mente colmena se tratará saltaron al mismo tiempo, esquivando a los explosivos con ojos y empezaron a masticar a los resistentes frutos secos a su vez que recibían fuertes impactos provenientes de las plantas mutantes que tenían el privilegio de poder atacar a distancia.

Algo en lo que se fijó el pelinegro era que al los hielaguisantes ralentizar el movimiento de los zombies también hacían que sus mordidas dirigidas a las nueces fuera más lenta, provocando que se tardarán bastante más en infligir daño a una, definitivamente aquellas plantas de hielo eran una bendición.

Mientras los zombies saltadores de pértiga repartían lentas mordidas a las nueces varios zombies que estaban bastante juntos unos de otros se aproximaban, no dándose cuenta de las papapums en el suelo, presintiendo lo que iba a suceder tanto Max como las plantas mutantes que estaban siendo usadas como muro de defensa cerraron los ojos, las minas de papa explotaron en el momento que los zombies de al frente las pisaron, creando bastante polvo el cual cayó en Carlos y sus compañeros, pero al no tener abiertos sus ojos no sintieron nada.

Cuando el polvo se disipó todos en el jardín notaron que el ejército zombie había disminuido enormemente, pues las explosiones de las papapum habían acabado con la mayoría de los podridos asaltantes, dejando solo a unos pocos en pie los cuales estaban siendo rápidamente apalizados por los guisantes que eran disparados con fuerza.

La oleada había terminado sorprendemente rápido gracias al pequeño plan que había hecho Max, todos en el patio se sentían aliviados de poder finalmente ir a obtener el descanso que se suponía iban a tener desde un inicio, mientras que las nueces ya estaban agotadas, primero habían tenido que acabar ellas solas con el ataque dirigido al patio de su humano y luego soportar las mordidas de los nuevos zombies que se habían unido a la lucha contra ellas.

-¡Veo que terminaste!-Dijo una voz que el joven pelinegro recordaba, era su vecina de pelo rosado que casualmente estaba llegando de regreso a su hogar, caminó por este mismo, evitando pisar los putrefactos cadáveres que estaban ubicados en el piso, fijó su mirada en las flores, dandose cuenta de que estás habían sido protegidas exitosamente-Y ningúna fue pisada ¡Gran trabajo!-

La más baja le dedicó una sonrisa al mayor, quien nuevamente se había puesto nervioso al ver que tenía que enfrentarse a su mayor temor por tercera vez en el día...hablar con una mujer.

-o-oh hola, tiempo volviste a justo-dijo nerviosamente, sin embargo la expresión de confusión de la fémina rápidamente le hizo darse cuenta de lo que acababa de decir- eh, quiero decir, volviste justo a tiempo-

Aunque aún algo confundida decidió volver a su actitud alegre y amable, soltando una pequeña risa antes de hablar-Si, el lugar al que tenía que ir no estaba muy lejos de aquí-

Por un momento el pelinegro permaneció callado al no saber que responder, mientras que la contraria esperaba que el más alto dijera algo, lo cual causó unos segundos de completo silencio entre ambos, antes de que las cosas se pusieran más incómodas la de ojos café recordó que tenía que pagarle a su vecino por sus servicios brindados.

-Casi se me olvidaba, tengo que pagarte por tu buen trabajo, espérame aqui un momento-dijo antes de pasar por todo su jardín para poder entrar a su hogar, mientras que Max aún tenía la cabeza hecha un completo desastre por sus nervios, ni siquiera se dió cuenta de que sus plantas ya se encontraban regresando a su casa sin decirle nada, pues lo veían demadiado atontato.

Unos pocos minutos después la joven de baja estatura regresó y se acercó al mayor, mostrándole unos billetes el cuál este tomó y agradeció en voz baja por la paga, cuando estaba listo para irse la menor quiso decir algo más.

-ahora que me doy cuenta, no te eh preguntado tu nombre, que grosero de mi parte...¿Cómo te llamas?-ella le miró atentamente, curiosa de saber la respuesta que le iba a dar el contrario.

-M-m-ma-m-antes de seguir con su nerviosismo se dió un fuerte golpe así mismo en el pecho, cosa que otra vez confundió a su vecina, pero al menos le permitió hablar bien-M-mi nombre es Max-

-Ese un lindo nombre Max-Aquel halago había provocado un sonrojo en el más alto, cosa que para su buena suerte pasó desapercibida-el mío es Yun Huang, pero puedes llamarme "Flora"-

-Un gusto en co-conocerte Flora-Al chico se le hacía bastante bonito aquel apodo que había mencionado la chica de listón rojo, pero a diferencia de la contraria él no tenía el valor para decirle algún cumplido-b-bueno, creo que ya me voy, con permiso-

La mujer se despidió de él agitando lentamente la mano y él intento hacer lo mismo, pero sus nervios hicieron que su movimiento fuera algo rápido y brusco. Se retiró a su patio mientras la de ascendencia asiática permanecía en su jardín, inspeccionando de mejor forma sus flores para estar 100% segura de que estaban en buen estado.

Cuando estaba en su patio el pelinegro notó que su mochila estaba tirada ahí, se acercó a está con la intención de meterla a su hogar, sin embargo se fijó en las flores que había comprado en la tienda de Summer, él realmente no tenía interés en ellas pero tampoco quería simplemente tirarlas, por lo que sin pensarlo mucho tomó el ramo y se acercó a la cerca para lllamar la atención de su vecina.

-¡He-hey Flora!-llamó la atención de la chica de pelo rosado, la cual se acercó un poco de forma curiosa, dudosa de que podría querer el más alto-e-esto es para ti-entregó aquel ramo de flores a su vecina, aparentemente no siendo muy consciente de lo que hacía.

-o-oh vaya-el rostro de la mujer rápidamente se cubrió de un rojo algo intenso al ver el repentino regalo de su vecino-a-al menos invítame un café primero-

Al escuchar lo que dijo la de moño y ver su sonrojo los nervios se apoderaron por completo del más alto, su cerebro dejó de funcionar y antes de que las cosas escalarán a más el chico lanzó el ramo de flores al rostro de la pobre pelirosada antes de salir corriendo en dirección a su casa.

A pesar de que el de pelo negro le había lanzado el ramo a la cara ella realmente no estaba molesta, solo se veía confundida, miró a las flores que ahora tenía en sus manos, se le hicieron realmente bonitas y miró la casa de Max antes de dar una cálida sonrisa.

...

Una vez, en el mismo lugar tan pobremente iluminado se encontraba el brillante aunque poco paciente líder de los Zombies, quien se encontraba utilizando un destornillador en lo que parecía ser un cono, este no parecía ser un objeto de tráfico común, pues parecía tener unos circuitos dentro suyo.

-Su pequeño juego de la bolera me enseñó una cosa-se dijo así mismo el de bata de doctor, terminando los últimos retoques de su nueva invención-todo debe ser perfecto, un casco debe ser capaz de ser tan eficaz como una armadura completa...-

-¿Remolcador?-Preguntó el zombie que se encontraba al lado de su jefe.

-No Remolcador, no te voy a dar un cono-Aclaró el malvado científico, desilusionando a su subordinado.

...

En la entrada a la tan peculiar y extraña ciudad de Neighborville un autobús se detenía, una figura femenina que se encontraba en el interior de este salió por la puerta, aparentemente alegre de haber llegado a este lugar.

-¿Está seguro de que no pudo dejarme en la casa de mi tío?-preguntó la joven adulta cuyo color de cabello y coletas era anaranjado, se veía que era alta y tenia una figura atlética, tenía como vestimenta una camisa cuya mitad alta era de color celeste mientras que la otra mitad era blanca, unos shorts y zapatos café, además de largos calceties rosados.

-Eh oído historias sobre este lugar y no quiero arriesgarme a que sea tan loco como ese pueblo de Oregón-Contesto el conductor del bus, quien se veía que ya era bastante viejo-No me gustaría que otra vez un par de ancianos me amenacen para subir un cerdito al bus-

Y sin más que decir, el conductor piso el acelerador y se alejó del lugar en su gran vehículo, dejando sola a la chica, quien vió la entrada del lugar con una sonrisa.

...

En el interior de la casa de Dave, dentro de una de las tantas habitaciones del espacioso lugar una planta bastante parecida a un lanzaguisantes se encontraba saltando en su maceta hacia un espejo, al lado del mismo había una pequeña mesa de noche la cual tenía algunos objetos encima.

La planta se miró en el espejo, viendo su reflejo con claridad podía verse que a diferencia de un lanzaguisantes él poseia cuatro hojas en lugar de solo una, a su vez tenía unas cejas de un color verde oscuro que lo hacían lucir de mal humor a pesar de que no era el caso.

Se trataba de una repetidora, plantas que tenían mala fama por sus actitudes, debido a que la mayoría solía criarse en las calles por distintas razones tendian a ser frías con los demás, pero está en específico era muy diferente, le sonrió al espejo que tenía al frente, se le veía emocionado y a su vez determinado.

-Si lo que me dijeron es cierto entonces dentro de poco empezaré a hacer volar unas cuantas cabezas...¡Que emocionante! Ya no puedo esperar más, ya quiero que sea mañana...así él verá de lo que soy capaz y finalmente estará orgulloso de mi-la repetidora se veía bastante decidido, además de ilusionado, tomó el objeto que más resaltaba de aquella mesita de noche, tratándose de unos auriculares rojos los cuales se colocó- prepárense todos porque aquí llega Reap ¡La planta con los más grandes planes de todos!-