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—Feng Yuan, Chu Hao acaba de entrar en la Corte Celestial y tú, ya en el Cuarto Nivel del reino Medio Mahayana, ¿no crees que estás abusando? —dijo de inmediato Hu Jianren. En este momento, estaba enfocado en forjar una buena relación con Chu Hao y lo defendió sin dudar.
Sin embargo, a Feng Yuan no le importaba lo más mínimo. Aunque Hu Jianren era un maestro, ¿cómo podía un maestro del Instituto Terrenal controlar a un estudiante de la Corte Celestial? ¡Además, pertenecían a diferentes Facciones Orientales y Occidentales!
En cuanto a esos seres sin valor que aún no habían alcanzado el Gran Reino Mahayana a la edad de 30 años, ¡eran insignificantes en sus ojos!
—Chu Hao, ¿tienes miedo? —se burló Feng Yuan—. Incluso si tienes miedo, es inútil. Soy de la Facción Occidental, ¡no necesito una razón para desafiarte!
—¡Yo seré tu oponente! —dijo dando un paso adelante Hu Jianren.
