En las montañas no había soles ni lunas, y el tiempo pasaba volando como una lanzadera, y en un abrir y cerrar de ojos, habían pasado cuatro meses.
—¡Huff! ¡Huff! ¡Huff! —Una respiración pesada resonaba mientras una roca tan alta como un hombre flotaba en el aire, ¡moviéndose muy rápidamente!
¡La escena era lo suficientemente aterradora!
Pero si uno observaba más de cerca, descubriría que había un par de piernas debajo de la gran roca—no que la roca hubiera brotado piernas, sino que alguien la cargaba en su espalda, mostrando solo sus piernas.
¡El peso de esta gran roca era de al menos 60,000 libras; qué fuerza tan aterradora se necesitaba para llevar una piedra tan pesada y correr con ella?
¡Bang!
La gran roca cayó repentinamente, golpeando el suelo y causando que temblara violentamente. Las piedrecillas fueron sacudidas hasta medio metro de altura antes de que finalmente se asentaran con el ruido de la grava.
