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La noche llegó. La luna era como un plato de plata, apareciendo entre las nubes. Las estrellas dispersas adornaban el entorno.
Gu Yue Mo Bei estaba en el patio, levantando la cabeza, sus ojos brillaban bajo el reflejo de la luna.
—Hermanito, escuché que te lastimaste hoy —detrás de él, la voz de su hermana Gu Yue Mo Yan resonó.
—Hermana, ¿te preocupa que, después de haber sido golpeado hasta vomitar sangre hoy, pudiera tener un trauma duradero? —Mo Bei se volteó y curvó sus labios.
Al ver a su hermano reír, el corazón de Mo Yan se tranquilizó. Aunque realmente estaba preocupada, dijo en cambio, —De ninguna manera, tu hermana mayor te entiende mejor que nadie. Buen hermano, tienes una voluntad indomable, el futuro jefe de nuestra Familia Mo. ¿Cómo puedes asustarte por una lesión tan pequeña?
—Jejeje, sabía que mi hermana me mimaba más —Mo Bei se rascó la nuca mientras se reía tímidamente.
