—Señor Sun, ¿por qué hay tantos invitados hoy? —preguntó el mayordomo.
—¡Adelante! —Zhang Menglong le dio secretamente una mirada a Sun Yulei.
—Oh, es así —con Zhang Menglong a su lado, Sun Yulei también se sintió mucho más confiado—, mi compañía podría tener algunos malentendidos sobre mí, dicen que vendí la información estratégica de la compañía por un soborno de 100,000 yuanes.
—Jajaja, señor Sun, su compañía es realmente interesante, cómo podría un hombre rico como usted hacer tal cosa por 100,000 yuanes —el mayordomo se rió.
—Así que Yulei y yo trajimos a los camaradas de la policía para echar un vistazo —interrumpió Zhang Menglong desde un lado.
—Ya que ese es el caso, por favor entren —el mayordomo se hizo a un lado para darles la bienvenida—, haré que el conductor estacione el coche en el garaje.
—Gracias por las molestias —el oficial de policía de repente se volvió algo tímido, parece que Sun Yulei realmente era el dueño de esta villa.
