Viendo un grupo de personas acercándose hacia él, Long Chen no dudó e inmediatamente tomó acción.
Bang bang bang.
Los movimientos de Long Chen eran feroces y rápidos como un rayo, y en unos momentos, había derribado a todos al suelo.
Incluso Shiyin fue demasiado lento para reaccionar, y sus hombres habían perdido toda su capacidad de lucha, quejándose continuamente en el suelo.
—¿Tú... has entrenado antes?
El rostro de Shiyin se volvió feo.
—Tío, olvidé decirte que mi temperamento tampoco es muy bueno —dijo Long Chen. Extendió su mano y le dio una palmada en el hombro a Shiyin.
Pero Shiyin no pudo soportar lo que parecían simples dos palmadas, y con un golpe, se arrodilló en el suelo.
—¿Qué quieres hacer? —preguntó Shiyin temblando.
Claramente, estaba asustado.
Long Chen miró desde arriba a Shiyin y preguntó con una sonrisa burlona:
