La actitud de Li Chungang era firme, su tono decisivo, sin dejar lugar a dudas.
Han Min vio a su marido siendo reprendido y sus ojos mostraron mucho desagrado.
—Abuelo, después de todo Shiqi es el suegro de Long Chen. Aunque ocasionalmente critique a Long Chen, como el mayor de Long Chen, es razonable, ¿verdad? —Han Min susurró.
—Oh, entonces, ¿por qué no me cuentas, cómo sueles hablar sobre Long Chen? Y las razones también, explícalas —Li Chungang dijo indiferente.
—Esto... —Han Min de repente no supo cómo responder.
Era obvio que el abuelo estaba muy parcializado hacia Long Chen; si ella revelaba cómo trataban a Long Chen, las consecuencias serían terribles.
—Habla, ¿te has quedado muda? —Li Chungang ladró.
Tanto Han Min como Li Shiqi se sobresaltaron y permanecieron en silencio.
—Abuelo, acabas de despertar. Deberías cuidar tu salud y descansar primero. Por cierto, ¿dónde está mi cuñado? —Li Yueyue habló apresuradamente.