—¿Qué pasa con esa mirada? ¿La acupuntura del cuñado te hizo sentir incómoda? —Long Chen miró a Li Yueyue.
La bonita cara de Li Yueyue se puso aún más roja.
—Cuñado, ¿puedes no hablar con ese tono tan comedido? Suena como si algo indecente hubiera pasado —Li Yueyue no pudo evitar susurrar.
—¿Quieres que pase algo indecente entre nosotros? No puede ser, ¿escuché mal? —Long Chen bromeó.
—Te voy a matar, malvado cuñado, por coquetear con tu cuñada —Li Yueyue extendió la mano y golpeó el pecho de Long Chen unas cuantas veces, pero era más como cosquillas.
—Está bien, está bien, dejaré de bromearte. Ve a hacer lo tuyo —dijo Long Chen riendo.
—No voy a irme a ninguna parte. Mi papá dijo que viniera a hacerte compañía, para ayudarte en lo que necesites —Li Yueyue hizo un puchero.
—¿Ayudar en todo? —Long Chen se rió—. ¿Tu hermana no puede satisfacerme, puedes tú?
—¿Eh? —Li Yueyue estaba desconcertada—. ¿Hermana no te satisfizo?
—Bueno... —Long Chen se quedó momentáneamente atónito.