La Bestia Divisora de Montañas también se sobresaltó por el repentino movimiento de Jiang Fan.
Pánico brilló en sus ojos.
Rápidamente retrajo el resplandor rojo sangre de su nariz.
Pero ya era demasiado tarde.
En un instante, Jiang Fan se lanzó hacia adelante.
Mientras el último bit de resplandor rojo sangre desaparecía de su nariz, él empujó su espada hacia adelante.
Curiosamente,
el cuerpo de la Bestia Divisora de Montañas era tan duro como el hierro, y lo mismo su nariz.
Pero al acumular el brillo sanguíneo, la nariz se volvía increíblemente suave.
La Espada Negra la atravesó al instante.
Y con el impulso hacia adelante de la Bestia Divisora de Montañas, la punta de la espada continuó hundiéndose más profundo.
Hasta que solo el mango de la espada quedó fuera.
En ese momento, la Espada Negra ya había penetrado el cráneo de la Bestia Divisora de Montañas.
