Jiang Fan también percibió la ansiedad de Liu Wuchen.
Entendió que su batalla con Kong Wushuang ya no era un simple combate de entrenamiento.
Concernía la reputación de la Secta Nube Verde.
Asintió ligeramente, tocó el suelo con la punta de sus dedos de los pies suavemente y llegó al centro de la plaza.
—Haré todo lo posible —dijo con calma—; más vale que no te contengas.
—De lo contrario, no puedo garantizar tu seguridad.
Por supuesto, lo que quería decir con hacer todo lo posible excluía la Espada Púrpura y la Técnica de Dedo de Nivel Tierra.
Todavía quería mantener estas como cartas bajo la manga, para sorprender al enemigo desprevenido.
Exponerlas durante un entrenamiento sería realmente imprudente.
Cao Zhen, de pie cerca, se sintió totalmente humillado sin lugar a dónde dirigir su vergüenza.
Había estado tan seguro y aún así terminó siendo brutalmente golpeado por Kong Wushuang.
Al escuchar las palabras de Jiang Fan, se burló:
—¡Insensato ignorante!
