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—Lo que más los dejó sin palabras —murmuró alguien en la multitud.
—¿Fue porque no pudieron asegurar a Jiang Fan y se enfermaron de ira? —otro especuló.
Jiang Fan no pudo evitar retorcer los labios ligeramente.
No dudó más e inmediatamente comenzó a refinar las Píldoras Nutrientes del Corazón de Nueve Sabores de manera metódica. Su técnica era tan competente, completamente distinta a la de los discípulos consternados. Atrajo exclamaciones de asombro de los muchos discípulos.
Poco después, las píldoras medicinales estaban listas.
—¡Píldoras Nutrientes del Corazón de Nueve Sabores de primera calidad! —exclamó Su Qiuning—. ¡Incluso el Maestro podría no ser capaz de refinar estas!
—Rápidamente dáselas a la Anciana Wen para que las tome —dijo Jiang Fan.
Su Qiuning asintió e inmediatamente corrió de vuelta al salón.
Poco después...
Salió limpiándose las lágrimas, luciendo muy triste.
—¿La medicina no funcionó? —preguntó Jiang Fan con el corazón hundido.