De forma abrupta una luz apareció y de la misma forma sin avisar esta se esfumo.
Aquel lugar que se ilumino no tenia nada de especial, tan solo era una habitación como cualquier otra dentro de aquella terrible ciudad.
Sin embargo esa normalidad de la que tanto disfrutaba su inquilino pronto desaparecería.
El tampoco era nada especial, tan solo un estudiante cualquiera que asistía a Gotham High, era menos que cualquiera y es que siempre intentaba mantener un perfil bajo para no llamar la atención de nadie.
El sabia mejor que nadie que evitar la atención era una forma de sobrevivir tanto en la escuela como en Ciudad Gótica.
Ese día lo termino como todos los otros, regresar de la escuela, comer, hacer un poco de acondicionamiento físico en casa, cenar y terminar todo jugando un poco en su preciada computadora.
Todo iba como siempre aunque por equivocación termino por dejarla encendida y simplemente se fue a dormir.
Aunque no era normal que esto sucediera no quería decir que jamás había pasado, anteriormente por alguna cosa u otra la había dejado encendida toda la noche y jamas le había pasado nada pero esta vez todo seria diferente.
Esa luz regreso una vez mas iluminando toda su habitación mostrando su cuarto, sencillo y eficiente como a el le gustaba, todo volvió a quedar oscuro.
Una vez mas y con mayor intensidad volvió a iluminarse todo el lugar, consiguiendo al fin despertar al ocupante, como si esa hubiera sido su intención todo el tiempo.
Al quitarse las sabanas de encima del cuerpo y voltear para ver cual era la causa de aquella luz todo volvió a quedar oscuro sin dejarle ver la tenue iluminación de color azul de que emitía su computadora.
Por un momento no supo que hacer o decir, "tal vez fue mi imaginación" pronuncio en un susurro para volver a taparse e intentar dormir, después de todo mañana seria el inicio de la semana y siempre eran los peores días.
Probablemente hasta ahí quedaría aquel extraño fenómeno, como si solo hubiera sido la imaginación de aquel estudiante, sin embargo cuando el se dio la vuelta, la pantalla de su computadora mostró una imagen en ella, la cual si la hubiera visto no podría reconocerla.
Aquel símbolo era raro cuanto menos, una especie de circulo siendo tapado por una letra mayúscula, una L para ser específicos.
Sin motivo alguno o explicación probable una voz tenue pero grave provino de los altavoces que se encontraban a un lado de la pantalla, "Bienvenido a la grieta del invocador".
Después de aquella voz todo desapareció sin dejar rastro, el símbolo y la tenue luz azul se esfumaron como si jamas hubieran estado presentes.
Pero al mismo tiempo una pequeña bola de energía con el mismo color que se encontraba iluminando el monitor emergió de la pantalla de forma silenciosa e indetectable, como si estuviera siendo guiada flotó, recorriendo toda la habitación hasta encontrarse justo encima de aquel estudiante.
De alguna forma aquella bola de energía era capaz de emitir cierto grado de luminosidad consiguiendo iluminar la cabeza y un poco del cuerpo de aquel joven, cabello rubio puntiagudo aunque un poco aplastado por como estaba durmiendo, si bien el mismo se consideraba alguien normal claramente no era así, cualquiera podría decir que era alguien de buena apariencia.
La esfera de energía se mantuvo poco mas de diez segundos encima de el hasta que se hundió de forma lenta en su cuerpo, ocultando así una vez mas su luz de aquel mundo y dejando aquella habitación sin iluminar, todo normal otra vez.
Nadie sabia lo que vendría, nadie podría haber preparado a la gente del mundo para lo que sucedería, si bien hasta este momento cosas increíbles se habían visto y presenciado en aquel planeta.
Nada seria igual después de su despertar.
Nada.