En Honkai star rail con el sistema hoyolab

Shadow_tokisaki
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Synopsis

Chapter 1 - Prologo

Mi mente estaba envuelta en un caos nebuloso. Incapaz de moverme, de hablar, todo lo que veía era un mar de interferencias, como mirar a través de una pantalla de televisión rota. Pero poco a poco, las sombras se desvanecieron, revelando una imagen cristalina. Ante mí se alzaba un trono blanco, y sentada en él, una mujer cuya belleza trascendía cualquier noción humana. Su sola presencia parecía reescribir las leyes de la realidad.

"Saludos, frágil alma errante," su voz resonó, melódica y majestuosa, como si una eternidad hablara en un solo instante.

Me quedé sin palabras, pero su cálida sonrisa tenía algo inquietante, como si supiera más de mí que yo mismo.

"Ahora comprendes, ¿no? Estás muerto," proclamó, con una calma que me heló la sangre.

Antes de que pudiera procesar lo que acababa de decir, extendió su mano, y un libro de aspecto antiguo, cargado con un aura que desafiaba la lógica, apareció flotando sobre ella.

"No estoy aquí para escoltar tu alma al más allá ni para juzgarte como hacen los cuentos mortales," explicó. "Esta vez, vengo a proponerte algo... una oferta que no rechazarías."

Sus ojos, dos espejos que contenían galaxias, se fijaron en mí mientras hojeaba el libro con lentitud.

"Nosotros, las entidades que trascienden el tiempo y el espacio, poseemos un único miedo: el aburrimiento. Para combatirlo, otorgamos poder a mortales seleccionados al azar, esperando que sus acciones, al romper sus insignificantes cadenas, puedan ofrecernos entretenimiento."

Me señaló, como si con ese simple gesto estuviera marcando mi destino.

"Y aquí es donde entras tú. Te daré la oportunidad de transferir tu alma a otro universo, un lugar donde tus decisiones y acciones podrían cambiar la línea temporal y el destino de todo. No te preocupes por tu mundo anterior; tu existencia será completamente borrada de allí, con la debida autorización de aquellos a cargo."

Con un gesto fluido, me mostró un contrato. Las palabras en él estaban escritas en un idioma incomprensible, pero su esencia parecía susurrarme secretos antiguos.

"Por supuesto, no espero que lo hagas gratis. Como dije, te concederé un poder. Uno que crecerá contigo hasta que incluso las deidades más poderosas te consideren su igual."

Su propuesta no sonaba tan absurda como debería. Quizás, en el fondo, algo dentro de mí ya había decidido creerle. Después de todo, mi vida en la Tierra había sido un desastre constante: mis padres murieron en un accidente cuando era un niño, y mis tutores… bueno, no eran exactamente el mejor ejemplo de ser humano. Me quitaron todo lo que mis padres dejaron y luego, como un extra cruel, me echaron a la calle.

Desde entonces, la supervivencia había sido mi única prioridad. Terminé la preparatoria mientras malabareaba trabajos mal pagados, y cuando finalmente logré estabilizar mi economía, me encerré. Trabajos desde casa, videojuegos, internet y anime se convirtieron en mi refugio. Un hikikomori certificado, aunque no por eso mis habilidades podían ser menospreciadas, 

Sin embargo, ahora estaba aquí, delante de esta diosa de apariencia omnipotente, enfrentando una decisión absurda. Decidir si aceptar su propuesta o caer en el vacío incierto del "ciclo de la vida". Pesando las opciones… bueno, ¿qué podía perder?

"Acepto," dije con una sonrisa ladina, más para convencerme a mí mismo que por convicción.

La diosa sonrió, una mezcla de alivio y… ¿diversión?

"Muy bien. Entonces comenzaré con el proceso," declaró con una calma que me hacía sentir como un insecto bajo el microscopio.

Comenzó a recitar palabras incomprensibles, y el libro que sostenía flotó en el aire, irradiando símbolos brillantes que parecían formar constelaciones a mi alrededor. A medida que los símbolos se condensaban en una esfera, su mirada se clavó en mí, como si fuera capaz de desentrañar cada rincón de mi ser.

"Tu mundo nos resulta fascinante en sus formas de entretenimiento. Por ello, hemos decidido asignarte a un universo basado en estas creaciones. Claro, considerando que la mayoría de esos mundos son mucho más peligrosos que el tuyo, hemos diseñado un sistema que te apoye. Pero…", pausó, y su sonrisa se volvió un poco más juguetona "entregártelo todo sería terriblemente aburrido. Por lo tanto, recibirás cuatro regalos al azar: el mundo en el que reencarnarás, el cuerpo que habitarás, un sistema que te asistirá y un uso inicial gratuito de dicho sistema. Somos generosos, ¿no crees?"

"Sí, claro, súper generosos," murmuré con sarcasmo. "Lo primero que se me viene a la mente cuando pienso en la 'hospitalidad divina' es una ruleta cósmica."

La diosa ignoró mi comentario y alzó una mano. Una ruleta brillante apareció en el aire, girando lentamente al principio. Sus secciones estaban llenas de nombres que reconocí de películas, animes y videojuegos. Al leer algunos de ellos, sentí un escalofrío.

"Por favor, que no sea Warhammer 40k. No quiero pasar mi nueva vida siendo aplastado por Space Marines," murmuré, más para mí mismo que para ella.

La ruleta comenzó a girar más rápido, y después de unos momentos, se detuvo.

"Interesante," dijo la diosa con un toque de entusiasmo. "El universo en el que irás será… Honkai Star Rail. Ahora, veamos qué cuerpo habitarás. Como te convertirás en su dueño, heredarás sus habilidades y recibirás una de sus armas."

La ruleta cambió su contenido y volvió a girar, los nombres reemplazados por personajes que reconocí de distintos animes y videojuegos.

"Bien, revisa tu nuevo cuerpo," dijo la diosa.

Con un gesto suyo, una pantalla translúcida apareció frente a mí, como una interfaz de videojuego. Por primera vez, una chispa de emoción genuina reemplazó mi nerviosismo.

Nombre[Shiba Tatsuya]

Edad[21]

Habilidades[Ninjutsu,Elemental Sight(Ojos de los Espíritus"),Descomposición,Restauración,Magia sistemática]

Armas[Third Eye]

Fuerza total [Nivel 3 etapa 5]

"La fuerza total de los seres tiene distintos niveles," declaró la diosa, con un tono solemne que resonaba como el eco de las estrellas mismas. Su voz era un entrelazado de armonías, cada palabra parecía venir de un rincón distinto del cosmos. "Quizás en este momento no comprendas su importancia, pero más adelante podría ser crucial para tu existencia. Presta atención."

Un libro etéreo flotó frente a mí, y de sus páginas brotaron imágenes y descripciones, como si una pantalla holográfica hubiera cobrado vida.

"Esto es lo que necesitas saber," continuó, con una tranquilidad casi condescendiente, como si estuviera explicándole algo simple a un niño pequeño.

Nivel 1: Humanos comunes.

"En la Etapa 1, eres... bueno, tú. Tan insignificante como cualquier mortal promedio. Pero en la Etapa 9, habrás perfeccionado tus habilidades hasta niveles comparables a los grandes maestros que marcaron tu historia. ¿Recuerdas esos guerreros legendarios que tanto admiras en tus cuentos? A ese nivel podrías aspirar."

Nivel 2: Superhumanos.

"Desde la Etapa 1, tu fuerza es suficiente para derrotar a un batallón completo. En la Etapa 9, los edificios son escombros ante tu voluntad."

"Wow, parece que saltamos de 'pateo de traseros moderado' a 'destrucción inmobiliaria' bastante rápido," murmuré con un tono burlón, aunque no pude evitar tragar saliva al pensar en ese nivel de poder.

La diosa apenas me miró, como si mis comentarios fueran poco más que un zumbido molesto.

Nivel 3: Seres sobrenaturales.

"En la Etapa 1, tus hazañas ya son legendarias, destruyendo edificios enteros con un gesto. Y en la Etapa 9… las ciudades enteras temblarían ante tu poder. Serías una fuerza de la naturaleza."

Nivel 4: Aquellos que son temidos y reverenciados.

"A este nivel, un país entero puede caer bajo tu sombra sin esfuerzo alguno. No es solo poder, sino una representación del pináculo de lo sobrenatural."

Nivel 5: Deidades menores.

"Muchos te venerarán como un dios, y no sin razón. Un continente puede desaparecer con un simple chasquido de tus dedos."

"Espera, ¿me estás diciendo que puedo convertirme en una especie de Thanos con esteroides? Interesante… extremadamente interesante," dije mientras me cruzaba de brazos y sonreía.

Su mirada, serena y distante, no flaqueó ni un momento.

Nivel 6: Modeladores de la realidad.

"Tu voluntad comenzará a redefinir las leyes del mundo. Quienes se atrevan a oponerse a ti enfrentarán una furia que trasciende lo imaginable."

Nivel 7: Guardianes galácticos.

"Tu influencia se extiende más allá de los confines de los mundos. En esta etapa, el destino de los sistemas estelares está en tus manos, ya sea para protegerlos o para desatar su ruina."

Nivel 8: Soberanos universales.

"El universo entero se convierte en tu lienzo, y tú, el pintor omnipotente."

Nivel 9: Existencias multiversales.

"En este nivel, eres el alfa y el omega. Representas el principio y el fin de todo lo que es, fue y será. Trascendiendo tiempo y espacio, eres más que un ser: eres una constante."

Nivel 10: ????

"Y finalmente, está el nivel más allá de la comprensión. No hay palabras para describir lo que representa... aún."

La diosa cerró el libro con un gesto lento y deliberado. "Este será el marco que rige tu progreso en este nuevo camino. Úsalo con sabiduría... o al menos intenta no convertirte en un desastre demasiado temprano."

"¿Sabiduría? Vaya, no sabía que esa palabra estaba en mi diccionario," dije con una sonrisa confiada. "Pero oye, gracias por la guía para tontos sobre cómo ser un dios. Prometo no hacer explotar nada... bueno, nada que no merezca ser explotado."

Ella me lanzó una mirada que mezclaba paciencia y diversión, como si ya supiera lo que iba a pasar.

"Bien, ahora que ya definimos quién serás en ese universo, pasemos a algo esencial," dijo la diosa, cruzando elegantemente las piernas en su trono celestial. Su tono era firme, resonante, y cargado de una autoridad que te hacía sentir como un insecto frente a las estrellas. "Veamos qué sistema te ayudará a no convertirte en basura espacial al principio de tu aventura."

"Bueno, eso suena esperanzador," murmuré con una sonrisa sarcástica, aunque mi curiosidad era genuina.

La ruleta brilló una vez más, cambiando su contenido. Esta vez, los nombres y símbolos que aparecían eran incomprensibles para mí, un revoltijo de letras y glifos que parecían reírse de mi ignorancia. Comenzó a girar con velocidad frenética, y después de unos segundos, se detuvo.

"Tch, te tocó el sistema Hoyolab."

La diosa chasqueó la lengua, y por primera vez, noté una chispa de insatisfacción en su expresión.

"¿Eso es bueno o malo?" pregunté, levantando una ceja mientras trataba de descifrar si había ganado la lotería o me habían condenado.

"Bueno…" Su voz adoptó un tono resignado. "Supongo que el nombre no te dice nada. Así que déjame explicarte su función."

Con un simple movimiento de su mano, apareció una pantalla translúcida frente a mí. Estaba llena de pestañas brillantes y contadores, como si alguien hubiera arrancado la interfaz de un videojuego y la hubiera proyectado al aire.

"Lo principal es esto: cada día podrás registrarte en el sistema, y recibirás una cantidad aleatoria de estas tres fichas. Oh, y como bono de bienvenida, tendrás un inventario donde podrás guardar tus pertenencias," explicó la diosa con una voz etérea que resonaba como una melodía cósmica, mientras una pantalla translúcida aparecía frente a mí.

En la parte superior de la pantalla, tres símbolos diferentes se materializaron junto a contadores que marcaban 0.

"Como puedes ver, están representadas las películas de Zenless Zone Zero, las protogemas de Genshin Impact y los jades estelares de Honkai Star Rail. Originalmente, este sistema estaba diseñado para que usaras estas fichas para invocar personajes o armas de esos mundos. Sin embargo..."

Su voz se volvió más seria, y me lanzó una mirada significativa.

"El primer desafortunado que obtuvo este sistema invocó a Scaramouche como su 'aliado inicial'. Y digamos que... las cosas no terminaron bien para él. Murió de manera rápida y, lo más importante, terriblemente aburrida. Así que decidimos ajustar las reglas."

"Espera, ¿me estás diciendo que el primer usuario perdió porque invocó a un ególatra temperamental como compañero? Eso es oro puro," dije entre risas, aunque el hecho de que pudiera correr la misma suerte no me hacía tanta gracia.

La diosa ignoró mi comentario, moviendo la mano para cambiar la pantalla a algo que reconocí al instante: banners. Era como mirar una versión holográfica de las tiendas gacha de los juegos de Hoyoverse.

"Ahora, las fichas no te permitirán invocar personajes ni armas. En su lugar, cada tirada te dará al azar una habilidad, un arma, un objeto o una plantilla de personaje. Y, por supuesto, cada ficha tiene distintos niveles de rareza."

"Entonces, ¿básicamente me diste un sistema gacha para mi nueva vida? Eso es… cruel. Y brillante. Pero más cruel."

La diosa sonrió con una pizca de diversión antes de continuar.

"Para que lo entiendas, haz tus tiradas. A diferencia de los juegos que conoces, donde 1600 puntos te aseguran un grupo de diez invocaciones, aquí solo te darán una habilidad por ese precio."

Abrí la boca para quejarme por lo poco generoso que sonaba eso, pero me detuve. Recordé que muchas habilidades de los juegos podían convertir a un personaje en un monstruo invencible.

"Un poco tacaño, pero considerando que hay habilidades que literalmente rompen el juego, supongo que tiene sentido," respondí, cruzándome de brazos y mirando la pantalla.

La diosa asintió con un gesto que parecía decir "exactamente".

"Haz buen uso de este sistema, humano. Podría ser tu salvación… o el motivo de tu perdición."

El contador de mis puntos se ajustó mágicamente a 1600 en cada una de las tres fichas diferentes. "¡Oh, sí! Esto es mejor que cualquier bono de inicio que haya visto," murmuré mientras mis dedos flotaban ansiosos sobre la ficha de los jades estelares. Sin dudar, toqué el botón de tirar.

La pantalla se iluminó con un espectáculo hipnótico. Una infinidad de cartas apareció girando en un carrusel brillante. Una a una comenzaron a detenerse, hasta que finalmente una se volteó, mostrando la figura de una mujer.

Tenía largo cabello violeta trenzado que caía elegantemente sobre su espalda, una horquilla adornaba su lado derecho, y llevaba una pequeña cinta carmesí a modo de gargantilla. Su kimono estaba decorado con patrones en tonos púrpura y carmesí, junto con una insignia de Inazuma sobre su pecho. Medias púrpuras hasta los muslos y un lazo carmesí completaban su impecable atuendo.

"¡Whoa, Raiden Ei! ¡La Arconte Electro ! Esto no es cualquier cosa, ¿no?" exclamé, con una mezcla de sorpresa y emoción.

La diosa me miró con una sonrisa ligeramente condescendiente. "Sí, te ha tocado la plantilla de Raiden Ei. Es perfecta para explicarte la diferencia entre las fichas. Ahora, presiona la tarjeta."

Siguiendo sus instrucciones, toqué la tarjeta en la pantalla. En cuanto lo hice, esta comenzó a brillar y, de repente, se materializó en mi mano. Antes de que pudiera siquiera parpadear, la tarjeta se desintegró en una ráfaga de luz que fue absorbida por mi piel.

Nombre: [Shogun Ei]

Adaptación: [100%]

Equipamiento: [Luz del Segador, Gnosis, Marioneta (Shogun Raiden)]

Fuerza Total: [Nivel 6, Etapa 7]

"Entonces, ¿ahora soy técnicamente una Arconte?" pregunté, observando las estadísticas con una mezcla de incredulidad y orgullo.

La diosa alzó una ceja, divertida. "Calma, humano. La diferencia entre las fichas es significativa. Si esta plantilla te hubiera salido con las protogemas, solo tendrías un equipamiento y un 50% de adaptación. Y con las fichas de películas, la adaptación sería cero, y ni soñar con equipamiento."

Me quedé mirando los datos en la pantalla, asombrado. "¿Entonces tuve un golpe de suerte increíble? ¡Soy un genio en el RNG, después de todo!"

"Llámalo como quieras," respondió con desdén, aunque había un destello de aprobación en sus ojos.

Con una sonrisa confiada, pasé al banner de las protogemas y presioné el botón. La animación se repitió, y cuando la tarjeta se volteó, apareció un símbolo familiar: un cuadrado punteado con cuatro vértices en forma de cruz y una figura de flor en el centro.

"Esto tiene pinta de ser algo interesante," murmuré mientras presionaba la tarjeta.

Nombre: [Omnisciencia]

Propietario: [Lesser Lord Kusanali]

Mis ojos brillaron de emoción. "Si esto funciona como en su lore, y no solo como en el juego, ¡puedo combinarlo con las habilidades de Shiba Tatsuya y volverme imparable! Jaque mate, universo."

La diosa, al borde de la paciencia, se cruzó de brazos. "Bien, humano, ahora solo te faltan las películas. Apresúrate, no tengo toda la eternidad para transportarte."

Cambié al banner correspondiente y presioné el botón una vez más. Esta vez, cuando la tarjeta se volteó, me quedé en blanco. Por un momento no supe si reír o llorar.

Nombre: [Nitro- combustible]

Propietario: [Zenless Zone Zero]

"¿Me estás diciendo que mi 'premio final' es una bebida energética?" pregunté, señalando la tarjeta mientras me reía nerviosamente.

"Sí," respondió la diosa con una sonrisa burlona. "Quizás no sea un arma, pero imagina el potencial. Con suficiente imaginación, hasta una lata puede ser la diferencia entre la victoria y la derrota."

Solté un suspiro, pero una pequeña risa escapó de mis labios. "Bueno, al menos ya tengo la solución para los desamores."

La diosa chasqueó los dedos, y la pantalla desapareció frente a mí.

"Ahora que te he explicado los conceptos básicos de tu sistema, ha llegado el momento de enviarte a tu nuevo universo," declaró la diosa con una voz que resonaba como un eco a través del infinito, cargada de un matiz de indiferencia y expectativa.

Con un simple chasquido de sus dedos, un círculo de símbolos brillantes apareció bajo mis pies. Cada símbolo parecía pulsar con una energía extraña, como si estuviera vivo.

"¡Whoa, espera un segundo!" exclamé, mirando los símbolos que comenzaban a girar lentamente. "¿No debería haber algo como un manual de usuario avanzado o, no sé, al menos un tutorial interactivo? ¡Esto es demasiado improvisado incluso para mí!"

La diosa inclinó ligeramente la cabeza, su expresión como si estuviera contemplando una mariposa atrapada en una tormenta. "¿Improvisado? humano, ¿acaso no es el caos el mejor de los espectáculos? Te estoy dando el mejor inicio posible. Las reglas son simples: sobrevive, evoluciona… y entreténme."

Soltó una ligera risa, como un campanilleo distante. "Eso sí, trata de no morir demasiado rápido. Un destino aburrido no hace justicia a una inversión tan interesante."

"¡Oye, oye! ¿Tan poco fe tienes en mi habilidad? Dame un par de días y seré el protagonista absoluto de este multiverso," respondí con una sonrisa confiada, aunque mi voz traicionaba un leve nerviosismo.

"Veremos," replicó la diosa, con un brillo en sus ojos que mezclaba diversión y misterio.

Antes de que pudiera protestar más o lanzar mi mejor discurso motivacional, el círculo de símbolos empezó a brillar intensamente, y un zumbido llenó el aire. Mi visión comenzó a desvanecerse, y un mareo extraño se apoderó de mí.

"¡Nos vemos en la cima!" fue lo último que alcancé a gritar antes de que todo se tornara negro.