Después de salir de la habitación, no pude evitar sorprenderme al ver lo diferente que era la estación espacial en comparación con lo que recordaba del videojuego.
(Tiene sentido. Dudo mucho que los desarrolladores hubieran podido modelar tantos detalles sin comprometer la compatibilidad con los dispositivos. Aun así, esto es impresionante.)
"¡Qué lugar tan increíble!"
Murmuré mientras mis ojos recorrían las innumerables herramientas y artefactos dispersos por la estación. Entre ellos, me pareció distinguir algunas armas que recordaban a las de Honkai Impact.
"Este lugar está lleno de cosas raras," comentó 7 de Marzo mientras caminaba junto a nosotros. "Herta siempre anda coleccionando objetos extraños, pero luego los deja aquí, acumulando polvo… ¿Para qué tanto esfuerzo?"
Mientras avanzábamos por los pasillos iluminados tenuemente, una sensación inquietante me recorrió la espalda. Mis músculos se tensaron automáticamente, y tomé una postura defensiva.
"¿Qué pasa, Tatsuya?" preguntó 7 de Marzo, notando mi cambio de actitud.
Estelle, a mi lado, apretó con más fuerza el bate que sostenía, como si también hubiera sentido algo.
"Se acercan enemigos," advertí con seriedad.
Casi al instante, aparecieron tres figuras: dos caballeros con cuchillas brillantes en sus brazos y un orbe flotante rodeado de piezas metálicas, que emitía un zumbido amenazante.
"Son de la Legión Antimateria," explicó 7 de Marzo, evaluando la situación con calma. "Yo me encargo del barión. Ustedes dos ocúpense de los Saqueadores del Vacío."
Asentí a su instrucción sin dudar, y sin más preámbulo, corrí hacia uno de los Saqueadores del Vacío. Con un golpe descendente ejecutado con mi naginata, el enemigo se partió como si fuera mantequilla, desintegrándose en un haz de partículas oscuras.
(Definitivamente, un arma hecha para un arconte no da lugar a juegos. Los enemigos normales no tienen ninguna oportunidad.)
Estelle, con firmeza en su mirada, blandió su bate y lo estrelló contra el segundo Saqueador del Vacío. Un sonido metálico estridente resonó en el aire.
"Las reglas están para romperse," exclamó con una mezcla de confianza y desafío.
No se detuvo ahí; en su segundo golpe, una onda de energía blanca emanó de su bate, impactando al Saqueador del Vacío con tal fuerza que lo mandó volando. El enemigo se desintegró en un destello de partículas oscuras.
Mientras tanto, 7 de Marzo se movía ágilmente, esquivando los rayos de energía que el barión le lanzaba. Con precisión, disparó una ráfaga de flechas de hielo. Cada disparo perforó el núcleo del enemigo, causando que colapsara sobre sí mismo en una mini explosión que parecía un agujero negro implosionando.
Cuando la batalla terminó, 7 de Marzo se acercó a nosotros, con una sonrisa en su rostro.
"¡Lucharon genial! Estoy realmente impresionada," dijo, con un tono animado.
Seguimos avanzando por los pasillos hasta llegar a un área más amplia. En el centro, alcanzamos a ver un elevador.
"Aquí es donde debemos ir," anunció 7 de Marzo, señalando el elevador.
Nos acercamos al controlador, pero antes de activarlo, un ruido metálico resonó detrás de nosotros. Al girarnos, vimos más enemigos de la Legión Antimateria apareciendo de las sombras.
"¡Cuidado! También hay un Distorsionador del Vacío. Es el que está comandando a los demás," advirtió 7 de Marzo mientras desenfundaba su arco.
Sin perder tiempo, me lancé hacia los enemigos, esquivando los rayos que los bariones disparaban sin tregua.
"Tch, esto está empezando a ser molesto," murmuré mientras cortaba a un par de saqueadores del vacío con mi naginata. Sin embargo, el Distorsionador del Vacío no dejaba de llamar refuerzos, incrementando la presión.
(Ya me cansé de este juego…)
Cerré un ojo, concentrándome profundamente. Frente a mí apareció nuevamente esa interfaz digital que mi mente parecía capaz de invocar. Un marco punteado con una "X" verde brillaba intensamente en el centro. Apunté hacia los enemigos; en la interfaz, se marcaron con símbolos de flores verdes conectados por cadenas luminosas.
"Perfecto."
Corrí hacia el Saqueador del Vacío más cercano. Con un rápido movimiento de mi mano, como si fuera una cuchilla, liberé una onda eléctrica que impactó al enemigo, partiéndolo en dos. La electricidad se propagó instantáneamente por las cadenas conectadas, electrocutando y desintegrando a todos los enemigos cercanos en un solo golpe.
"¡Wow! ¡Acabaste con todos tan rápido!" exclamó 7 de Marzo, impresionada.
"Es como el golpe que hago con mi bate… pero a otro nivel," comentó Estelle, mirándome con los ojos abiertos de par en par, claramente sorprendida.
Tras asegurarnos de que no quedara ningún enemigo alrededor, 7 de Marzo se acercó a la consola del elevador, con una expresión mezclada de curiosidad y preocupación.
"Ah, lo sabía…" murmuró mientras examinaba los controles.
"¿Está estropeado?" pregunté, inclinándome ligeramente para mirar por encima de su hombro.
Ella soltó un suspiro y se giró hacia mí.
"Probablemente. Quizás con el último ataque de la Legión Antimateria algo se dañó. Qué mala suerte que Dan Heng no esté aquí; él sabe de todo un poco. Seguro podría arreglar esto en un santiamén," dijo con un deje de frustración mientras cruzaba los brazos.
"¿Acaso yo tengo cara de técnico en mantenimiento?"
Una voz fría y tranquila nos interrumpió desde atrás. Stelle y yo nos giramos al instante, y ahí estaba Dan Heng, acercándose a nosotros con pasos seguros.
"¿Dan Heng? ¿Cómo llegaste tan rápido?" preguntó 7 de Marzo con asombro.
"Tomé otro camino y los vi peleando desde la distancia. Me apresuré a llegar, pero parece que ya lo resolvieron antes de que llegara," explicó, lanzándonos una mirada evaluadora, como asegurándose de que ninguno estuviera herido.
Se giró hacia 7 de Marzo con calma.
"Arlan está en la sala de control. Está herido, pero sobrevivirá."
7 de Marzo dejó escapar un suspiro de alivio antes de animarse de nuevo.
"¿Crees que él pueda reparar el elevador?" preguntó con una chispa de esperanza en su voz.
Dan Heng se llevó una mano a la barbilla, reflexionando por un momento.
"Es probable. Después de todo, él es el jefe del departamento de seguridad. Debería tener al menos una idea de cómo hacerlo."
"¡Perfecto! Entonces vamos a verlo," declaró 7 de Marzo con entusiasmo renovado, señalando en dirección al próximo destino.
Seguimos a Dan Heng hasta llegar a una habitación donde una figura solitaria manipulaba los tableros de control.
"Oh, regresaste. Y veo que trajiste compañía," comentó el hombre alzando la vista.
El hombre era Arlan. De estatura media y complexión delgada, destacaba por su cabello blanco con mechones negros y sus ojos morados, pero la que más llamaba la atención era la cicatriz en forma de cruz marcada en su nariz. Su atuendo combinaba un chaleco negro, armadura plateada y vendas en su brazo izquierdo, mientras el derecho estaba protegido por una pieza metálica robusta.
"Somos del Expreso Astral," anunció 7 de Marzo con una sonrisa y un ligero gesto con la mano.
"Ya veo… ¿La señora Herta los envió para ayudarnos?" preguntó Arlan, con cierto alivio en su tono.
"Fue más bien una coincidencia," respondió Dan Heng, cruzando los brazos. "La tripulación vino a entregar los artefactos que Herta nos había encargado, pero al llegar nos encontramos con esta invasión." Su voz denotaba cierta exasperación.
"¿Por qué se convirtieron en el objetivo de la Legión Antimateria? Parece que no estaban interesados en su planeta y fueron directo a la estación," intervine, curioso.
"No tengo idea," respondió Arlan con un suspiro. "La Legión llegó en un momento muy sospechoso, casi inmediatamente después de que fallara el sistema de seguridad. La investigadora en jefe organizó la evacuación rápidamente. Yo tenía que cubrirlos, pero fracasé en mi tarea." Sus puños se cerraron con fuerza mientras apretaba los dientes.
"No seas tan duro contigo mismo," dijo Dan Heng con un tono sereno pero firme. "Te hirieron en las piernas y en tu mano dominante. Retirarte y evitar un enfrentamiento directo fue la decisión correcta."
Arlan asintió levemente, aunque la frustración seguía reflejada en su rostro.
"La mayoría de los investigadores fueron evacuados a un lugar seguro. Ahora mismo nuestra prioridad es regresar a la zona de mando principal y planear un contraataque," continuó 7 de marzo "Pero… ¿sabes cómo activar el elevador? No fui capaz de hacerlo funcionar."
"Cuando se completó la evacuación, desactivaron los elevadores para evitar que la Legión llegara a la zona de mando principal," explicó Arlan. "Si Asta los envió a buscarme, debió darles la llave de activación. ¿La tienen?"
"¡Ah, es cierto! Me dio algo… como una tarjeta," dijo 7 de Marzo tocándose la barbilla, como si tratara de recordar.
Dan Heng suspiró, llevando una mano a su frente. "Marzo…"
"¡Espera, espera! ¿Dónde la puse?" exclamó ella mientras rebuscaba frenéticamente en sus bolsillos.
"No me digas que…" comenzó Arlan, visiblemente exasperado.
"¡Aquí está!" dijo 7 de Marzo triunfalmente, sacando una tarjeta metálica de su chaqueta.
"Ahora que tenemos la llave de encriptación, ya podemos ponernos en marcha," dijo Arlan mientras insertaba la tarjeta en una consola cercana. Sus manos se movían con rapidez sobre los controles.
"Tomen el elevador y vayan al piso más alto. Solo activé ese para garantizar la seguridad. Lo siento por los inconvenientes, pero la señorita Asta me encargó preservar la zona de mando a toda costa."
"¿No vienes con nosotros?" preguntó 7 de Marzo, mirándolo con preocupación.
"No. Mis heridas en las piernas no me permitirán seguirles el ritmo. Me quedaré aquí y desactivaré el elevador una vez que suban," respondió Arlan, intentando mantenerse firme.
"¿Retrasarnos? Por favor," dije con una sonrisa confiada. "Nosotros tres pudimos derrotar a un montón de soldados de la Legión Antimateria, y ahora con Dan Heng aquí, estaremos aún más seguros. Lo único que necesitas hacer es seguirnos y mantenerte vivo."
Arlan vaciló un momento antes de sonreír con gratitud. "Gracias," dijo mientras, con esfuerzo, se ponía de pie. Dan Heng se acercó para sostenerlo y evitar que perdiera el equilibrio.