1.
Puerto principal del Sur, Ellehanor. 3 de Diciembre del año 4589. 5:30 am.
Con una mirada más despegada que molesta y un andar deshecho, el hombre que acaba de salir del barco se vió afligido por un hedor, era algo poco reconocible para quienes jamás lo han sentido antes pero muy característico para aquellos que sí han vivido esto.
Miró de un lado a otro buscando la fuente de dichas sensaciones y al encontrar la fuente de esto, entendió con suma perspicacia que, por mucho amor que le tenga al ser humano, simplemente no puede estar a favor de la concecuencia de ser humano.
El hedor de la guerra cada vez se siente más fuerte en este sitio
Fiodor, susurró su declaración mientras miraba como una cantidad enorme de peones cargaban y preparaban suministros. La vista era netamente gris, debastadora para un hombre que aborrece los conflictos armados.
Viendo el panorama tan desolador y que quienes gestionan esto no parecen estar desalentados por ningún tipo de moral superior, Fiodor se preguntó si realmente había sido llamado para "dialogar" o simplemente querían su ayuda para hacer acto de presencia en el conflicto armado.
Pensando esto, un hombre más viejo que él gritó detrás suyo "¡hazte a un lado, estorbas!" fué la advertencia que le dió y nada más escucharle Fiodor evadió al viejo qué llevaba arrastrando varias cajas con pescado en un carrito.
Este sitio siempre tan movido…
Desconcertado, Fiodor simplemente caminó hasta su destino, cabe recalcar también que no llevaba ninguna maleta consigo.
¿Cómo estarán Lucio y Livia…? Haaahhh, me gustaría haberlos acompañado
Pasando por la calle principal, comenzó a escuchar el sonido tan característico de un mercadillo. "Tenemos todos los ingredientes para su cocina" dijo una mujer mientras airadamente mostraba que sus vegetales y frutas eran de primera calidad. "Puede preguntar sin compromiso, las mejores brochetas de camarón y mariscos" dijo un señor de bigotes prominentes al tiempo que preparaba con mucha habilidad el platillo.
Que bella es la ignorancia eh…
Con algo de desdén, Fiodor soltó un reproche pero tampoco puede culpar a estas personas por ser incapaces de ver lo que ocurre fuera de sus zonas de confort.
"Señor, señor, disculpe mire… ¿no le interesa alguno de nuestros artículos?" un joven de aspecto demacrado llegó hasta Fiodor y le mostró varios tipos de juguetes/artilugios para el turista promedio.
Disculpa pero no…
Al rechazar la invitación, el hombre simplemente dejó atrás al joven ya que si no lo hace, este simplemente insistirá. Es la forma de actuar de las personas en este lugar.
Unos niños con ropas desgastadas y sin calzado pasaron al rededor de Fiodor jugando con un trozo de tela, muy felices. La vista era hogareña y las personas en general parecían velar por su presente, igual podías ver a una que otra madre regañando a su hijo por hacer algo mal o a un padre llevando a su bebé en una cangurera y con las manos ocupadas por bolsas de compra.
Aquel hedor de humedad, hierro y putrefacción estaba totalmente lejos ahora, esto era una sensación muy diferente. Un sitio dignamente lindo, por su multitud de gente que de la forma más digna trata de ganarse la vida.
Fiodor contempló todo mientras se acercaba a un puesto de comida.
2.
Palacio Real de los Santísimos en Ellehanor. 3 de diciembre del año 4589. 9:30 am.
Contrario a lo que muchos analfabetos creen, el mundo es un lugar hostil para con los humanos. Me refiero, por normativa y constancia causal, hemos nacido en base a una sola primicia y provocando una sola sensación:
El sufrimiento.
Piénsalo, naciste causando gran dolor y sufrimiento a tu madre; generaste un gran atisbo de dolor y sufrimiento en aquellos que te conocieron y lo hiciste posiblemente inconscientemente.
Sé que por mi edad podrías creer que esto que expreso se trata de una especie de "hey por favor, venid a prestarme atención" pero no se trata de ello, quiero decir. ¿De qué me sirve?
Los deseos son meramente una conducción al peor de los males, una conjunción de acciones qué más temprano que tarde terminarán hiriendo a una persona o mejor dicho, a ti.
Tener deseos es algo muy humano pero no es sin la voluntad de cumplirlos que se verán en acción y justamente, caer en la desgracia de creerse con la potestad para cambiar al ser humano desde dentro, posiblemente sea la peor de las penitencias.
Solemos creer que la vida es algo altamente hermoso, algo que ha de tomarse como un regalo, como un milagro. Vivir es sufrir, la vida es la peor mierda que existe pero es en esa mierda donde debemos convivir.
Que no se me malinterprete, no digo que debemos cometer un suicidio colectivo, ni tan siquiera que el humano y su sociedad sea la peor basura. Hablo de algo más elemental:
Esta voluntad no es más que un motor que funciona gracias a lo "que le falta"o "nos hace falta" se trata de algo que no puede existir sin la duda; una maldición que dictamina que al cumplir uno de nuestros deseos, otros diez más se verán frustrados, una droga que no se detendrá ni aún en nuestros peores momentos, un arma que nos atacará hasta dejarnos sin luz.
Si, al cumplir aquel ansiado deseo te sentirás aliviado, contento, contundentemente feliz pero no es más que una leve gota de satisfacción en un desierto lleno de voluntad.
Digo que es una maldición porque cuando dicho deseo se vea consumado, otro nacerá, será poderoso, será indignante, la complicación se multiplicará y ahí es donde yace dicha maldición.
Con esto dicho, ¿de qué sirve?
Como dije antes, la voluntad no entiende de contextos y por tanto, le da igual que cumplas o no, que huyas o la enfrentes, ella estará siempre esperando. Porque sin voluntad no existe humano y sin humano no existe voluntad.
La afirmación y existencia de este concepto como un absoluto de la naturaleza humana es generalizada, fuera de todo improperio, se trata de tomarla con sus claros y oscuros, con sus temas lindos y con los más vergonzosos.
Y por ende la vida es dolor porque también es deseo.
La chica que estaba sumida en sus pensamientos pudo escuchar como tocan a la puerta, ella abrió sus ojos azules como el cielo con un brillo hermoso, digno de ser bendecidos, su cabello castaño se miraba suave y cuidado con tal tacto que generaría envidia a cualquier persona, el vestido blanco con arreglos rojos y joyas doradas era la definición de elegancia, su piel blanca parecía nieve… Era más que una simple "chica" se trataba de la princesa del reino de Ellehanor.
Señorita Athenea, el hombre con el que se reunirá ya se encuentra esperándola. ¿Lo hago pasar?
La princesa parecía más tranquila que nunca y al escuchar esta noticia una sonrisa se dibujó en su rostro, era una mañana sumamente hermosa y esto era la mejor parte.
Permítele pasar.
Dirigió su atención al cielo azul que se dibujaba por la ventana, lentamente comenzó su pequeño ritual. A la princesa le encanta el café, sin embargo nadie lo sabe hacer como ella y por tanto, nadie más que ella misma puede satisfacerla. Todo este problema sin sentido se maquinó cuando la "niña" comenzó a tomar las riendas del reino.
Con su permiso, mi señora.
Una dama vestida con uniforme de mayordomo y cabello rubio cortado a las prisas, hizo una reverencia nada más entrar, junto a ella, el hombre envejecido que la princesa llamó estaba delante suyo por fin.
Con su permiso, señorita Athenea Ponce de Oro.
Fiodor la miró serio mientras hacía una reverencia muy poco elegante, la dama junto a él casi explota de risa por la poca gracia que tuvo al hacer el intento de emularle.
Mi señora, ¿Desea esté yo presente para usted?
Esta "Dama" media 2,87 y pesaba casi 300kg, sus músculos eran dignos, su andar era con gracia, su rostro bello y ojos azules cristalinos confirmaban la pureza de su apellido, de su legado, de su sangre.
No hace falta Angélica, sabes que me puedo defender bien. Limítate a hacer guardia, no quisiera incomodar al invitado.
En un tono pausado, lugubre y sumamente pesado, la única "indefensa" del lugar pareció la más peligrosa, la dama al oír esta orden no cuestionó nada y con la misma educación para entrar, salió.
Tienes una gran guardaespaldas eh, jajaj
Al ver la puerta cerrada, Fiodor hizo este comentario sobre la mujer que le hacía ver como un pequeño perrito.
Y tú sigues teniendo esa desfachatez delante de una reina.
Dió un pequeño sorbo a su taza de café y miró a Fiodor como si fuera una especie de insecto.
Me gusta pensar que las pocas veces que hemos hablado han hecho un cambio significativo para ti y para mi.
Sin pedir permiso, Fiodor se sentó y continuó su pequeño alegato.
Ya sabes, ver cómo en dos años este continente se convirtió en el número uno en cuanto a exportación de materias primas, ver cómo han avanzado el sistema educativo y la calidad de vida, como incluso el crimen es un tema del pasado… Creer que la causante de todos estos logros es una niña de 14 años… Dios, es algo impensable.
Tras terminar su sermón en forma de discurso barato, el viejo Fiodor miró la ventana y dirigió su atención a la gran y próspera capital, era una vista sencillamente increíble.
En lugar de elogiar cosas estúpidas como esas, di lo que realmente crees. Mi padre me hizo gestionar todo y es quien merece los créditos por ser el rey, yo solo soy la sucesora malcriada.
El hombre delante suyo era la viva imagen de "esos que aman vivir" y a ella le hacía gracia, no era ni respeto por sus creencias, era como si dentro de la chica ver a Fiodor significaba ver lo peor del ser humano.
Era absurdo. Tenaz. Vergonzoso y cansino.
Bueno, me parece indignante que una niña tenga tan poco apego a la vida como para instigar una guerra e incluso distópico el como lograste que los civiles normalicen esto ya que viven en un país que les ha dado todo lo que merecen, pero… No puedo evitar pensar en que hay otras maneras.
Athenea escuchó estas palabras de Fiodor como cuando un viejo escucha a niños pequeños hablar de cuentos sobre héroes, su mirada emanaba asco a esa forma de ver el mundo tan…
Positiva. Tu manera de ver esta tragedia es demasiado inhumana, raro de un viejo que ha visto y conocido a tantos humanos. Decepcionante, porque te encargas de matar y vives por ello. ¿Cual es la diferencia si lo que hago yo es por el bien de mis raíces y lo que haces tú es para saciar la esperanza intangible que te genera cazar brujas?
La chica en este caso no era una vil soñadora crédula que se cree los cuentos de como príncipes azules rescatan princesas, ella era una princesa y por tanto debía ser catedrática, una persona letrada y alguien capaz de administrar un continente entero.
Athenea, tu y yo sabemos que esto es un conflicto que tiene más trasfondo de lo que dices y expresas. Quieres probar un punto y pareces cada vez más distante a ver la esperanza sabiendo que siempre podemos ir a mejor.
Ella tomó un sorbo más largo, cerró los ojos e hizo resonar la madera del escritorio dos veces.
¿Ir a mejor? ¿Para qué querría ir a mejor? ¿Crees plausible mejorar aún más la economía de este continente? ¿Piensas que es posible parar las tazas de suicidio per capita en el oriente? ¿Crees ser capaz de salvar a todos esos perritos muriendo de hambre al norte? ¡No! No eres más que un viejo decrépito y yo una niña. ¿Nuestras habilidades nos hacen "elegidos"? ¿¡Y qué!? El mundo no nos asigna nuestros deberes ni nuestros propósitos, nací en esta familia y he de cumplir este trabajo pero no velo por esos perros que están allá fuera, son daños colaterales para mi.
Athenea, que estaba de pie tras la exaltación de su propio discurso, volvió a sentarse. Cada movimiento en ella era magnífico, precioso, digno de la que será reina.
No quiero hacerte cambiar, sin embargo por más estúpido que lo creas, yo pienso que la guerra es el fracaso de la humanidad y jamás me tendrás de tu lado riéndote las gracias. Aún si tu familia ha sido tan importante en mi vida.
El viejo tocó la cicatriz de su mano y contempló todo en el sitio.
¿Realmente eres incapaz de ver como estas por quitarle la tranquilidad a personas que no tienen culpa de nada? Todas las guerras terminan con cientos de cadáveres y al final, un tratado de paz. ¿No es más fácil que siendo un prodigio, veles por el bien de tu gente y de tus raíces? ¿No es más sencillo hablarlo?
Fiodor no era un hombre de guerra, eso estaba totalmente claro. Su mirada en este caso era sumamente triste.
Mantener la felicidad es algo netamente finito, si yo traigo aquí un mortífero aburrimiento para con estas personas; olvidarán lo que es la dificultad, dejarán de apreciar sus bienes, creerán que esta normalidad es la verdadera y absoluta. Básicamente, para un futuro próspero ellos han de sufrir. Me dices que "¿por qué no firmo una época de paz, porqué no firmo tratados con estas personas?" Yo te digo a ti, Fiodor. ¿Crees realmente que una guerra es producto banal de un mero enfado infantil? Hubo mucha meditación sobre qué rumbo tomar y toda la familia estuvo de acuerdo, la mayor parte de los civiles también.
Tras este alegato, la princesa frunció los labios y tomó más café, era una charla curiosa porque ninguno de los dos tenía intensión de herir al otro con insultos ni nada. Ambos se respetan.
Sabes bien que muchas de esas personas no coquetearian nunca con la muerte, la mayoría prefieren ignorarla. No son conscientes en su mayoría de esto y por ello has abusado de su confianza. Son como corderos en el campo y tu arbitrariamente has elegido ser la dueña de estos.
Fiodor objetó sin entrar en la funestitud del enfoque oscuro que le dió la niña delante suyo a cómo abordar el aviso de guerra a un pueblo lleno de comodidades.
La vida es miseria, caducidad y dolor. Un hombre de tu edad ya lo debería saber, no es excesivo negativismo. Se trata de mirar la vida como lo que es: un completo sinsentido burdo y lamentable.
Ella sonrió tan alegremente como los niños cuando juegan entre las hojas al final del otoño, era la imagen de la pureza verdadera dictaminando un enfoque altamente sombrío.
Entonces si piensas así, ¿no es más sencillo que acabes tú con tu propia vida? Si la voluntad de vivir es lo peor, es el pesar. ¿No es más correspondiente usar el suicidio como método de victoria ante este pensamiento tuyo?
Fiodor se acomodó en su asiento, correspondiendo la sonrisa de Athenea. Él verdaderamente tenía interés en la respuesta ya que hoy por hoy muchos jóvenes han adoptado esta clase de ideales grises-oscuros.
No. Lo que el suicida hace al quitarse la vida, no es negar el querer vivir sino más bien todo lo contrario: reafirmarlo, al borrarse el sujeto dice "si" a la vida.
Ella no titubeó ni un poco, su temple se mantuvo con total naturalidad al ver que Fiodor verdaderamente deseaba conocer la respuesta.
No está tan alejado de mis propias creencias, puedo decir. Sin embargo y para dejar todo este tema de lado. ¿Crees que puedes evitar que esas personas sean destruidas?
Miró hacia fuera, la capital, su gente…
Lo que menos deseo es que mi gente sea totalmente desgraciada, somos humanos, fallamos, perdemos, fracasamos y muchas veces peleamos. Todo eso es normal. Yo ansío que mis más amados seres queridos nunca se vean destruidos por mi propio pesimismo. No busco felicidad, busco supervivencia.
Ante esta sentencia, Fiodor sonrió levemente porque al fin de cuentas pudo comprender que esta chica es así por sus propias convicciones.