Villa Foster en la Calle St. Fords.
Emyr no necesitaba preguntar a quién planeaba encontrarse la señora. Los Foster no eran un nombre nuevo para él. Incluso antes de que regresaran a Cralens, él había estado siguiendo sus pasos por órdenes de su jefe.
Tragó visiblemente, inseguro de qué hacer después. Llevar a la señora a Villa Foster, donde vivía su ex-prometido, se sentía como convocar su propia muerte.
Emyr todavía dudaba, preguntándose si debería correr el riesgo de preguntar a su jefe o no, cuando de repente escuchó la voz molesta de Aiden.
—¿Qué sucede, Emyr? ¿Olvidaste el camino a la Calle St. Fords?
—Por supuesto que no. Emyr tiene todo el plano de Cralens, especialmente la ciudad de Cralora, memorizado. Incluso con amnesia, sería difícil olvidar las rutas.
—Lo siento, señor. Solo estaba recordando la ruta más fácil a la Calle St. Fords. Conduciré allí directamente —respondió, escapando por el carril más angosto.
