Mientras Arwen esperaba, la ansiedad que había apretado su corazón había desaparecido. Sus expresiones se mantenían firmes mientras miraba hacia adelante a las parejas que entraban a la oficina del magistrado y salían con caras felices y sonrientes, celebrando su unión de amor.
—Señorita Quinn, solo quedan unas pocas parejas antes de usted. ¿Ya llegó su prometido? —el hombre de antes volvió para preguntar.
Arwen lo miró y sonrió. —Por favor, póngannos como la última pareja, señor. Si él no llega para entonces, simplemente cancele nuestra cita —dijo, haciendo que el hombre frunciera el ceño ligeramente.
Él no sabía qué estaba mal, pero realmente detestaba tal actitud en los hombres. ¿Cómo podían hacer esperar a una mujer en la oficina del registro civil? ¿No deberían estar aquí puntualmente, ocupándose de todo?
Se sintió mal por Arwen en ese momento. Ella era tan bonita y hermosa, y sin embargo su prometido era inconsiderado al dejarla esperando así. Asintiendo a su solicitud nuevamente, dijo:
—Está bien, esperaré hasta que la última pareja haya completado su procedimiento. Si su prometido no llega para entonces, cancelaré su cita.
Arwen asintió. —Gracias.
Mientras el hombre se giraba y se iba, Arwen miró su teléfono. Daniel aún no la había llamado, y Ryan tampoco se había molestado en enviar ningún mensaje. Presionando el botón de llamada de nuevo, marcó el número de Ryan.
Esta vez, el teléfono no estaba apagado. La llamada se realizó pero fue rechazada sin importarle. Aprietando los dientes, Arwen volvió a marcar, pero nuevamente su llamada fue rechazada. Esta vez, sin embargo, una notificación sonó.
Arwen abrió su teléfono y vio que no era algún mensaje de Ryan como esperaba, sino una imagen de Delyth. Tocando en ella, esperó a que se cargara la imagen, solo para ver a Delyth acostada en la cama al lado de Ryan. Ambos estaban dormidos. Y ninguno estaba vestido. Sus cuerpos estaban envueltos en un edredón, pero era fácil contar la historia de intimidad que habían compartido.
Arwen no pudo contener una burla de escarnio. Solo ahora, mirando la imagen, se dio cuenta de que ni siquiera estaba sorprendida. Era como si hubiera esperado que esto sucediera tarde o temprano.
Esto solo significaba que su esperanza y creencia habían muerto hace tiempo, y ella simplemente estaba llevando sus cenizas consigo.
Un texto de Delyth llegó a continuación que decía:
[Delyth: Arwen, ríndete ya. No puedes competir conmigo en su corazón.]
Realmente, Arwen no podía. Y ella lo sabía mejor que nadie, pero se hizo la ciega.
Pero ya no más. Hasta aquí llegó y ahora no fingiría no ver la verdad. Ya que Ryan no apreciaba sus esfuerzos, ya no los desperdiciaría en él.
Siempre le recordaba que ella era la razón por la cual nunca podía estar con Delyth. A partir de hoy, no se interpondría en su camino. Con la determinación en sus ojos, estaba lista para levantarse e irse cuando un texto de Ryan sonó en su notificación.
[Ryan: Arwen, hagámoslo otro día. Hoy me enredé con algo importante y ya estoy cansado.]
Al leerlo, Arwen tocó para responder. Tenía tantas cosas que decir, pero ya no sentía que valiera la pena decírselas. Así que, lo mantuvo simple:
—No arrastremos esto más, Ryan. Terminemos. —envío el mensaje y esperó su respuesta. El mensaje fue visto inmediatamente, pero incluso después de un minuto. Arwen entendió que no vendría ninguna respuesta, así que con calma pasó por la configuración y bloqueó su contacto.
Hecho esto, sintió un sentido de alivio. Estaba lista para irse cuando de repente sonó su teléfono. Por un momento, pensó que era Ryan llamando, pero pronto se dio cuenta de que no era él –era su madre.
Sabiendo de qué se trataba la llamada de su madre, quería rechazar la llamada pero luego la aceptó. —Mamá —contestó.
—Arwen, ¿cómo va todo? ¿Obtuviste tu acta de matrimonio? He estado esperando tu llamada, pero nunca lo hiciste, así que terminé llamando para preguntar. Vamos, dime, ¿lo lograste? —preguntó Catrin, sonando claramente emocionada e impaciente.
Cuando Arwen escuchó el tono de su madre, no pudo evitar sentirse decepcionada por dentro. —No lo conseguimos, Mamá. Ryan no vino —dijo Arwen.
—¿Cómo que no vino? ¿Lo molestraste? —preguntó su madre, y Arwen no pudo evitar abrir su boca para replicar.
—Mamá, yo
Pero antes de que pudiera decir nada, Catrin la interrumpió, sin darle la oportunidad. —No quiero tus razones o explicaciones, Arwen. Ryan es tu prometido. Si está molesto contigo, deberías apaciguarlo. Después de todo, así es como ambos vivirán felices juntos. No puedes discutir con él y permitir que permanezca molesto —habló como si esto fuera verdaderamente la clave para la felicidad de Arwen.
Arwen frunció el ceño. —Pero Mamá, ¿y si no quiero vivir felizmente con él? ¿Y si ni siquiera quiero vivir con él? ¿Todavía sugerirías lo mismo?
—Arwen, ¿qué estás diciendo? No empieces con esto otra vez.
Como se esperaba, su madre estaba comenzando a perder la paciencia, igual que la última vez. Arwen había titubeado antes, pero esta vez, estaba decidida. No dejaría que nada ni nadie cambiara su decisión.
—No, Mamá. Te equivocas. La última vez quizás no hablaba en serio, pero esta vez, sí. Ryan y yo terminamos. Ya se lo dije a Ryan, y ahora te lo estoy informando a ti. Con esto, mi arreglo y compromiso con él han terminado.
—Arwen, tú no puedes
—Mamá, creo que te has perdido algo de mi declaración anterior. Dije que te estoy informando de lo que he decidido, nunca dije que te estoy preguntando. —Esta debe ser la primera vez que Arwen hablaba así porque Catrin estuvo en silencio por un rato. Era como si la determinación de Arwen la hubiera tomado por sorpresa.
Pero después de un momento, se recuperó y dijo, —A-Arwen, no sé qué estás pensando, pero déjame aclararte lo que he decidido por ti. Tú y Ryan se casarán. Si hoy no han obtenido el certificado, entonces estoy segura de que lo conseguirán mañana o algún día en el futuro porque no te permitiré arruinar la amistad entre Beca y yo.