Arwen estaba perdida en sus pensamientos. No se había dado cuenta de que los había dicho en voz alta hasta que escuchó la reprimenda de su madre.
—Arwen, ¿de qué estás hablando? ¿Estás en tus cabales? —Catrin se apresuró, casi en pánico—. Ryan es un buen chico. Han crecido juntos. Si no él, ¿quién podría ser una mejor opción?
Arwen tal vez no tenía la intención de externalizar sus pensamientos, pero incluso si lo hiciera, nunca esperó que su madre la reprochara en lugar de preguntarle por qué se sentía de esa manera. —Mamá, yo
—¡Basta, Arwen! No quiero escuchar nada. La fecha ya está fijada. Ahora, no trates de avergonzarnos frente a los Fosters. ¿Qué pensará tu Tía Beca? Ella siempre te ha adorado. —Mientras su madre seguía enumerando razones por las que no debería tomar tal decisión, Arwen escuchó a su padre interrumpiendo a su mamá.
—Catrin, al menos escucha lo que Arwen tiene que decir. Podría tener una razón. No la fuerces a algo que no quiere.
Pero justo cuando su padre tomó su lado, su madre lo reprendió. —Cariño, la estás malcriando. ¿Acaso no conoces a Ryan? Lo hemos visto crecer. ¿Cómo podría ser la elección incorrecta para nuestra hija? Y conozco a Beca desde hace años. Con ella en la familia, nuestra hija se convertirá en la favorita de todos. ¿Qué otra familia podría ser mejor para nuestra hija que una que la adora? Tendrá una vida hermosa con los Fosters.
—Pero Catrin, si Arwen está teniendo dudas —siendo sus padres, deberíamos escucharla.
Arwen escuchó a su padre intentarlo de nuevo, pero su madre estaba simplemente demasiado sesgada. No importa lo que sucediera, ella no intentaría comprender el corazón y los deseos de Arwen.
—No me importa, Idris. Soy su madre y sé lo que es mejor para ella —afirmó Catrin con vehemencia. Al final, Arwen los interrumpió.
—Simplemente estaba hablando, Mamá. No tengo intención de retractarme. No te preocupes —dijo, y luego agregó por el bien de su padre—. Papá, por favor no discutas por algo tan pequeño. Soy sensata. Claro que no me retractaré ahora que estamos tan cerca de la fecha. Ryan es realmente bueno conmigo, y estoy feliz con él.
—¿Estás segura, cariño? —Idris le preguntó a su hija. Pero antes de que Arwen pudiera responder, su madre habló de nuevo.
—Ese no era un tema de broma, Arwen. Casi me das un ataque de pánico. Realmente pensé que algo grande había sucedido entre tú y Ryan.
Arwen no pudo evitar reír con un toque de autodesprecio. Su madre supuso que algo podía haber sucedido entre ella y Ryan, pero no se molestó en preguntar qué era. ¿O preguntarle de qué se trataba? ¿Ya asumía que Arwen había causado algún problema?
—Todo está bien, Mamá. Tengo algo que hacer, así que colgaré ahora. Hablamos después —dijo Arwen, ya sin ganas de lidiar con su madre—. Esperó a que su madre la reconociera, pero después de unos segundos fue su padre quien habló de nuevo.
—Está bien, querida. Cuídate. Te llamaré de nuevo cuando tengamos tiempo.
Y ahí fue otra vez. Su madre se molestó sin una razón adecuada. Siempre había sido así. Siempre que Arwen deseaba algo o decía algo que no coincidía con los pensamientos de su madre, se molestaba, esperando que Arwen avanzara y se disculpara por ser inconsiderada.
—Arwen, ¿estás bien?
De repente Arwen se dio cuenta de que no estaba sola. Gianna estaba ahí con ella. Puede que no lo haya escuchado todo, pero con rastros de conversación audibles, no era difícil adivinar.
Arwen miró a su amiga y sonrió, asintiendo. —Estoy bien. Luego miró hacia su plato. —El desayuno terminó. ¿Qué tenemos después en nuestro plan?
—Gianna sabía que Arwen estaba haciendo su mejor esfuerzo para no llorar. Después de todo, su madre nunca la entendió, y nada le dolía más a Arwen que eso. Entonces, para ayudar a su amiga, Gianna pretendió que la llamada nunca sucedió.
Mirando hacia su plato vacío, dijo —Después del desayuno, lo próximo es lavar los platos. ¿Puedes hacerme compañía, mi señora? Suelo aburrirme lavándolos sola. Contigo alrededor, podemos charlar.
Arwen la miró y asintió. —Claro que sí, ¿por qué no? Pero con una condición —dijo, levantando un dedo.
—¿Cuál es? —preguntó Gianna.
Arwen dio una sonrisa tímida y luego dijo muy seriamente —No vas a empezar a hablar de tu tío otra vez. Estoy aburrida de eso y definitivamente no estoy interesada en él.
—¿No deberías estar interesada en él? —preguntó Gianna, y Arwen elevó las cejas.
—¿Por qué debería?
—Porque quería emparejarlos a los dos. Ambos son mis favoritos, y se verían bien juntos —dijo Gianna, y Arwen le apuntó con un dedo. ¿Empeñarla con su viejo tío? ¿Qué absurda venganza estaba planeando Gianna sobre ella?
—Gianna, mejor que abandones esa idea. O si no, te maldeciré a que tengas un esposo mayor que simplemente no será capaz de satisfac–
—Arwen, mejor no digas más —advirtió Gianna, tomando la jarra de agua, lista para lanzársela a Arwen. —¿Cómo podrías maldecirme así? ¿Acaso soy tu amiga?
Arwen frunció los labios antes de decir —Lo mismo que podrías pensar al querer casarme con tu tío. ¿Soy tu amiga?
—Mi tío es mejor que cualquiera. No lo has conocido, así que no sabes. Puede ser un poco mayor, pero eso no importa. Ven conmigo a conocerlo, y si no empiezas a babear por su apariencia, admitiré la derrota —desafió Gianna.
Pero Arwen no estaba interesada. —No hace falta. La belleza y las apariencias son temas muy subjetivos. No quiero debatir contigo. Puedes considerar la apariencia de tu tío digna de babear, pero yo no estoy interesada.
—¿Quieres aceptar el desafío? —preguntó Gianna de repente, haciendo que Arwen frunciera el ceño.
—¿Qué desafío?
—Ven conmigo a conocerlo. Si todavía no estás de acuerdo conmigo, no te molestaré de nuevo —Gianna propuso con confianza el desafío para que Arwen lo considerara.