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Chapter 9 - Capítulo 6: Primer día escolar

01/09/5130

Hoy era un día algo especial para el Reino Arpen. Hoy iniciaba un nuevo curso en sus escuelas, tanto en las primarias como en las superiores. Concretamente, en la Escuela Primaria Mir y en la Academia Superior Elina la actividad era bastante alta. Pues estos son con diferencia, los mejores centros escolares del reino. Poseen los mejores profesores y recursos, además de una muy estricta seguridad. Sus historias datan de hace más de mil años.

Se veían personas de todas las clases marchando hacia ellas. Algunos niños iban solos, otros con sus padres o familiares. Nobles en grandes carruajes con guardias en una muestra de poder. La mayoría continuaba un curso anterior, y para el resto, era su primer día en estas instituciones.

Acceder aquí no era sencillo. Desde la costosa matrícula a los costosos libros, incluso el uniforme. No eran pocas las familias que gastaban buenas parte de sus ahorros en estos lugares. Pero definitivamente valía la pena. Graduarse de aquí colocaba generalmente a los alumnos en una parte superior de la sociedad, o al menos, una mejor.

Si bien, había quienes no les importaba en absoluto que día era hoy. Todos podían ver el bullicio fuera de lo normal.

La Escuela Primaria Mir abrió desde temprano. En su entrada una gran reja recibía a los estudiantes. En la parte superior estaba escrito:

ᛒᛁᛖᚾᚠ︍ᛖᚾᛁᛞᛟᛊ ᚨ ᛚᚨ ᛖᛊᚲ︍ᚢᛖᛚᚨ ᛈᚱᛁᛗᚨᚱᛁᚨ ᛗᛁᚱ

Algo que solo en este reino cualquier persona de más de 14 años sabría leer, y los iniciados pronto lo harían. Un par de guardias en la entrada se encargaban de saludar e indicar donde quedaba la plaza principal. Allí se celebraría el acto de inicio de curso.

••

En una zona destinada a los estudiantes de primer año en la plaza central. Se encontraba un niño de piel morena y ojos marrones. Era Mirio. Laura lo trajo temprano y luego tuvo que irse para trabajar. Mientras miraba como llegaban las personas, no tenía su típica cara de felicidad. De hecho, sus gruesas cejas estaban muy arrugadas y su expresión mostraba altos niveles de enojo.

«Anciano malvado». Ayer, después de llegar a casa de ir a la dulcería. Le contó a su madre lo que había pasado con aquel viejo. Casi se arrepiente de hablar. Ella se puso muy furiosa, y con razón. Porque fue claramente una estafa. Le explicó que dar dinero a un necesitado no está mal, pero que no se debe dar tanto. Fueron 100 MUD. Eso no era poco para ellos. Lo castigaron prohibiéndole comer dulces por tres meses. Él casi lloró cuando lo escuchó, esto fue una auténtica crueldad. Así, Mirio aprendió a ser muy muy cuidadoso cuando le da dinero a alguien.

Además, lo que más mal lo hacía sentir fue el análisis que hizo en su habitación luego de la descarga de Laura. El anciano hablaba demasiado bien para ser un vagabundo. No se entrecortaba y era bastante elocuente. Es más, cuando se fue no cojeó ni tropezó. Lo hizo caminando perfectamente. En resumen: fue estafado.

«Cuando lo vuelva a ver...» Mirio no sabía maldecir, mas si supiera habría dicho todo lo malo que se le ocurriera.

—Uff.. Anciano traicionero. Cuando te vea... —No continuó. Ya se quejó mucho ayer. Se puso a mirar a la gente llegar a la plaza. Veía muchos estudiantes usando el mismo uniforme color verde oscuro con adornos negros que él. Y frases escritas con runas que no entendía.

Algunos empezaron a llegar cerca de su posición. Los acompañantes se quedaron a una distancia. Reconoció de inmediato a los que eran nobles. Con un uniforme igual pero de alguna manera más elegante y miradas altivas.

Los plebeyos por su parte mostraban miradas tímidas, nerviosas o raros casos de valentía. Para Mirio, una vez que dejó ir su rabia, era anticipación. «Hoy tengo que hacer amigos». Todos los amigos que tenía de su barrio eran menores que él. Sus ojos escanearon el lugar de aquí a allá. Buscando a alguien para acercarse.

Cerca de él se paró un chico de aspecto asiático, flaco, con cabello negro y ojos grises. Era más bajo que Mirio. Viendo lo cercano de su posición significaba que estaba en su mismo año y misma aula. La 1ᚨ.

«..!!».

«¡Rayos! Es de mi aula».

«¿Debería acercarme y saludar? ¿Pero qué digo?»

Estuvo debatiendo internamente por un rato. Finalmente fue hacia el chico y habló:

—Hola.

—¿Ehhh? ¿Eh? Ho-hola.

Casi parecía que sufrió un ataque. Mirio vio su nerviosismo y como le temblaban las manos. Por un momento se preocupó.

«¿Está bien?»

—¡Hola! Me llamo Mirio. ¿Cómo te llamas?

—... Yo-yo me llamo Tim. Tim. E-Ese es mi nombre.

—¿Tim-Tim?

—No. E-es Tim. Solo Tim.

—Oh. ¡Genial!. ¡Un placer conocerte Tim! Soy Mirio Kraus. Dime, ¿quieres ser mi amigo?

—...¿?

—¿Tim?

—E-espera, dijiste, ¿dijiste ser tu amigo?

—¡Así es Tim! ¡Seamos amigos! —Como no lo rechazaron inicialmente se emocionó mucho más de lo normal. «¡Al finnn!»

—Ehh. Está, está bien. S-soy Tim Park.

—¡Siii! —Mirio exclamó y apretó la mano del chico en un saludo. Su primer intento y funcionó.

—Soy del Distrito Clenton. ¿Y tú Tim?

—Yo... yo soy de Arkin.

—Ohh genial. Nuestros distritos no están lejos. ¿Sabes qué significa eso? Que podemos reunirnos para jugar y entrenar. Siii-

Mirio detuvo su frase abruptamente.

—¡Espera!, lo olvidé. Lo siento. ¿Ya despertaste?

—¿Eh? S-sí. Lo hice al cumplir los nueve...

—Ohh. ¡Más genial! Yo también. ¿Qué afinidad tienes Tim? Yo soy Afín a la madera y la vida.

—Yo-yo soy Afín al Espíritu y... y ya solo ese.

—¡Increíble! ¿Al Espíritu? ¡Increíble! No conozco a nadie así.

La conversación de los dos muchachos continuó y la plaza se fue llenando. En algún momento llegó un niño rubio de ojos rojos cerca de ellos. El uniforme que traía era mucho más elegante de lo normal. Cuando vio el alboroto que tenían estos dos intentó alejarse. Lamentablemente para él, no se salvó.

—¡Hola! ¿Cómo te llamas?

Mirando la sonrisa y la cara de felicidad de Mirio. El joven al parecer se molestó y frunció el ceño.

—Piérdete. 

—¿Qué?

—Que te pierdas. No tengo tiempo para hacer amigos.

—¿? —Mirio se quedó un poco anonadado. Pero esto no era suficiente para acabar con él—. Hola. Me llamo Mirio Kraus, ¿cómo te llamas?

—He dicho-.

El chico se detuvo de repente. Lucía como si estuviera pensando en algo. Su ceño se hacía más profundo. «¿Qué le pasa? ¿Es raro?». Mirio ya tenía algunas dudas. Después de unos cinco segundos finalmente dijo:

—Mira, me llamo Lucas B. Elowen. Y no me molestes más.

Entonces se fue en dirección al podio. Mirio podría jurar que lo oyó murmurar —¿Feliz? —Para sí mismo. «¿?»

«¿Está loco? Eso fue raro».

—E-ese es de la casa Elowen. U-una de las casas nobles más grandes.

—Ah, ¿sí?

—Sí.

Esta vez no tartamudeó. El lugar ya estaba casi lleno de personas. El ambiente se fue volviendo algo pesado. Se sintió incómodo con la aglomeración de personas. Tim a su lado estaba mucho peor. Se quedaron en silencio unos momentos.

Eso fue hasta que Mirio la vio...

Una joven de pelo negro y unos ojos que encajan a la perfección con su uniforme caminaba hacia su área. La mirada que mostraba, sus pasos, su presencia misma. Todo expresaba a la vez firmeza y elegancia. Mirio al instante se quedó tonto mirándola. El tiempo mismo se detuvo, ya no importaba la multitud, el ruido, o el lugar. Solo ella importaba.

—...

—...-irio.

—...-iriooo.

De repente. Sintió una sacudida en su brazo izquierdo.

—Mi-Miriooo.

—¿Qué? ¿Qué pasa Tim? —Salió de su estupor confundido.

—Ll-llevas rato mirando a la princesa. S-se va a ver raro.

—¿Qué? —Esta vez se quedó estupefacto—. ¿Esa es la princesa? Solo la miré un momento.

—...

—¿Qué? Mira, el acto de inicio va a empezar.

Intentó torpemente cambiar de tema. A decir verdad, él también se dio cuenta ahora que la observó bastante tiempo. Por eso, con las mejillas algo rojas cambió descaradamente de tema. «¡¡Rayos!! ¿De verdad esa era la princesa Aurora?»

Se fijó en la posición de ella. Que era al inicio de su columna. «¡Está en mi aula!» Él sabía que la princesa era de su edad. Hace unos cuatro días fue su fiesta del décimo cumpleaños, por eso ya conocía que la princesa iba a estar en el mismo curso que él.

«Misma aula... misma aula....¡misma aula!» Por alguna razón, empezó a preocuparse.

«¿Por qué me preocupo? Simplemente vamos a estar en la misma aula. Sí, sí, solo eso». Decía eso pero seguía mirándola.

—Ufff...

«¿Debería, debería presentarme? No, tal vez-»

—Holaaaa.

En ese momento se escuchó un saludo en todo el auditorio. En la plataforma apareció de la nada una mujer de cabello rosa, ojos rojos cubiertos por unas gafas de montura dorada y de figura pequeña. Medía apenas 1.60m, aunque su cuerpo estaba bien desarrollado y su cara era muy bonita con una brillante sonrisa.

Usaba un traje rojo. Por algún método que Mirio no conocía su voz se oyó en todo el lugar y silenció a cada alumno o familiar.

—¡Muy buenos díasss!. Para los que no me conozcan soy Lilia Max. La directora de esta fabulosa escuela.

En este punto ya todos se habían callado.

—¡Bienvenidosss todos a un nuevo y fantástico curso! Es un placer para mí darles la bienvenida-...

Luego, por aproximadamente 20 minutos estuvo dando un discurso de apertura muy entretenido e interesante. Al menos para ella. Eso sí. Cada rato decía un "sss" a alguna palabra. Mirio la atendió unos diez minutos pero luego se puso a mirar a su alrededor. Al final de su columna vio a una mujer de unos 50 años. Cabello rubio y ojos amarillos. Esta lo miró de vuelta, sonrió y lo saludó.

Él no entendía por qué, sin embargo, le devolvió el saludo. Justo después, el monólogo llegó a su fin

—...espero que todos pueden pasar una excelente estancia aquí y aprender mucho sobre la magia y nuestro mundo. ¡Les deseo muy buena suerte! ¡Y que sean grandes magos de nuestro reino!

Entonces la mujer del final le dijo a su grupo:

—Síganme niños. Los llevaré a nuestra aula.

«Entonces ella será mi maestra guía». Cada aula siempre tenía un profesor que era su encargado principal. Esto continuaría por los próximos cuatro años.

Cuando entraron al aula. Mirio pudo ver cómo sería el lugar donde pasaría los próximos años. Y le gustó muchísimo lo que vio. «..!!»

«¡Son de Nogal!»

Las mesas eran de un color que variaba de un marrón claro a oscuro y un patrón de vetas muy distintivo.

«¡Para que cada mesa sea de Nogal!». El Nogal era un tipo de madera muy resistente y duradera. Con la capacidad de resistir el desgaste. También era fina y elegante. Delante de las mesas había una pequeña plataforma con una pizarra detrás, y en las dos esquinas opuestas al final de la habitación estaban de manera organizada varios equipos de los cuales él no tenía idea de para qué se usaban.

—Oh —exclamó de admiración. Varios estudiantes tenían reacciones similares. Aunque por supuesto ninguno tenía idea del tipo de madera.

—Muy bien. Todos por favor, tomen asiento —dijo la maestra.

Él se sentó en las mesas más cerca de la plataforma. Su madre le dijo que ahí se aprende mejor y se capta más. Todo estaba bien. Hasta que de repente:

—..!!

Aurora se sentó en la mesa a su lado.

«¡¡Rayos!!»

Nervioso, miró a la profesora al frente que se disponía a hablar.

—Buenos días estudiantes. Bienvenidos una vez más a la Escuela Primaria Mir. Mi nombre es Ana Lovell, y seré su maestra guía durante su estancia aquí. Además, seré su profesora de Teoría Mágica Básica y Lenguaje Rúnico. Dos de las seis asignaturas que tendrán. Pero antes de hablar de eso. Vamos a hacer una presentación sencilla de cada uno de ustedes. Solo su nombre y el distrito en el que viven. No tienen que agregar nada más si no quieren. —Sonriendo le dio una mirada a Mirio—. Jej, muchacho, parecías algo inquieto en la ceremonia de inicio de curso. ¿Por qué no empiezas?

—...!! —Se sorprendió un poco, sin embargo, no era alguien penoso así que rápidamente se paró y dijo:

—Soy Mirio Kraus. Distrito Clenton.

—Muy bien. —Señaló chico de su lado izquierdo—. Continúen.

—Soy Medes Lil Locked. Distrito Louise. De grande quiero ser un gran general —pronunció con voz firme.

Por su aspecto era un noble. Y su voz subió un poco cuando dijo el nombre del distrito, algunos niños comentaron cuando dijo su apellido. Así los demás continuaron.

—Melisa Di Hemlet. Distrito Louise

—Jessica Scarlet. Distrito Arkin. Quiero ser una gran maga médica.

—Pedro Pascal. Distrito Arkin

—Aurora Von Arpen.

—...!!!

A diferencia de Mirio, que antes fue informado por Tim, la mayoría no sabía que la bonita chica del frente era la princesa. Los murmullos esta vez no fueron pocos.

—Muy bien, muy bien. Silencio por favor —dijo Ana—. Estudiante Aurora, ¿asumo que su familia le explicó su trato aquí?

—No se preocupe profesora. He sido informada —respondió ella. Si a Mirio no le bastaba con su apariencia, su voz era igual de encantadora. O a lo mejor era solo él que estaba embelesado.

—Bien. Continúen estudiantes.

—Angela Vin Cornell. Distrito Indi. Quiero ser una maestra de sellos Venerable.

—¡Oh!, esa es una meta difícil Angela. Tendrás que trabajar duro. Prosigan.

—Lucas B. Elowen. Distrito Louise.

Este fue el rubio de antes.

—Tim Park. Distrito Arkin.

Y así. Comenzó oficialmente la escuela para nuestros protagonistas.