>>>Dos días después<<<
{Lunes por la mañana}
El sonido del viento frío rozando las hojas y el eco de mis pasos eran lo único que me acompañaba mientras avanzaba por la calle desierta. Con cada paso, sentía el peso de la falta de sueño acumulándose en mis hombros.
--- Malditos vampiros... —murmuré, mi voz ronca y cansada—. ¿Es mucho pedir poder dormir una noche tranquila?
Mi reflejo en las ventanas de los edificios cercanos me devolvía la imagen de alguien que no estaba en su mejor momento. Ojeras marcaban mis ojos, y mi postura encorvada reflejaba el agotamiento mental más que físico.
Suspiré mientras mis pies seguían avanzando casi por instinto.
--- ¿Liria? —dije en voz baja, como si invocarla pudiera hacerla aparecer—. Hija de la triple hifueputa — el enojo luchando contra el cansancio.
Desde el domingo había estado recorriendo el vecindario, apareciendo y desapareciendo en distintos lugares, usando mi intangibilidad para colarme en sitios a los que no debería haber accedido. Todo con la esperanza de encontrar algo: un rastro, un aroma diferente, cualquier indicio de actividad sobre su amante algo...
---...Empiezo acreer que estaba sola.... Y los resultados...mi busqueda —bufé mientras miraba al cielo gris—. Cero.
Había estado despierto hasta las tres de la madrugada, mis sentidos alerta y mi paciencia agotada. El constante uso de mis habilidades había comenzado a pasarme factura.
--- Nota mental... no usar la intangibilidad repetidas veces por un periodo largo de tiempo y incluso si tiene una duracion de tres minutos me cansa de mas usarla —reflexioné mientras me estiraba, tratando de aliviar la rigidez en mi cuello—. Maldición, consume demasiada estamina.
No me sentía físicamente cansado; mi cuerpo seguía funcionando perfectamente gracias a mi naturaleza híbrida. Pero mi mente... mi cabeza era un rompecabezas desordenado.
--- ¿Debería hablar con hoy Sophia? —pensé en voz alta mientras metía las manos en los bolsillos—. ¿Y qué se supone que le diga? 'Oye, Sophi, por cierto, ¿sabías que Ethan está tratando de romper nuestra amistad no se porque me ODIA?'.al igual que yo a el...
La idea me hizo soltar una risa seca y amarga.
--- Sí, claro. Terminaremos discutiendo y no estoy de humor para eso.
Pasé una mano por mi rostro, masajeando mis sienes en un intento de calmar la tensión.
---mentalmente... estoy exhausto....
Por un momento, consideré darme la vuelta y regresar a casa. ¿Qué sentido tenía ir al colegio hoy si ni siquiera podía pensar con claridad? Pero ..quizás la rutina o el orgullo, me empujó a seguir caminando.
--- Bueno, ya estoy aquí... —murmuré mientras el edificio del colegio aparecía a la vista—. ¿Para qué mierda vine hoy? Ah, claro, para dormir en todas las clases.
>>>En la entrada del colegio<<<
El bullicio típico de los estudiantes al inicio del día me recibió al cruzar las puertas. Mi mundo estaba en caos, pero el de ellos seguía girando con normalidad....
--- A la mierda todo esto... —susurré mientras bajaba la cabeza, avanzando entre la multitud.
>>Sonar el timbre<<<
El eco del timbre recorrió los pasillos del colegio, marcando el inicio de la primera clase. Mientras caminaba hacia el aula, bostecé, todavía sintiendo el peso del cansancio acumulado.
--- Bueno, al menos la primera clase es español. —murmuré, con una sonrisa cansada en los labios—. ¿Por qué hay una clase de español aquí? No tengo idea, pero para mí es como una materia regalada.
No podía evitarlo. Después de todo, era mi lengua materna.
--- Practicamente... soy latino. —Dejé escapar una risa, aunque mi voz sonaba tan exhausta como yo me sentía.
Mientras doblaba la esquina del pasillo, los sonidos familiares de las conversaciones de los estudiantes comenzaron a llenar el ambiente. Reconocí algunas risas que venían de la puerta del aula y, entre ellas, la voz de Sophia.
"Ah, cierto. Esta es una de las siete clases en las que estamos juntos", pensé mientras observaba la escena desde la distancia.
Con una sonrisa juguetona, me acerqué silenciosamente hasta quedar detrás de ella.
--- ¡Hola, Sophiaaaa! ¿Cómo estás? —dije en un tono animado, aunque mi rostro delataba mi cansancio.
Ella se sobresaltó, llevándose una mano al pecho mientras giraba rápidamente para mirarme.
--- ¡Thiago! ¿Podrías, por una vez, saludarme como una persona normal? —dijo, intentando mantener una expresión seria, aunque no pudo evitar sonreír al final.
--- No... jamás. —Respondí con una sonrisa traviesa, encogiéndome de hombros.
Su mirada se suavizó, pero luego se tornó analítica, recorriéndome de pies a cabeza.
--- ¿Te encuentras bien? —preguntó, inclinando ligeramente la cabeza—. Te ves... cansado.
--- Ah... —dije, tratando de improvisar una excusa—. Tuvieron una fiesta por mi casa anoche. No pude dormir bien, pero no te preocupes, ya me tomé un tinto.
--- ¿Tinto? —repitió, frunciendo el ceño con curiosidad—. ¿Qué es un tinto?
Mi mente se llenó de una sensación de nostalgia al escuchar su pregunta. A veces olvidaba que aquí no usaban esa palabra.
--- Es café. —respondí con una sonrisa , llevándome una mano a la nuca.
Ella me miró con una mezcla de preocupación y escepticismo.
--- Si quieres, te acompaño a rectoría para que pidas un permiso de salida. No tienes que forzarte si no te sientes bien.
Por un momento, consideré la propuesta. Sonaba tentador, pero sacudí la cabeza para despejar esos pensamientos.
--- Nah, aguanto. Vamos a clase. —Bostecé mientras le hacía un gesto para que me siguiera.
--- Planeas dormirte, ¿cierto? —dijo, arqueando una ceja.
--- Exactamente. Qué bien me conoces. —Respondí con una risa ligera—. Además, sabes que español es la materia más fácil para mí.
--- No todo el mundo viene de Sudamérica. —refunfuñó, cruzando los brazos—. Es injusto.
--- ¿Celosa? —Pregunté, sin poder resistirme a provocarla.
--- ¿Celosa? —repitió, poniendo los ojos en blanco—. De ti... —soltó una risa baja—. Sigue soñando, Thiago.
Estaba a punto de responder con otra broma cuando algo interrumpió mis pensamientos: un latido. Ese maldito latido familiar que siempre me ponía alerta.
"Ahí viene la pesadilla de mi vida", pensé, irritado. "¿No podías esperar cinco minutos más antes de aparecer?"
Suspiré, intentando mantener la calma.
--- Bien, Sophia... necesito que seas mi distracción mientras yo me escabullo. —Susurré, acercándome un poco a ella.
--- ¿Qué? —dijo, mirándome confundida.
--- Sophia, viene Ethan. Está solo. Es tu oportunidad de seducirlo con tus... —hice una pausa dramática antes de soltar una carcajada—. Tus encantos femeninos.
--- ¡Idiota! —Me dio un ligero golpe en el brazo, aunque no podía evitar sonreír.
--- ¿En serio? Porque está hablando con Elizabeth ahora mismo. Míralo.
Ella giró rápidamente para comprobarlo, pero al no verlo, su expresión se tornó molesta.
--- ¡Thiago!
--- Está detrás de ti. Si quieres discutir, con gusto lo hacemos luego, pero ahora... buena suerte con él. —Le susurré, alejándome con una sonrisa maliciosa.
--- Juro que me vengaré. —Murmuró entre dientes.
--- ¡Sophia!
Su tono se suavizó al escuchar la voz de Ethan detrás de ella.
--- H-hola, Ethan. ¿Cómo estás?
No esperé para ver qué pasaba. Mi objetivo era claro: escapar antes de que Ethan me viera.
"Bien, Sophia. nunca olvidare tu sacrificio se te recordara", pensé mientras me alejaba rápidamente, escondiéndome entre la multitud de estudiantes.
Aunque mi mente seguía agotada, por primera vez en días me sentí un poco más aliviado. Y eso, considerando todo lo que había pasado, era un pequeño triunfo.
>>>Después de clase<<<
La clase de español había transcurrido tal como lo había planeado: mi cabeza apoyada en el escritorio, mientras dormía como un tronco. A pesar de mis intentos de parecer medianamente atento, Sophia no dejó de lanzarme miradas de reproche. No era difícil imaginar lo que estaba pensando, pero francamente, no tenía la energía para preocuparme.
Cuando sonó el timbre, me estiré con un crujido audible de mi espalda, dejando escapar un largo suspiro mientras recogía mis cosas con lentitud. Sophia, en cambio, parecía apresurada, como si tuviera un destino urgente al que llegar.
--- Entonces, ¿cómo te fue con Ethan? —pregunté, sin levantar la vista de mi mochila.
--- ¡Thiago! Me vengaré de esta... y lo sabes. —exclamó, cruzándose de brazos con una expresión claramente molesta.
--- Vamos, Sophia. Solo trato de animar el ambiente. —le respondí con una sonrisa ladeada, aunque mi tono aún delataba el cansancio acumulado.
Sophia bufó, pero no dijo nada más. Caminábamos juntos por el pasillo, y el silencio que se instaló entre nosotros no era exactamente cómodo.
"Esto es raro", pensé, lanzándole una mirada de reojo. Sophia no era de las que se quedaban calladas, y mucho menos conmigo. Algo claramente la estaba inquietando.
--- ¿Algo anda mal? —pregunté finalmente, rompiendo la tensión.
--- No. Bueno... no es nada. —respondió rápidamente, pero su tono la traicionó.
--- Te declaraste, ¿verdad? —dije, esbozando una sonrisa burlona—. Y te rechazaron. Lo entiendo, normal que estés enfadada.
Sophia se detuvo en seco y me miró, primero irritada y luego ligeramente sonrojada.
--- ¡Qué...! —exclamó, cruzándose de brazos—. ¡No inventes cosas! ¡No me declaré!
Su reacción me arrancó una carcajada, pero lo que dijo después captó toda mi atención.
--- Pero... Ethan me dijo algo raro.
Mis ojos se entrecerraron y mi sonrisa desapareció.
--- ¿Raro cómo?
"A ver, Ethan, ¿con qué tonterías saliste esta vez?", pensé mientras suspiraba, sintiendo una mezcla de irritación y curiosidad.
--- No sé... parecía molesto contigo.
--- Siempre lo está. —respondí, soltando una risa seca.
--- ¡Tómate esto en serio! —protestó, haciendo un puchero que me hizo sonreír de lado.
--- Vale, vale. Continúa.
Sophia bajó la mirada, como si le costara decirlo.
--- Dijo que... debería tener cuidado contigo.
Por un instante, mis pensamientos se detuvieron, pero rápidamente me recuperé. Decidí no dejar que el comentario me afectara.
--- ¿Cuidado conmigo? —dije con una risa burlona—. ¿Qué soy ahora? ¿Un villano de película?
Ella no parecía encontrar mi reacción divertida.
--- Thiago, hablo en serio.
--- Lo sé, Sophia, lo sé. —respondí mientras ajustaba mis gafas con exageración, fingiendo un aire dramático—. Pero hay algo que no te he dicho... algo importante.
Sophia dio un paso atrás, nerviosa por mi tono.
--- ¿Qué cosa? —preguntó, con los ojos ligeramente entrecerrados.
--- En mi interior arde un poder ancestral. —dije con voz profunda y teatral—. Yo soy... ¡EL SEÑOR DE LA NOCHE!
El silencio que siguió fue tan contundente que casi podía escucharse el eco de mis palabras.
--- Thiago... madura. —respondió finalmente Sophia, con una expresión fría.
Yo no pude contener la carcajada.
--- ¡Ay, no! Perdón, Sophia, pero no podía resistirme. —dije entre risas, agarrándome el estómago—. Tendrías que ver tu cara. Es... ¡perfecta!
Sophia me dio un ligero golpe en la cabeza.
--- ¡Idiota! —protestó, aunque su tono era más de fastidio que de enojo real—. Tómate esto en serio, ¿quieres?
Respiré profundamente y me esforcé por recuperar la compostura.
--- Lo siento, lo siento. Mira, Sophia... eres mi única amiga en este colegio. La única persona con la que realmente hablo. —dije, con un tono más suave.
Ella me miró, confundida por mi repentino cambio de actitud.
--- ¿A qué te refieres?
--- Sophia, no lo notas porque estás... ya sabes, babeando por Ethan. Pero déjame decirte lo que creo que pasa.
--- ¡No estoy babeando por Ethan! —protestó, apartando la mirada.
--- Ajá, claro. Pero mira, esto es lo que pienso: Ethan no me odia realmente. Lo que no soporta es que esté contigo.
--- ¿Por qué ? —preguntó, frunciendo el ceño.
--- No tengo idea. No soy psicólogo. Pero si me preguntas, parece que lo que realmente le molesta es que tú pases tiempo conmigo.
Sophia me miró en silencio, como si estuviera procesando mis palabras.
--- Así que aquí va mi consejo: invítalo a salir. Apuesto una malteada de fresa a que acepta.
--- ¿Qué? —exclamó, claramente incrédula.
--- Ya dije suficiente. Llegaremos tarde a clase. Nos vemos en el descanso.
--- ¡Thiago! ¡No, espera! ¡Explica qué quieres decir! ¡Thiago! ¡Thiago! ¡Thiago de nazareth! —protestó, pero ya había comenzado a caminar hacia el aula.
--- No me llames por mi nombre completo. —respondí sin mirarla, con una sonrisa maliciosa en el rostro.
Sophia se quedó allí, claramente frustrada, antes de finalmente darse por vencida y dirigirse a su propia clase.
>>>En la entrada del salón<<<
Cuando llegué, Ethan estaba allí, bloqueando la puerta con los brazos cruzados y una expresión seria en el rostro.
--- ¿Escuchar a escondidas se convirtió en tu nuevo pasatiempo? —dije, arqueando una ceja.
--- Tenemos que hablar. —respondió con voz firme y mirada fría.
--- Tú querrás hablar, pero en lo que a mí respecta, no hay nada que discutir. Si me disculpas, tengo una clase a la que asistir.
--- Thiago... —repitió, esta vez con un tono de advertencia.
Lo ignoré, abriendo la puerta del salón y entrando sin mirar atrás.
Mientras buscaba un asiento, dejé escapar un largo suspiro.
"Cada día estoy más convencido de que esto es un drama escolar."
Me dejé caer en el asiento, observando la clase mientras mis pensamientos giraban en torno a Sophia y Ethan.
"Sophia es la chica reservada, Ethan el popular. En algún momento se enamorarán,...bueno auque ya se por que se enamora sophia..por parte de ethan...ni idea....pero... pero algo —o alguien— evitará que estén juntos. Aparentemente, yo me convertí en ese obstáculo... y de paso, en el rival del protagonista. La vida no promete."
Con ese pensamiento, apoyé la cabeza en la mesa, dispuesto a ignorar el mundo por los próximos 45 minutos.
.>>descanso<<
Mis pasos resonaban con desgana en el pasillo mientras avanzaba hacia el baño. El cansancio era evidente en cada movimiento.
--- Estoy muerto... —murmuré, llevándome una mano al estómago—. Esto me pasa por no comer algo antes de venir....almenos no tengo sed...sino seria un problema..y grabe
Suspiré profundamente, ajustando mis gafas en un gesto automático. Mi energía estaba en mínimos históricos, y la verdad, lo único que deseaba era algo de paz.
--- Primero a refrescarme, luego al comedor. —decidí, tratando de enfocarme en lo inmediato.
>>>De camino al baño<<<
Mis pensamientos se interrumpieron cuando un sonido familiar captó mi atención.
"¿Latidos? ¿Tan acelerados?"
Me detuve un segundo, agudizando el oído....sophia..que esta haciendo ahora , la curiosidad me ganó. Comencé a acelerar el paso, siguiendo la dirección del sonido.
Cuando llegué al pasillo del fondo, capté una conversación. Rápidamente me acerqué lo suficiente para escuchar sin ser visto.
--- Nunca pensé que lo haría... —dije
--- Bien, Sophia, bien... —agregue con voz cansada—. Ahora haz que Ethan te lama los pies.
Arqueé una ceja, inclinándome un poco para escuchar mejor desde detrás de una columna.
---"Esta vez solo escuchare."
>>>Al fondo del pasillo<<<
Ahí estaban. Sophia y Ethan, parados frente a los casilleros. Sophia parecía nerviosa, moviendo las manos de forma inquieta. Ethan, por otro lado, tenía esa expresión neutral pero lejana que tanto me irritaba.
--- Esto... Ethan... —empezó Sophia, mirando al suelo.
--- ¿Qué necesitas, Sophia? —respondió él con un suspiro, su tono ligeramente irritado—. No deberías... —hizo una pausa—. No deberías juntarte tanto con Thiago.
Mis cejas se alzaron.
"Ah, ahí vamos otra vez...", pensé con fastidio.
--- Pues... no lo encuentro. —continuó Sophia, bajando la mirada aún más.
Ethan la miró, claramente confundido.
--- ¿Y eso qué tiene que ver conmigo? —preguntó, frunciendo el ceño.
Sophia respiró profundamente antes de responder.
--- Es que... —dijo, claramente tratando de juntar valor—. Thiago y yo solemos salir después de clases a tomar malteadas, pero hoy no puede. Así que... pensé si quisieras acompañarme.
Se quedó en silencio, mordiéndose el labio mientras esperaba su respuesta.
Ethan parecía sorprendido.
--- ¿Eso es todo? —pensó en voz alta, llevándose una mano a la nuca—. Bueno... no tengo nada que hacer, así que supongo que está bien.
--- ¿En serio? —respondió Sophia, sonriendo ampliamente—. ¡Te espero entonces al final de clases!
Antes de que Ethan pudiera decir algo más, ella se giró y se alejó rápidamente, casi trotando, con una sonrisa que parecía iluminar todo el pasillo.
Ethan la observó mientras se iba, luego negó con la cabeza, con una pequeña sonrisa que parecía sincera.
--- Te veré allí. —dijo en voz baja antes de girarse y caminar hacia el otro extremo del pasillo.
"Bueno, mira eso. Lo logró."
>>>Descanso<<<
Sophia caminaba con prisa, aunque trataba de aparentar calma. Su mente era un remolino de pensamientos mientras avanzaba hacia al comedor, con la mirada fija en el suelo.
--- ¿Por qué estoy tan nerviosa? —murmuró para sí misma, mientras sus dedos jugueteaban con el borde de su blusa.
Respiró profundamente, tratando de calmarse.
--- Solo es Ethan... No es gran cosa.
Sin embargo, el ligero temblor en sus manos decía lo contrario.
"Esto es estúpido."
Cerró los ojos un momento y sacudió la cabeza antes de continuar su camino. Pero justo cuando llegó al pasillo del fondo, lo vio. Ethan estaba ahí, apoyado contra los casilleros, con esa expresión despreocupada que siempre lograba ponerla aún más nerviosa.
--- Bueno, ya estoy aquí... ahora o nunca. —se dijo, sintiendo cómo su corazón aceleraba el ritmo.
>>>Al fondo del pasillo<<<
Sophia se detuvo frente a Ethan, tragando saliva antes de atreverse a hablar.
--- Esto... Ethan... —empezó, sintiendo que su voz salía más débil de lo que había planeado.
Ethan levantó la mirada, con un ligero suspiro, como si ya supiera que algo complicado estaba por venir.
--- ¿Qué necesitas, Sophia? —preguntó, su tono impaciente, pero no frío.
Ella bajó la mirada, sintiéndose avergonzada por estar tan nerviosa.
--- Pues... verás... —tartamudeó, jugando con un mechón de cabello—. No encuentro a Thiago.
Ethan levantó una ceja, claramente confundido.
--- ¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
Sophia sintió el calor subir a su rostro.
--- Es que... —dijo, casi sin aliento—. Thiago y yo solemos salir después de clases a tomar malteadas, pero hoy no puede. Así que... pensé si quisieras acompañarme.
Lo dijo rápido, casi como si quisiera deshacerse de las palabras antes de arrepentirse. Cuando levantó la vista para observar su reacción, Ethan la miraba fijamente, como si estuviera procesando lo que acababa de escuchar.
--- ¿Eso es todo? —preguntó, llevándose una mano a la nuca.
Sophia asintió, mordiendo el labio.
--- Bueno... —Ethan suspiró, relajando los hombros—. No tengo nada que hacer, así que supongo que está bien.
Sophia sintió un peso enorme caer de sus hombros.
--- ¿En serio? —preguntó, sin poder ocultar su emoción.
Ethan asintió, y ella sonrió ampliamente, el tipo de sonrisa que rara vez mostraba pero que iluminaba todo su rostro.
--- ¡Te espero al final de clases! —dijo rápidamente antes de girarse y alejarse, demasiado emocionada como para quedarse un segundo más.
"Lo logré. Lo invité y aceptó."
Su corazón aún latía con fuerza mientras se alejaba, pero esta vez no era por nervios, sino por alegría.
"Thiago tendrá que tragarse sus bromas."
>>>En el pasillo<<<
Mientras caminaba hacia su próxima clase, aún sintió una ligera incomodidad. Sabía que Ethan podía ser complicado, y sus constantes conflictos con Thiago no ayudaban.
Pero no tenía tiempo para preocuparse por eso.
--- Esto es suficiente por hoy...
Sin embargo, una voz familiar la detuvo.
--- ¡Sophia!
Giró rápidamente y se encontró con Elizabeth, que la miraba con curiosidad.
--- ¿Qué pasa? —preguntó, tratando de mantener la compostura.
Elizabeth ladeó la cabeza, observándola como si intentara descifrar un acertijo.
--- Solo me pregunto... ¿por qué pareces tan feliz?
Sophia no respondió, pero el leve rubor en sus mejillas fue suficiente para que Elizabeth soltara una risa baja.
--- Te estás metiendo en terreno complicado, Sophia. Ten cuidado.
Sophia frunció el ceño, pero Elizabeth ya se había girado, dejándola sola con sus pensamientos.
"¿Terreno complicado?"
Sacudió la cabeza. No quería pensar demasiado en esas palabras. No ahora que tenía algo que esperar al final del día.
.....
>>>Pasillo del colegio<<<
Me apoyé contra la fría pared del pasillo, soltando un largo suspiro. Mi mente repasaba el último intercambio entre Sophia y Ethan.
--- Si Sophia está feliz, eso es lo que importa... ¿no? —murmuré.
Antes de que pudiera profundizar en ese pensamiento, una voz conocida interrumpió mi momento de reflexión.
--- ¡Thiago!
Giré la cabeza y ahí estaba ella: Elizabeth, caminando hacia mí con esa típica aura de "princesa intocable". Su postura era altiva, su mirada fija en mí como si ya hubiera decidido lo que iba a decir.
--- ¿Necesitas algo? —pregunté, arqueando una ceja.
Elizabeth se detuvo frente a mí, cruzando los brazos con una expresión seria.
--- Tú lo necesitas.
Eso me desconcertó.
--- ¿Qué? —dije, frunciendo el ceño.
--- Los viste, ¿no? A Ethan y Sophia. —El tono de su voz era tan serio que casi sentí que me estaban acusando de algo.
Me quedé mirándola, tratando de descifrar qué intentaba decir. Pero antes de que pudiera abrir la boca, continuó.
--- Thiago, si no hacemos algo, tú perderás a Sophia… y yo a Ethan.
La frase me dejó completamente en blanco.
--- ¿Qué...? —balbuceé, sin procesar del todo lo que acababa de escuchar.
--- Lo sé —afirmó, inclinándose ligeramente hacia mí, como si estuviera revelándome un gran secreto—. Sé que te gusta Sophia. Es obvio. Y yo… yo estoy interesada en Ethan. No quiero que Sophia se meta en mi camino.
Ahí estaba. Soltó esa bomba sin inmutarse, como si acabara de hablar del clima.
--- Elizabeth… —intenté decir algo, pero ella me interrumpió de nuevo.
--- Todo nuestro grado lo sabe, Thiago. Por eso voy a ayudarte a conquistar a Sophia. Y tú me vas a ayudar con Ethan.
Extendió su mano, esperando que la estrechara.
Me quedé congelado por unos segundos, mi mente tratando de procesar lo que acababa de pasar.
--- Espera… espera… ¿de dónde sacaste eso? —dije finalmente, llevándome las manos a la cabeza.
--- Ana me lo dijo —respondió, como si eso lo explicara todo.
Ana… claro. La famosa "lengua floja" del colegio.
--- Ana… prepárate, porque te ganaste un lugar en mi lista negra… —murmuré para mí mismo, antes de suspirar profundamente.
--- A ver, Elizabeth… —la miré directamente—. Admito que mi interacción con Sophia puede parecer cercana. Sí, puede dar la impresión de que hay algo más. Pero, en serio… no es así.
Elizabeth parpadeó, claramente confundida.
--- ¿Estás diciendo que…? —tartamudeó—. ¿No te gusta Sophia?
--- No. Ni un poco —respondí, seco y directo.
El rubor subió a sus mejillas casi al instante.
--- Entonces… lo que dije… —empezó a retroceder—. Yo… me tengo que ir.
--- Buena suerte —dije con una sonrisa burlona, viendo cómo intentaba mantener su dignidad mientras se alejaba apresuradamente.
Se detuvo de repente, girándose para mirarme de nuevo con el ceño fruncido.
--- Espera… ¿no deverias apoyar a Sophia con Ethan?
Me encogí de hombros.
--- Es un 50/50. Me gusta verla feliz, pero, por otro lado, no soporto a Ethan... No sé qué le ven, pero cada quien con sus gustos. —Hice un gesto desinteresado—. En fin, me voy a comer. Que tengas un buen día.
Me giré y comencé a alejarme sin mirar atrás, ignorando la confusión evidente en su rostro.
--- ¿Qué…? —murmuró, todavía tratando de asimilar lo que acababa de ocurrir.
--- Adiós, Elizabeth —dije con una sonrisa tranquila, mientras me perdía entre la multitud del pasillo.
Ella permaneció quieta por unos segundos antes de suspirar y murmurar para sí misma:
--- Sí… adiós…
Y así terminó otro episodio absurdo en este interminable drama escolar.
<<