Chereads / RENACIMIENTO EN CREPUSCULO / Chapter 8 - chapter 8

Chapter 8 - chapter 8

>>>En el comedor<<<

El bullicio del comedor era, como siempre, una mezcla caótica de risas, charlas, y el ruido de bandejas chocando contra mesas. Me movía lentamente en la fil...no puedo crer que hare esto..si no tubiera los nivels de estamian por los suelos....supire evaluando las opciones como si estuviera eligiendo el destino de mi última cena.

--- A ver... ¿qué es esto? ¿Pan... o una piedra? —murmuré mientras agarraba un trozo del supuesto pan.---Sopa aguada y ¿pollo? Bueno, si sobrevivo, tendré algo que contar.

Con mi bandeja llena de decisiones cuestionables, me dirigí a la mesa de siempre: la del fondo, junto a la ventana...en parte . Allí nadie molestaba, y podía observar todo sin ser visto.

Dejé la bandeja frente a mí y me senté, mirando por la ventana mientras el sol daba un cálido resplandor al césped del patio

Tomé un bocado del pan, que resultó ser tan duro como parecía.

--- Si muero, ya saben por qué —murmuré, intentando no reírme de mi propia tragedia culinaria.

Estaba a punto de enfrentarme al supuesto "pollo" cuando vi a Sophia entrando al comedor. Como siempre, era imposible no notarla. Esa sonrisa suya era contagiosa, iluminando todo a su paso. Parecía... feliz. "Ethan debe estar inflado de orgullo ahora mismo", pensé, sonriendo para mis adentros.

Ella me vio casi de inmediato, y, sin dudarlo, caminó hacia mi mesa con su bandeja. Su comida parecía mucho más confiable que la mía: una ensalada decente y un jugo que no daba miedo beber.

--- ¡Thiago! —saludó mientras se sentaba frente a mí.

Levanté la mirada, ya anticipando lo que iba a decir.

--- No digas nada —le advertí antes de que abriera la boca, señalando mi bandeja—. No quiero explicarlo.

Sophia me miró por un momento, intentando contener la risa.

--- Bien, no preguntaré... pero, en serio, ¿qué estás comiendo?

--- Lo que la vida me da —respondí con dramatismo, tomando un sorbo del agua insípida.--- Pero dime, ¿qué tal tu día? Parece que alguien tuvo una conversación interesante con Ethan.

Vi cómo su rostro se iluminaba, seguido de un rubor que delataba que había tocado un tema sensible.

--- ¿Cómo lo sabes? —preguntó, algo nerviosa.

Levanté un trozo de pan duro como respuesta.

--- Un pajarito me lo dijo —dije, disfrutando de su reacción.

Sophia me miró con desconfianza.

--- ¿Quién?

--- Es información clasificada —respondí con tono misterioso, inclinándome hacia ella como si estuviera compartiendo un secreto.

Ella rodó los ojos, frustrada.

--- No sé para qué pregunto. Obviamente no me lo dirás.

--- Exacto. Pero dime, ¿qué hablaron? Pareces más animada de lo normal.

--- ¿Tan obvia soy? —murmuró, cubriéndose el rostro con las manos, claramente avergonzada.

Levanté una ceja, divertido.

--- ¿De verdad crees que no notaría algo? La sonrisa, la energía... es bastante evidente.

--- ¡Thiago! —protestó, intentando ocultar su rubor .

Reí suavemente, tomando un bocado de mi "pollo".

--- Vamos, Sophia. ¿Qué pasó?

Ella suspiró y finalmente apartó las manos de su cara.

--- Bueno... le pedí que saliera conmigo después de clases. Solo para tomar una malteada, nada más.

Asentí, sonriendo.

--- Y déjame adivinar: dijo que sí. Por cierto, me debes una malteada de fresa.

Sophia me miró, sorprendida.

--- ¡No es justo! —se quejó, haciendo un puchero—. ¿Cómo sabías que iba a aceptar?

--- Porque —me ajusté las gafas con dramatismo— soy un adivino ancestral.

Ella soltó una carcajada, rodando los ojos.

--- Tú y tus cosas...

--- Pero en serio, tienes una cita con Ethan. Felicidades. Mis bendiciones —dije con una sonrisa genuina—. Te lo dije: harías bien en invitarlo.

Sophia me miró con una mezcla de gratitud y nerviosismo.

--- Gracias, Thiago. De verdad...

Levanté mi vaso en un brindis silencioso.

--- Lo único que importa es que estés feliz. Ahora disfruta tu malteada después de clases. Eso sí, no me olvides la mía.

Ella rió, más relajada, mientras ambos continuábamos con nuestra comida. Una vez más, nuestra conversación ligera le daba un respiro al caos que siempre parecía rodearnos.

>>>tiempo despues<<<

El ambiente del comedor seguía siendo el caos habitual. A pesar del ruido ensordecedor, Sophia y yo estábamos sumidos en una conversación ligera, como si el mundo a nuestro alrededor no existiera. Ella rió, relajada, y en su risa encontré un extraño confort. Quizá porque, por un momento, todo parecía sencillo, sin dramas, sin complicaciones.

--- ¿Y tú? —preguntó de repente.

--- ¿Yo? ¿Qué pasa conmigo? —respondí, arqueando una ceja mientras tomaba un sorbo de agua.

--- ¿Qué planeas hacer después de clases?

Su pregunta me tomó por sorpresa. Dejé el tenedor en la bandeja y la miré fijamente, tratando de adivinar sus intenciones.

--- No mucho. Probablemente ir a casa y dormir un poco. Estoy agotado.

Era la verdad. Mis niveles de energía estaban en el suelo. Apenas podía mantenerme despierto, y la idea de regresar a casa, comer algo con calorías decentes y caer en la cama sonaba como un sueño hecho realidad.

--- ¿Seguro? —insistió, inclinándose un poco hacia adelante, su expresión cargada de curiosidad.

La miré por unos segundos, desconcertado. "¿Qué está tramando ahora?", pensé. Pero antes de que pudiera responder, una figura familiar apareció detrás de ella.

--- Sophia, ¿puedo hablar contigo? —La voz de Ethan sonó firme, pero había un matiz de urgencia que no pasó desapercibido.

Sophia se giró rápidamente, sorprendida.

--- ¡Ethan! Eh... claro. —Luego me miró de reojo, con una expresión que parecía pedir disculpas por interrumpir nuestra conversación—. Ahora vuelvo, Thiago.

Levanté una mano en señal de aprobación, escondiendo una sonrisa maliciosa.

--- Tómate tu tiempo. Diviértanse. —Dije casualmente, aunque mi mente ya estaba en marcha.

"Vaya, vaya... mira quién decidió unirse al espectáculo," pensé mientras Ethan y Sophia se alejaban unos pasos. No pude evitar agudizar el oído, aunque intenté convencerme de que no debía hacerlo.

Tomé otro bocado de ese pan que era más piedra que alimento, masticando incómodo mientras observaba cómo Ethan parecía esforzarse en encontrar las palabras adecuadas para hablar con Sophia.

--- Esto es como masticar ladrillos —murmuré para mí mismo, dejando el pan en la bandeja y volviendo mi atención a la pareja.

"No debería escuchar... debería darles su espacio," pensé mientras jugaba con el tenedor entre los dedos. Pero, ¿a quién engaño? La curiosidad me estaba matando.

Agudicé mis sentidos, ajustando mi oído para captar cada palabra.

--- Drama escolar, episodio... ya ni llevo la cuenta —susurré con una sonrisa sarcástica, volviendo a tomar un sorbo de agua mientras escuchaba la conversación que se desarrollaba frente a mí.

Sophia parecía nerviosa, mientras que Ethan, por el contrario, proyectaba una mezcla de determinación e inseguridad. 

"Esto va a ser interesante," pensé, acomodándome en la silla y fingiendo desinterés mientras todo mi enfoque estaba puesto en ellos.

>>>>en el rinco del comedor<<<<

Sophia y Ethan se detuvieron cerca de una esquina tranquila del comedor, lejos del bullicio y las miradas curiosas. Ethan cruzó los brazos, su rostro serio, como si estuviera debatiendo internamente cómo abordar el tema. Sophia, por su parte, estaba visiblemente nerviosa, jugando con las mangas de su chaqueta mientras esperaba que él hablara.

--- Sophia... —comenzó Ethan, su voz baja pero cargada de intensidad—. Hay algo que necesito decirte, algo que he estado guardando desde hace tiempo.

Sophia parpadeó, su nerviosismo aumentando con cada palabra.

--- ¿De qué se trata, Ethan? —preguntó, tratando de mantener su voz estable.

Él respiró hondo, evitando su mirada por un momento antes de volver a fijar sus ojos en los de ella.

--- Sé que a veces no soy la persona más fácil de entender, y probablemente pienses que soy un idiota por cómo he actuado contigo... pero necesito que sepas algo.

La garganta de Sophia se secó mientras sentía que su corazón comenzaba a latir con fuerza.

--- ¿Algo como qué? —susurró.

Ethan dio un paso más cerca, su voz volviéndose más suave.

--- Me gustas.... Sophia. Siempre me has gustado.

(boca abierta)QUEEEEEEE.....hay dios mio....lo dijo...lo dijo...señor escritor poga los aplausos....por fin despues de tanto timepo...nad ..es broma...pero mira..bien porti sophia....yo perdi ..la apuesta....(risa)

>>>volver a la conversacion

Los ojos de Sophia se abrieron de par en par, su mente quedándose en blanco ante esas palabras. Trató de decir algo, pero su voz simplemente no salía.

--- Sé que probablemente no esperabas esto, y honestamente, no planeaba decírtelo tan pronto. —Ethan sonrió, aunque había una mezcla de inseguridad en su expresión—. Pero con Thiago tan cerca de ti todo el tiempo... no pude seguir callado.

El nombre de Thiago hizo que Sophia reaccionara, su confusión transformándose en sorpresa.

--- ¿Thiago? ¿Qué tiene que ver él ? —preguntó, incapaz de ocultar su incredulidad.

--- Todo. —Ethan dejó caer los brazos, frustrado—. Siempre está contigo, siempre riendo, siempre haciendo que todo parezca tan fácil entre ustedes...

(confundido)....en serio....parce....cuantos años estu viste con sophia aver...aver...y te molesas que un random en mi caso yo...se asercara y hablara con sophia....entoces por que carajos no lo histe tu...pendejooo..si tanto te preocupas....toxico

Sophia abrió la boca para responder, pero Ethan continuó antes de que pudiera hablar.

--- No sé qué es lo que sientes por él, pero si hay algo entre ustedes dos, dímelo ahora. Porque no quiero... quiero perder contra el...

tu eres el unico que competida..yo..estu de tranqui....(mover la cabeza en negacion)

Las palabras de Ethan golpearon a Sophia con fuerza. Su confesión, su inseguridad, su vulnerabilidad, todo estaba ahí, expuesto frente a ella. Y, sin embargo, lo que más la confundía era lo que sentía en ese momento.

--- Ethan, yo... —empezó, pero su voz tembló—. No sé qué decirte.

--- Solo dime la verdad, Sophia. ¿Él significa algo más para ti?

Sophia bajó la mirada, luchando con sus pensamientos. Thiago era su mejor amigo, alguien en quien siempre podía confiar, pero... ¿alguna vez había sentido algo más por él? Por otro lado, Ethan estaba aquí, confesando sus sentimientos, algo que nunca habría imaginado.

--- Thiago es importante para mí... —admitió finalmente—. Pero no de la forma en que piensas. Es mi amigo, mi mejor amigo. Nada más.

(punzada)...okey eso dolio...incluso si...yo tanpoco veo a sophia como una apreja...molesta un poco

Ethan relajó ligeramente los hombros, aunque la tensión aún permanecía en su rostro.

--- ¿Entonces qué pasa conmigo? —preguntó, su voz ahora más suave, casi un susurro.

...ninño calma...las cosas ban muy rapido..lo amarte aquema ropa....

Sophia levantó la mirada, sus ojos encontrándose con los de Ethan.

--- No lo sé, Ethan. Esto es mucho para asimilar. Necesito tiempo para pensar.

(golperar su cara)...como que no lo sabes....no me dijiste...que te gustanba ...quien las entiende...

Ethan asintió lentamente, dando un paso atrás.

--- Lo entiendo. No quiero presionarte, pero quería que lo supieras.

Sophia lo miró, sintiendo un nudo en el estómago. La sinceridad en sus palabras era innegable, y eso hacía que todo fuera más complicado.

--- Gracias por decírmelo. De verdad.

....(bostezar)....verda...tengo mis dudas pero..esto..ya no es mi problema..es de sophia

Ethan sonrió débilmente antes de apartar la mirada.

--- Te espero al final de clases para esa malteada. Quizás podamos hablar más entonces.

Sophia asintió, observándolo mientras se alejaba. Su mente estaba hecha un caos. 

--- ¿Por qué tiene que ser todo tan complicado? —susurró para sí misma antes de regresar a su mesa.

....(alsar una seja )...tu eres la que complica las cosas..solo dile si..y ya...si....una palabra dos letras..nadamas...hay no hay biene..bien disimula....

Cuando llegó, Thiago la observó con una sonrisa tranquila, ajeno a la tormenta que se desataba en su mente.

--- ¿Y? —pregunte, con un tono burlón—. ¿Me perdí de algo interesante?

Sophia me miró, forzando una sonrisa mientras se sentaba.

--- Nada que valga la pena mencionar —respondió, aunque en su mente sabía que estaba lejos de ser cierto.

[cilencio incomodo]

Me levanté de mi asiento, estirando los brazos con un leve crujido.

>>>>suena el timbre<<<

—murmuré, observando a Sophia mientras seguía clavada en su silla—. ¿Te vas a quedar sentada todo el día o qué? Vamos, espabila, niña. —Le lanzó una mirada burlona antes de dar un par de pasos hacia la puerta.

Sophia reaccionó, saliendo de su pensamientos, aunque con evidente desgano.

—Ah, sí, ya voy... —respondió mientras se ponía de pie 

Suspiré mientras me rascaba la nuca, avanzando. Mis pensamientos iban a mil por hora. Esto va a ser un despelote, lo sabía. Podría quedarme callado, fingir que no sé nada, pero... entre más rápido abordemos el tema, más rápido salimos de esto. No quiero ser parte de este drama por más tiempo.

—Sofía. —Me detuve de arrepentido y me giré para enfrentarla. Su mirada se clavó en la mía, como si supiera que algo venía—. Se te confesó, ¿verdad?

Su reacción fue inmediata. Su cuerpo se tensó, sus ojos se abrieron un poco más y empezó a respirar con rapidez.

— ¿Eh? ¿Cómo...? Thiago, yo... —Tartamudeó, intentando mantener la compostura, aunque su expresión la delataba—. No, no, para nada. —Sacudió la cabeza con tanta fuerza que casi parecía un tic nervioso—. ¡Nada de eso!

La observé con una sonrisa tranquila..deveria invar alguana escusa no olvidalo lo directa mente...omotiendo al aparte de mis oidos...

—Sophia, no hace falta que me mientas. Los escuché. —Solté aquello sin dramatismo, como si fuera la cosa más casual del mundo.

Sus ojos se abrieron aún más, un destello de incredulidad cruzando por ellos.

—¡Estás mintiendo! —exclamó, con un tono que intentaba sonar desafiante pero que estaba lleno de inseguridad—. Estábamos en la otra punta del camedor... —Hizo una pausa, como si intentara buscar alguna fisura en mis palabras, pero su mirada furtiva la traicionaba.

bueno fue facil es cuchar...sabes...

—Sí, sí... no te gusta que te espíen. —Levanté las manos en un gesto de rendición, con una sonrisa juguetona—. Lo siento, pero la curiosidad me ganó. —Dicho eso, comenzó a caminar sin mirar atrás.

Ella, evidentemente nerviosa, reconoció sus cosas de manera apresurada y me siguió.

—¡Oye! —exclamó, alcanzándome con pasos rápidos—. No hemos terminado de hablar. —Su tono era insistente, aunque su nerviosismo seguía palpable.

Me detuve un momento, girándome para mirarla directamente.

—¿Por qué estás tan nervioso? —pregunté, observándola con curiosidad fingida.

Sophia bajó la mirada, mordiéndose el labio inferior. Su silencio lo decía todo, aunque parecía estar luchando internamente con lo que quería decir.

—Yo... no estoy nervioso... —murmuró, pero su voz apenas era un susurro, cargada de incertidumbre.

Ah, esta chica... No me digas que piensa que la confesión de Ethan me afectó. Tragué una risa irónica y suspiré..no me imagino qlas cosas que se estan imaginando. Pero bueno, no era mi asunto.

—Sofía. —Mi voz salió más suave de lo que esperaba, pero me aseguré de que fuera lo suficientemente firme para captar su atención—. Mira, no me importa si te gusta Ethan o si decide darle una oportunidad. Eso es cosa tuya no mi .

Me aparté un par de pasos, dejando que procesara lo que decía mientras mantenía mi tono tranquilo.

—Pero lo que sí me importa es que estés bien. Que seas feliz. Así que no te preocupes por mí, ¿sí? Piensa en lo que tú quieres. Ahora tienes la oportunidad de serlo... no la desaproveches...quieres me sentire mal

Ella levantó la cabeza, sus ojos brillando con lágrimas que apenas contenían. A pesar de todo, sonriendo, una mezcla de alivio y gratitud en su expresión.

—Yo... yo... gracias. —Su voz tembló, y sus manos empezaron a jugar con el borde de su camisa.

—Sí, sí... pero si vas a llorar, ve al baño. No quiero ver tus mocos. —Sacudí una mano, señalando en dirección al pasillo, antes de dar media vuelta y empezar a caminar.

—¡Thiago! —gritó detrás de mí, su tono una mezcla de indignación y diversión. Podía sentir su mirada fija en mí mientras me alejaba.

Solté una carcajada mientras caminaba.

—Vamos, Sophia, toca Biología. Eres la única que puede despertarme cuando me queda dormido en clase, y evita que Carlos me regañe. —Alcé una mano como despedida sin mirar atrás, aunque podía escuchar sus pasos apresurados detrás de mí.

—Idiota... —murmuró con una sonrisa, y por el tono supe que me estaba siguiendo—. Oye... ¡espérame!

>>>fin de las clases<<<

El sonido del timbre de salida finalmente anunció el final del día. Solté un suspiro largo mientras recogía mis cosas y me dirigía hacia la salida.

--- Al fin... —murmuré para mí mismo, estirando los brazos por encima de mi cabeza—. Ahora puedo descansar un poco y recargar energía.

Mis pensamientos vagaban hacia la cena. ¿Qué podía comer? Quizás algo rápido en casa.

--- Hmm... ¿qué tengo en la nevera? —pensé mientras caminaba lentamente por los pasillos vacíos.

De repente, mi mente fue interrumpida por un sonido familiar: latidos. Unos latidos rápidos y algo nerviosos.

--- ¿Eh? —detuve mi andar, agudizando mis sentidos mientras buscaba el origen del sonido.

Mis ojos captaron una escena al final del pasillo. Ahí estaban Sophia y Ethan. Había algo en su postura, algo tenso pero íntimo, que inmediatamente llamó mi atención.

--- Mira nada más. Qué linda pareja. —murmuré con una leve sonrisa...

--- Bien, Sophia... suerte con eso. —añadí mientras me giraba para irme, aunque el tono de mi voz se volvió más irónico al final—. Y por favor, aclara tus sentimientos de una vez.

Caminé hacia la salida sin mirar atrás. No era mi problema... 

...

El callejón estaba oscuro y vacío cuando llegué. No había nadie a la vista, y por un momento, el dia se sentia tranquilo.

--- Bien, no hay nadie. —dije mientras inspeccionaba los alrededores. Pero justo cuando bajé la guardia, lo sentí.

Un aroma familiar me golpeó como un balde de agua fría.

--- No... no puede ser. —murmuré mientras mis sentidos se ponían automáticamente en alerta.

vampiro. Ese olor no podía ...

--- Esto parece una broma... —gruñí, apretando los puños mientras mi paciencia comenzaba a agotarse—. Pero bien. Mejor lidio con esto de una vez.

Me preparé mentalmente, aunque no pude evitar el suspiro de frustración que salió de mis labios.

--- ¿Por qué tenía la esperanza de que estuviera sola? Obviamente, tendría algún amante merodeando por ahí. —murmuré con sarcasmo mientras comenzaba a seguir el rastro del aroma.

Cada paso que daba, el olor se hacía más fuerte, guiándome como si fuera una invitación directa.

--- Putos vampiros. Siempre tienen que hacer esto más complicado de lo que debería ser. —espeté mientras caminaba más rápido, dejando que una ligera sonrisa se formara en mis labios—. Veamos quién encuentra a quién primero.

........

La noche finalmente cayó. Desde la cima de un edificio, observaba la ciudad bañada en luces parpadeantes.

--- Yo soy la noche. Yo soy la justicia. Yo soy... ¡Batman! —exclamé, dejando escapar una risa mientras el eco se perdía en el vacío de la noche.

--- Siempre quise decir eso. —añadí, negando con la cabeza mientras me cruzaba de brazos.

Pero la verdad es que estaba harto. Este juego de persecución se había vuelto estupido. el cabron estaba jugando conmigo, y no tenía intención de dejarme ganar.

--- Bien, maldito infeliz. Si quieres esconderte, hazlo. Pero yo ya no se guire tu juego. —dije en voz alta mientras me levantaba, estirando los brazos con pereza.

Salté del edificio, aterrizando en el asfalto con gracia. Mis pasos resonaban en las calles desiertas mientras me dirigía a un restaurante cercano, un lugar al que solía ir cuando necesitaba pensar.

--- Te espero en un restaurante, quein quieress que sea. Si tienes tantas ganas de jugar, ven. Pero lo haremos bajo mis reglas ahora.

Me aseguré de que mi olor fuera fácil de rastrear, dejando que las corrientes de aire hicieran el trabajo. Si realmente estaba interesado en encontrarme, no tardaría en aparecer.

--- Al menos Sophia está a salvo. —pensé, aunque la preocupación aún persistía en el fondo de mi mente—. Espero que no cambie de objetivo...

Mis pasos me llevaron al restaurante. Entré y elegí una mesa cerca de una ventana. Desde allí, tenía una vista perfecta de la calle, ideal para mantenerme atento.

Dos Horas Después

El camarero me miraba con cierto recelo desde la barra. Era evidente que mi presencia sin pedir más que un simple refresco estaba comenzando a incomodarlo.

Miré mi reloj por quinta vez.

--- Dos horas. —susurré, dejando escapar un suspiro de impaciencia.

es un maestro en probar mi paciencia, eso era seguro.

--- Más te vale aparecer pronto. —murmuré, cruzándome de brazos mientras mantenía la mirada fija en la puerta.

.....

El sonido de pasos resonó en la acera fuera del restaurante, lento, deliberado. Finalmente, después de dos largas horas de espera, el objetivo de mi vigilia había llegado.

--- Al fin... —murmuré para mí mismo, inclinándome hacia atrás en mi silla con un suspiro de alivio.

El aire se tensó al instante, y aunque mantenía una expresión relajada, mi cuerpo estaba alerta, preparado para cualquier eventualidad. A través del cristal vi cómo la figura se detenía justo afuera del restaurante.

--- Bueno, al menos decidió venir. —dije en un tono casual mientras ajustaba mi postura—. Ya era hora. Ahora puedo usar mi intangibilidad sin preocuparme demasiado al menos unas cuantas veces....

Mi mirada siguió al hombre mientras entraba al restaurante. Su figura era intimidante: un metro ochenta y cinco, delgado pero firme, con un aire de seguridad que lo hacía parecer más grande de lo que realmente era. Su cabello castaño caía desordenado, y las gafas de sol ocultaban cualquier rastro de emoción en sus ojos.

--- Te cansaste de perseguirme, ¿verdad? —su voz grave resonó mientras se detenía frente a mi mesa.

Levanté una ceja, girando la cabeza hacia él con una sonrisa burlona.

--- Al fin apareces. —lo examiné con cuidado—. Aunque me sorprende que te hayas tomado tu tiempo.

Se sentó frente a mí, su postura relajada pero cargada de intención.

--- Sabes por qué estoy aquí. —dijo con una sonrisa siniestra mientras sus dedos tamborileaban sobre la mesa.

--- Déjame pensar... las razones. —fingí reflexionar mientras sacudía la cabeza con una sonrisa desafiante—. No, no encuentro ninguna.

Sus ojos, ocultos tras las gafas, parecieron brillar con furia contenida.

--- Oh, entonces déjame recordarte. —apretó los puños, su voz endureciéndose.

Incliné la cabeza, analizando cada detalle de su lenguaje corporal.

--- ¿De verdad quieres pelear aquí? —pregunté con una sonrisa cargada de burla—. ¿No te preocupa que los Vulturis aparezcan?

Por un momento, lo vi dudar. Solo un segundo, pero fue suficiente para confirmar mis sospechas.

--- No eres tan idiota como pensé. —dijo, su tono frío como el hielo—. Pero dime algo...

Se inclinó hacia adelante, su rostro ahora más cercano al mío.

--- ¿Le temes a la muerte?

Sonreí, levantándome lentamente mientras lo miraba fijamente.

--- ¿Miedo? Lo único que huelo es tu desesperación. —dije, con un tono que mezclaba burla y desafío—. Pero no te equivoques, yo no soy el que va a morir hoy. Así que reformulemos la pregunta: ¿tú le temes a la muerte?

Él soltó una carcajada que resonó en el restaurante.

--- Bien, bien... —dijo mientras se levantaba de su silla—. Será un placer despedazarte, híbrido.

--- No me subestimes. —respondí mientras lo seguía hacia la salida—. Por cierto, ¿te mencioné que Liria no duró ni dos minutos contra mí?

Él se detuvo de golpe, girando su rostro hacia mí con una expresión que mezclaba furia y amenaza.

--- Cuidado con tus palabras. —su tono se volvió bajo y venenoso—. La única razón por la que sigues vivo es porque yo quiero que así sea.

Se inclinó ligeramente hacia mí, su sonrisa maliciosa tan cortante como una navaja.

--- Quiero ver tu cara de desesperación cuando estés a punto de morir.

--- ¿En serio? —respondí con una sonrisa igual de desafiante—. Entonces, te espero en el bosque.

Su expresión se oscureció aún más, pero mis palabras continuaron.

--- El mismo lugar donde empezó todo esto. Tal vez tengas suerte y encuentres a tu novia... bueno, lo que quede de ella....

Desapareci en un instante...

>>>en agun lugar del bosque<<<<

El bosque estaba envuelto en una penumbra inquietante. La brisa nocturna hacía crujir las ramas, y el aire estaba cargado de una tensión palpable. Me encontraba en el centro de un claro, con la luna llena iluminando el suelo cubierto de hojas secas.

Un silencio pesado llenaba el lugar, roto solo por el susurro del viento.

De repente, una carcajada resonó desde las sombras.

--- Bien, bien... —su voz tenía un tono de diversión sádica—. Disfruta tus últimos momentos de vida, híbrido.

Mi sonrisa no vaciló mientras mis ojos barrían el entorno.

--- Vamos... No me hagas esperar. —murmuré.... preparándome para lo inevitable.

>>>continuara<<<