Zuri se sorprendió con la respuesta de Rhett cuando Khaos le preguntó si quería ser o no el alfa.
Desde que lo conocía, él nunca había codiciado esa posición. O quizás, su juicio era cuestionable y no conocía a Rhett tanto como pensaba.
Últimamente, su mente la confundía mucho. No sabía qué creer, así que Khaos era la única persona que la mantenía con los pies en la tierra.
En el vasto y salvaje océano de su mente, Khaos era su ancla que la mantenía en su lugar. Nunca había sentido una sensación tan fuerte hacia nadie antes.
—¿Qué vas a hacer con mi hermano? —Zuri preguntó, descansando su cabeza en su regazo, disfrutando de su toque, mientras Khaos jugaba con su cabello. Siempre que hacía esto, sentía una sensación de calma. El océano de su mente también estaba tranquilo. Era una bendición cuando constantemente escuchaba voces no deseadas en su cabeza.
—¿Estás preocupada? —Khaos la miró, pensando en algo completamente diferente.