—Esta fue la primera vez que Roland se encontraba perdiendo completamente el control —sus garras emergieron y estaba listo para arrancarle el corazón del pecho.
—La ira lo cegaba y las burlas de Zuri solo la alimentaban más.
—El hecho de que Zuri supiera que estaba tentando a la muerte no la disuadió —sentir este dolor, en lugar de entumecimiento, tampoco estaba mal.
—Una risa siniestra todavía surgía de sus labios y cuando vio las garras de su padre emerger, lo miró a los ojos —sintió la furia irradiar de él en olas y recordó al padre que una vez tuvo en el pasado —el padre que le trenzaba el cabello —el padre que cuidaba de ella —alguien que merecía el título.
—Se preguntaba; ¿cuándo comenzó a cambiar? ¿Fue cuando ella tenía nueve años que él descubrió su talento? —no estaba segura, pero ahora ya no importaba más.