Todo su cuerpo temblaba y él bajó la cabeza inconscientemente. No podía negar el fuerte impulso de huir. Era su instinto de supervivencia el que le decía que salvara su vida.
Mientras tanto, Khaos caminaba hacia ellos. Se detuvo a tres pasos de Caiden y Gayle.
—Entonces, ¿estáis aquí? —inclinó su cabeza. No solo su presencia y su apariencia habían cambiado, sino también su voz. Era más profunda y pesada—. No recuerdo haberos permitido venir.
Caiden bajó aún más su cabeza, su barbilla tocó su pecho. Sus dientes castañeteaban, la presencia de Khaos era tan fuerte que llegaba a ser asfixiante. ¿Cómo era eso posible?
Sin embargo, a pesar del miedo que exudaba Khaos, Caiden endureció su corazón ya que tenía que preguntarle a Khaos sobre su padre.
—Khaos, por favor... —su voz era tenue, estaba tartamudeando—. N-Necesito s-saber...