—Buenas tardes, mi gran rey licántropo —saludó Declan a Khaos. Él no se sentaba en el trono ahora, en cambio, se acercó a Khaos y luego inclinó su cuerpo como un leal sirviente.
Sin embargo, Khaos no se dejaba engañar. Le permitió inclinarse y no le dejó levantarse. Según la regla, Declan no tenía permiso para levantarse hasta que Khaos lo dijera.
Pero al parecer, él no seguía la regla ya que se levantó por su propia cuenta y saludó a Khaos de nuevo como si no hubiera nada malo en ello. A Khaos no le hizo gracia. Lo miró y le preguntó de nuevo con la misma pregunta:
—¿Dónde está ella?
Khaos no estaba jugando en absoluto. Se veía furioso, especialmente cuando olió la fragancia de los usuarios de magia alrededor de la habitación.
Había diez aromas diferentes, lo que significaba que había diez de ellos y sabía que había sido traicionado nuevamente por Bryden.
