—Sentir cuán tenso estaba Lorent, hizo que Zuri cuestionara todo el asunto. ¿No esperaba este encuentro?
Mientras tanto, Lorent miraba a la otra persona con desprecio en sus ojos. Estaba enfadado, pero intentaba mantener la compostura.
Justo delante de ellos, el misterioso hombre de la capa negra estaba sentado en el trono, era la misma persona que Zuri vio cuando Elías la secuestró y le realizó las maldiciones antes de que Khaos lo matara.
Ella sabía que era la misma persona porque este hombre llevaba la misma capa que antes. Su figura era la misma, pero no podía identificar quién era porque no podía oler su aroma.
Por eso estaba aún más sorprendida cuando aquel hombre se quitó la capa y se reveló ante Zuri y Lorent.
Ese hombre le sonrió como si fueran buenos amigos, como si tuvieran una buena relación y él estuviera allí para tomar un té con ella.
—¿Tú...? —dijo Zuri con desconcierto—. No puede ser tú.