—Sabes que no puedo dormir sin eso, ¿verdad? Tú eres quien me puso en esta condición —Zuri torció sus dedos, que comenzaron a temblar.
—Al oír eso, Lorent se rió con desprecio —Antes no te quejabas —Inclinó su cabeza—. Te gusta. Admítelo que te gusta la sensación.
Esta era la forma de Lorent de vengarse de Khaos. Ese licántropo quería dañar a su compañera y él haría lo mismo. La droga no dañaría a Zuri ahora, en lugar de eso le ayudaría a escapar de la realidad y del dolor del efecto secundario de la sangre belleza.
Pero, a la larga... una vez que ella estuviera adicta, se iba a destruir a sí misma y Khaos sólo podría mirar sin poder hacer nada.
Eso era más satisfactorio que cualquier otra cosa. El tormento era la mejor venganza.
Khaos no debería haber tocado a su compañera en primer lugar.
Ahora mismo, los dos hombres se atacaban el uno al otro a través de sus compañeras. No había vuelta atrás de esto, porque herir a la compañera era algo imperdonable.
