Una vez más, Zuri entraba y salía de la conciencia, pero esta vez no había voces en su cabeza, lo cual era una sensación realmente buena.
Había pasado mucho tiempo desde que Zuri se sintió tan tranquila. Realmente le gustaba, lo amaba, se deleitaba en esta sensación.
No solo eso, Xaden no apareció, también desapareció. Se sentía tan bien por ello, se sentía tan ligera. Esto era algo que había anhelado durante tanto tiempo. La tranquilidad, la calma que ni siquiera Khaos podía proporcionarle.
Apagaba todas las voces en su cabeza, incluido el vínculo mental de Khaos, que en este punto realmente ya no le importaba.
Zuri quería aferrarse a esta paz y tranquilidad. Después de mucho tiempo, finalmente se sintió tan feliz. Sabía que era el efecto de la droga, pero ¿a quién le importaba eso? Mientras pudiera sentir esta sensación, nada más importaba.
Ahora entendía lo que Lyra sentía al respecto, por qué anhelaba tanto la droga hasta el punto de renunciar a todo.
