—Pero entonces, era risible porque Zuri había perdido la cordura hace mucho tiempo, ¿verdad? Estaba loca.
—Eso era lo que su padre le había dicho. Eso era lo que las voces en su cabeza siempre le decían. Eso era lo que siempre escuchaba. Y ahora ya lo creía.
—Ya era demasiado tarde para deshacer lo que se había hecho. Por lo tanto, en este caso, no había ninguna opción real para Zuri. Solo había una manera de enderezar las cosas.
—Por otro lado, Lorent la miraba como si tratara de leer un libro complicado en un idioma que no podía entender.
—En el cuarto reinaba el silencio, pero no en la cabeza de Zuri, las voces arañaban en su mente y ahora se manifestaban en la figura de Xaden donde estaba parado en la esquina de la habitación mirándola burlonamente con esa voz a la que ya estaba acostumbrada.