—Me desperté en el cuarto día de nuestro viaje ante una vista fantástica. Me envolví en una bata y caminé hacia el balcón.
—El yate ya no se movía; debíamos haber llegado a puerto en algún momento de la noche. Estábamos amarrados en una isla tropical con playas de arena blanca bordeadas de palmeras.
—Apenas pude contener un chillido de emoción; Lauren me había dicho ayer que íbamos a hacer un tour privado de lujo en un catamarán para ver delfines. Finalmente iba a cumplir mi deseo de ver un delfín en la naturaleza.
—Incluso valdría la pena estar atrapada en un barco más pequeño con Todd todo el día.
—Me había vuelto muy creativa encontrando maneras de evitar a Todd cada día. Seguía asistiendo a cada actividad planeada pero lograba escabullirme y pasar un rato relajándome.
—En algunas ocasiones, Reggie me salvaba de tener que hablar con otros miembros del grupo.