Michael
Shelby y yo fuimos al parque, con la intención de pasar un día en la ciudad. Durante el viaje, la observaba de reojo para asegurarme de que estaba bien. Todo este estrés no era bueno para ella, y ella tenía motivos para estar preocupada.
Sin embargo, algo había cambiado, ya que mantenía su barbilla levantada y los ojos entrecerrados. Había confianza fluyendo de su postura, y una chispa determinada en su mirada que me causaba curiosidad. No pregunté, pero estaba bastante intrigado.
Este plan incluiría algo de diversión, afortunadamente, así que esperaba que le distrajera un poco de las cosas, incluso si era parte directa de lo que estaba causando esta angustia.