*Shelby*
El sol comenzaba a ponerse mientras Lin, Aubrey y yo finalmente nos levantábamos de nuestras tumbonas bajo la cabaña de playa. Habíamos pasado toda la tarde hablando de viejos tiempos, bebiendo cócteles y comiendo nuestro peso en fruta fresca.
—No sé cómo vamos a poder comer ni un bocado más después de ese almuerzo —dijo Aubrey, frotándose el estómago.
—Oh, te prometo que encontrarás espacio en cuanto nos sentemos a cenar. He descubierto que en realidad tienes un segundo estómago cuando estás de vacaciones. Siempre está ahí, listo para seguir justo cuando crees que nunca podrás volver a comer —dije.
Lin y Aubrey se rieron de mi comentario, y nos enlazamos del brazo mientras volvíamos hacia la mansión. Nuestros pies seguían hundiéndose en la arena seca mientras caminábamos, haciendo que el camino de regreso pareciera mucho más difícil que el bajada a la cabaña.