Lucille se detuvo.
En el video, Molly estaba acostada sobre el montón, llorando y gritando mientras preguntaba si Bobo ya no la quería. Debido a lo histérica que estaba sollozando, su voz no era clara. Sorprendentemente, no sólo el banquete de José lo escuchó, sino que incluso captó ese punto específicamente.
Lucille se mantuvo tranquila y explicó:
—Es un gato que solía criar.
—¿Oh? ¿Es así? —José tenía una leve sonrisa en su rostro. Había un atisbo de interés en sus ojos oscuros y hermosos.
Él la miraba, con un aura maliciosa en todo su cuerpo. Su postura casual y relajada hacía difícil adivinar cuánto le creía.
Lucille lo miró con calma, sin ningún rastro de conciencia culpable.
José se rió suavemente y no presionó más el asunto.
Pronto, el coche se detuvo.
Lucille miró afuera y descubrió que el coche estaba estacionado frente a la Residencia Jules.
José declaró: