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—¿Estás con Reiner? Lo elegí para protegerte. Te mantendrá a salvo de cualquier hombre aleatorio. Te veo en el laboratorio —Eduardo. ¿Así que esto es lo que había planeado todo este tiempo? Usar a Reiner para mantenerme vigilada cuando no estoy con él. Qué alto precio tengo que pagar por mis mentiras.
—Sí —respondí a su mensaje de texto simplemente.
Ahora de vuelta a Reiner. ¿De qué debería hablar?
—Reiner, tu uniforme completo de mayordomo es un poco excesivo. A partir de mañana, ¿podrías vestirte quizás un poco más informal para pasar más desapercibido? —sugerí. Después de todo, no quiero que todo el mundo sepa que tengo un mayordomo siguiéndome a todas partes.
—Claro, usaré un traje a partir de mañana, Señorita Natalia —respondió él, asumiendo mis palabras como una orden.
