La cena llegó a su fin. Tengo que decir que la cena fue perfecta en todos los sentidos. La comida estaba deliciosa, y Eduardo era una buena compañía. Reiner se mantuvo a una distancia respetable de nosotros durante toda la cena. Lo miré un par de veces durante la cena, pero él se comportó de manera fría y profesional. Supongo que debería irme a casa ahora antes de que se haga más tarde.
—Eduardo, gracias por hoy. Creo que debería irme a casa ya —empecé a disculparme.
—¿Cuál es la prisa? Todavía tengo un par de cosas de las que hablar contigo —respondió Eduardo con una mirada deprimida en su rostro.
—Con todo respeto, Señor Eduardo. La señorita Natalia debería irse a casa ahora. Se está haciendo tarde —dijo Reiner mientras se colocaba a mi lado.
—20 minutos. Sal afuera durante 20 minutos. Tengo algunas cosas que discutir a solas con Natalia —Eduardo medio pidió y medio ordenó a Reiner que saliera. Reiner me miró buscando mi opinión sobre el asunto.
