Cerré los ojos y fingí estar dormida. Lucien llegó mucho más rápido de lo que anticipé y no pude limpiar nada. Todavía estaba desnuda bajo las sábanas y la cama estaba desordenada por razones obvias.
Escuché el sonido de la puerta al abrirse y luego cerrarse. Probablemente Lucien esté parado en esta habitación ahora mismo. ¿Qué debería hacer... debería despertarme? ¿O debería seguir fingiendo que estoy dormida?
Escuché sus suaves pasos acercándose a la cama y pronto la cama crujó un poco bajo su peso cuando se sentó al lado de la cama.
—Despierta, Natalia —susurró en mi oído antes de besar mi sien. ¿Qué fue lo que sentí en su voz? Preocupación... ¿y quizás un poco de enojo?
—Lucien... —pronuncié su nombre en un susurro somnoliento mientras fingía que acababa de despertarme.