—Mi cuerpo se retorcía debajo de él con placer mientras frotaba mis caderas contra la dureza en sus pantalones. Estaba tan excitada por cómo estimulaba mis pezones que mi coño ya estaba empapado con mi miel. Quiero sentirlo dentro de mí pronto, pero conociendo a Zak, se tomará su tiempo y me hará rogar por ello.
—Se levantó para sentarse en el sofá a los pies de mi cama. Levantó con brusquedad mi corta falda negra hasta que se acumuló alrededor de mi cintura exponiendo mi coño cubierto de encaje ante él. Arqueé mis caderas hacia arriba, invitándolo a jugar con mi parte inferior. Sus manos apartaron las mías con brusquedad antes de que sus dedos sintieran mi apertura a través del encaje de mis bragas. Podía sentir la sensación del encaje frotando contra mi clítoris y mi abertura.
—No. Por favor, Zak, tienes que detenerte. Annie está justo allí. Nos van a ver —le supliqué suavemente que parara.
