—Voy a discutir esto cuando esté tranquilamente emocional porque todo lo que puedo hacer en este momento es culparlo por sus pecados pasados y señalar con el dedo. Debería acurrucarme bajo mis cobijas y descansar por esta noche y tal vez mañana hable con él.
—Mientras tomo la ruta oscura hacia nuestra cabaña apartada, observo a mi macho paseándose impaciente afuera. Ha estado esperando que yo vuelva, al percibir mi presencia, se congela espontáneamente mirándome, asintiendo en señal de bienvenida. ¿Ni una sonrisa como siempre, Fobos? ¿Dónde está esa sonrisa que le obsequiaste a tu amiga Moira tan naturalmente?
—Ignorando su existencia, me apresuro hacia el refugio pasando junto a él sin darle otra mirada a su ser que espera ser atendido por mí. Si solo llego a mi habitación, puedo cerrar la puerta con llave y estaré protegida de él por esta noche. El estruendoso ruido de sus pesados pies retumbando contra el suelo hace que mi corazón se acelere con una velocidad. ¡No me sigas!