—Creía que nunca volvería a poder hablar contigo porque sé que su manada no necesita tecnología ni la visita de forasteros, pero estoy agradecida a tu macho por darte la oportunidad de hablar conmigo. Cuando quieras llámame, Tea. Siempre estaré aquí para ti.
—Te amo —murmuró cerrando los ojos mientras engullo los sentimientos que desean devastarme. Pensé que me sentiría mejor al oír su voz, pero es todo lo contrario. Es terriblemente deprimente.
—Y yo más. Debo irme ahora lobita, pero sabes que estaré esperando impacientemente tu próxima llamada. Buenas noches, Tea.
—Buenas noches, Cronos.